†Quiero decirte†

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El sol se puso en alto.

Eran cómo las... ¿11 am? Tal vez, sólo adivinaba.

–Buenos días, Osomatsu– La voz de Choromatsu se hizo presente. Bostecé antes de decirle lo mismo y me fui derecho al baño.

Al salir, vi como Jyushimatsu venía hacia mí.

–¡Necesito tu ayuda, Hermano mayor! Ata a Ichimatsu por mí–
Agitaba con locura aquel bate, detrás de él estaba Ichimatsu no se veía muy nervioso por la declaración.

"Seguro ya se acostumbró"

–Esta bien, lo haré–
Hice lo que debía, lo até fuertemente al palo de béisbol para que no saliera volando a quien sabe dónde.

–¡Gracias, Hermano mayor!–

Agradeció agitando rápidamente su brazo y se largo con Ichimatsu a jugar lo de siempre.

“Mm, ¿debería ir al pachinko o quedarme en casa”

–Osomatsu–

Detrás de mí se escuchó la voz de Choromatsu llamándome también estaba Totty con él.

–Nosotros saldremos y Mamá y papá no están, así que te quedas vigilando la casa– Me informó vagamente.
Oh, bueno supongo que me quedaré aquí. Estando solo me dará espacio para pensar sobre mi situación tan escandalosa.

–Con Karamatsu–

¿Qué? Debe ser una jodida broma.

–Seguramente harías un desastre tu solo– Río Todomatsu. Jodido afeminado.

–¿Tan poca confianza me tienes? Me dueles, Pajamatsu– Puse una expresión burlesca de falsa angustia, él me miró enojado estaba apunto de insultarme pero prefirió guardarselo. Respiro hondo y sólo se despidió con Totty.

–Sólo no hagan un lío– Cerró con fuerza la puerta.

–Hasta luego, vieja gruñona–

Estoy muy seguro de que el destino tiene algo contra mí.
¿Así me hacen pagar? ¿Enamorándome de mi propio Hermano? Hubiera preferido que Totoko me dará un puñetazo y me mandará a volar. A todo esto no la he visto desde aquella reunión cuando nuestra vecina se fue.

¡Eso es!

Seguro estar rodeado de puras salchichas me hizo confundir mi sexualidad e hizo que mi narcisismo creciera. Si, esa es la razón.

Mientras hablaba conmigo mismo sentí como una mano caía en mi hombro.

–Hermano–

Eso sonó muy sexy he de admitir.

–¿Q-qué pasa, Karamatsu?–

Suavemente sacó su mano de mi hombro. Aquel contacto sólo hizo que quisiera tocarlo dulcemente y besar aquellos labios que arrebataba mi sentido común de que eso estaba jodidamente mal.

–Ehh, nothing realmente. Sólo me preguntaba qué haces parado aquí. Como por 15 minutos– Hizo una mueca de confusión mezclado con desagrado.  “¿Por qué?”

Le quede mirando un momento, sus mejillas...

Se habían sonrojado y desvío su mirada de la mia.

Espera.

¿Por qué diablos se sonrojó?

¿Lo incómode? ¿Le molestó? ¿¡Lo hice enojar!?

Tantas preguntas surgieron que no me di cuenta que él se había ido.

Ah.

–Soy un estúpido–

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La manzana es jugosa, pero no pruebes de ella, porque exiliado serás.

No la toques, si no quieres caer.

No la mires, si hipnotizado no quieres ser.

Haz roto las reglas, corrompido has sido.

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–Me pregunto si él siente lo mismo–

Nah. Eso es imposible.

¿Verdad?

No sabía dónde ir, si seguirlo o ir a otro lugar.

Al final me decidí buscar algo que comer.
Fui a la cocina, busque hasta al rincón menos pensable. Nada, ni una misera miga.

“Decidido, hoy no es mi día”

Suspirando con fuerza, salí de la habitación. No había mucho que hacer. ¿Podría hablarle sin derramar ninguna sospecha extremadamente extraña?

–Osomatsu– Escuché como me llamaba desde la sala de estar, mi corazón palpitaba con adrenalina y mi mente daba vueltas y vueltas como una montaña rusa.

–¿Qué pasa?– Fui hacia él con neutralidad. Siendo él de siempre y no un adolescente con problemas hormonales.

–Quería decirte sobre...– Vaciló un poco antes de suspirar y seguir. –algo íntimo–.

Diablos, aún no estoy preparado para esto.

“En serio hoy no es mi día”

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‹Amor Entre Mayores›   ★OsoKara★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora