†Besamé†

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–No le diremos a nadie sobre esto, ¿verdad?– Interrogó mientras andabamos por la desolada calle, tenía un gran deseo de tomarle la mano entrelazandola, pero no podíamos. No era normal, no éramos normales. Seriamos tachados como enfermos por llevar un amor incestuoso.

Pero, ¿que importaba? Si era correspondido, verdadero... Era lo único que me interesaba. 

–A menos que quieras que nuestros padres y hermanos nos odien y nos tiren a la basura como ninis e incetuosos que somos, no tengo problema en que se lo digas– Pude sentir como volaban estrellas al mi alrededor cuando el puño de Karamatsu aterrizo en mi cara, dejandome casi inconsciente.

–¡No digas tonterías! Oh a la próxima te noqueó– No pude evitar mirarlo con ternura, es que en serio se veía tan tierno enojado. Daba miedo, si, pero también me daba ternura. El masoquismo en esta parte de la historia debería ser algo completamente normal y legal.

–Esta bien, esta bien, pero calmate. Era una broma, ¿de acuerdo?– Iba calmandolo mientras me levantaba del sucio suelo, él sólo me miraba muy preocupado, demasiado preocupado. Él realmente estaba asustado y completamente confundido. Por este amor.

Y lo entendía, no pasa todos los días que un par de sextillos sientan un gran amor más allá de hermandad.

Bueno, nunca fuimos normales. Pero me siento un completo narcisista, tal como Karamatsu. Pero recuerdo nuestras gran diferencia que usualmente chocan y me doy cuenta que somos totalmente distinto sacando de lado el gran parecido  físico.

Es como ser un cuadrado y un rectángulo, son parecidos pero sus diferencias están ahí. Tal vez no sea una gran definición o ejemplo, o lo que sea de lo que estoy hablando.

En resumen: Somos iguales, pero tenemos nuestras diferencias que nos separa de nosotros. Tenemos nuestra identidad, y ninguna es igual a la otra.

Como Pajamatsu y su obseción con el trabajo aunque no consiga ninguno y vaya martusbandose con revistas pornos.

Ichimatsu siendo Emomatsu, tener tendencias sadomasquismo y amar incondicionalmente a los gatos. Y vaya que los adora.

Jyushimatsu, el rayito de sol de la casa con una extrema energía que puede mandarte hasta Plutón. Él tiene una gran capacidad de fuerza que asusta y un gran corazón.

Y el menor de todos por un par de minutos, Todomatsu, el diablo en persona, ese bastardo tiene casi todo en bandeja, tiene su grupito de amiguitas y un jodido celular caro. Maldito manipulador. Mientras yo lloró en el pachinko, él esta de compras con su amigo, ¿Atsuki? ¿Mitsuki? ¿Atushi? Ay, no sé, no recuerdo su nombre pero tenía nombre de estar forrado de dinero. Seguro es su amante, Todo es muy afeminado, no me sorprendería si llegara ser gay. Tal como su hermano mayor. Ejem, bueno.
Y Karamatsu, Mi Karamatsu, un nini dolosoro y narcisista, él que tuve que enamorarme. Que mal gusto tengo. Aun así, su manera de preocuparse los demás y las veces que me hizo recapacitar, tal vez sea la razón por la cual ame ese pedazo de mierda dolorosa.

Si, seguro es la razón.

–Oye, Karamatsu–

–¿Qué? ¿Qué quieres ahor–

Antes de que terminará, robé de él un beso, nuestro primer beso. Aunque no sea el primero se sentía como tal.

–Te amo–

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Que esa manzana se pudra en los más profundo del bosque.

Ojalá y sus migas fueran comidas y se pierdan en el camino.

Que la entrada permanezca cerrada y no puedan volver.

Que se queden ciegos al adentrarse en la oscuridad.

Que queden atados en su miseria para toda la eternidad.

Y que sean odiados por quiénes más lo aman.

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“Que este amor ilumine su camino”

‹Amor Entre Mayores›   ★OsoKara★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora