†Amor pecador†

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Cuando desperté Karamatsu ya no estaba.
Me percaté de una sensación de calidez en mis labios, se me hizo un tanto curioso. Y se me vino un vago pensamiento de que Kara me haya besa–

–¡No, no, no! Él es mi hermanito – palmeó con fuerza mi rostro. Él también me ve como uno. Es imposible.

Es sumamente imposible, pero... ¿Está bien tener un poco de esperanza?

Deje de pensar sobre este tema y me dispuse salir de la sala. Pude escuchar las voces de los demás diciendo «Volvimos». Bajé a saludarlos.

–Bienvenidos– Bostecé, en serio cuánto tiempo estuve dormido.

–Tú no tienes un poco de decencia, ¿verdad?– Dijo Choromatsu mientras llevaba la bolsa a la cocina. Sólo atine a sacarle la lengua.

–Te ves del asco, Ichimatsu– Estaba todo sudado y sucio. No sé cómo puede aguantar ser lanzado por el rayo de sol. Él gruñó por debajo y se fue junto con Jyushimatsu.

Nada que decir de Todomatsu, apenas entró, desapareció.

No le preste mucha atención a eso, pero si a la ausencia de Karamatsu en la casa. Me pregunto a donde se habrá ido y por qué. Habíamos acordado cuidar la casa, aunque fue lo menos que hicimos.
Me preocupe demasiado de pensarlo un rato, salí en busca de él.

Seguramente estará en el puente.

Mientras iba de camino, me encontré a Totoko iba con mil bolsas en sus brazos.

–¡Oh, Osomatsu! Qué bueno que te encontré. ¿No me das una mano con estas pesadas bolsas?– Pregunto mientras daba un gran suspiró.

Vacilé.

–Me gustaría ayudarte...– Di un paso atrás por reflejo. –Pero debo encontrar a Karamatsu, ya casi es la hora de la cena y aún no llega– Esperaba que me creyera y pudiera salir de esta. No es que no me guste pasar tiempo con ella, es más me encanta. Pero ahora mismo Karamatsu es más importante.

–Ah, ya veo– Enderezó su espalda y se secó el sudor de su frente. Se ve bastante cansada, me da un poco de lástima el no poder ayudarla.

–Esta bien, lo entiendo, si buscas a Karamatsu lo vi en el parque. Pensaba pedirle una mano pero se veía bastante triste.– ¿Está en el parque? ¡Heureka! Fue bueno encontrar a Totoko, me facilitó más su ubicación.

Pero, ¿por qué estaría así? ¿Qué le habrá pasado?

–¡Gracias, Totoko! ¡Te la debo!– Dije antes de que tome el impulso de correr hasta el parque. Escuché un «Como sea» de su parte y se marchó del lugar. Con mucha pesadez.

Muchas preguntas pasaron por mi cabeza al escuchar de Totoko que mi Karamatsu, digo mi hermano pequeño este triste.

Y se me pasó una por la mente.

No quise creer que fuera esa.

No quería engañarme.

No quería.

Pero a la vez lo deseaba.

¿Karamatsu me besó? ¿A mí? ¿A su hermano mayor? 

Eso explicaría aquella calidez en mis labios fue por él.

Y a la vez su tristeza provenga de eso, me hace tener una serie de conflictos de mis propios deseos.

Lo deseó pero si eso causó su tristeza, ya no me hace tan feliz.

¿Realmente debería hacerle frente?

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Manzana, manzana que haz comido, te haz metido en un gran lío.

Sentimientos contradictorios haz hecho que tenga.

Felicidad no has de tener jamás, tales impurezas no se merecen tal bendición.

De tus pecados cargaras para toda la eternidad.

Y de tu mano, él tomará.

Y jamás huirán.

★★★★★★★★★★★

–Traté de esconderlo lo mejor que pude, hasta le mentí–

–Pero sólo lo arruiné más,¿por qué? ¿Por qué tengo estos sentimientos?

–Es mi hermano, es mi igual–

–¿Por qué él? ¿Por qué Osomatsu?–


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‹Amor Entre Mayores›   ★OsoKara★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora