5. Una hoja que tiembla al poder romperse

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Las cosas empeoraban a cada minuto más, Deidara manejaba el ave de arcilla con los nervios de punta mientras Sasori fuera de Hiruko le administraba suero, medicinas y varias agujas a la decaída Hazuki.

Era el tercer día de la chiquilla sin los efectos de la medicina del clan Izumi y su estado variaba entre altas y bajas temperaturas, deliraba con ver la nieve caer, susurraba nombres y al dormir despertaba de horribles pesadillas donde soñaba con morir congelada en turbulentos ríos.

Su piel había vuelto a tornarse de ese pálido enfermizo y a veces vomitaba la comida y un poco de sangre, no parecía querer mejorar, sobre todo con el tropical clima en que se hallaban.

—Busca un lugar rápido Deidara, si no, ella no sobrevivirá esta noche —habló Sasori con algo de fastidio en su voz.

Si bien Sasori no parecía tener emociones, en ocasiones muy extrañas tendía a mostrarse fastidiado o altanero.

Deidara le dedicó una mirada extrañada y urgida y comenzó a ir más rápido. La noche ya había caído hace varias horas y se encontraban volando bajo el cielo estrellado e iluminado por la luna.

El chakra de Hazuki estaba turbio, Sasori no hacía más que observar como pequeñas llamas salían despedidas de los dedos de ella, como un haz de luz. No hacía más que sorprender a Sasori aunque este no lo demostrara y quizás si ella no fuera tan enfermiza sería una gran kunoichi. Se necesitaba de mucho chakra para desprender un elemento sin la necesidad de sellos de manos. En esos momentos su chakra totalmente descontrolada presionaba en ciertas partes.

Sasori se conocía el cuerpo humano a la perfección, así que usando sus conocimientos apretó los puntos de chakra de la chica para cerrar los canales y dejarla bloqueada.

Un día, solo uno faltaba para llegar a la meta, dejarla a merced del líder y lidiar con otra misión. Ya basta de andar secuestrando personas, el dúo de Deidara y Sasori era mejor acabando con personas, destruyendo sus sueños, aniquilando países y aldeas.

— ¡Allá! He visto luces —gritó el chico y el ave agitó las alas para obtener más velocidad.

Hazuki fruncía el ceño y tiritaba, luego se quedaba completamente inmóvil y su respiración se volvía más espesa, así de esta manera actuaba su cuerpo a cada rato.

El pájaro descendió de manera veloz entre los árboles y quedo suspendido en el aire unos instantes antes de tocar tierra, levantó polvo pero eso no fue inconveniente para que Deidara tomara el cuerpo de la joven chica y corriera hacia lo que parecía un pequeño hotel. Entre tanto Sasori se introducía en Hiruko y tomando todo lo necesario partía hacia el lugar por donde Deidara se había perdido.

A Deidara la dieron una habitación grande y se saltaron el protocolo en cuanto vieron a la chica en estado de inconsciencia, fue Sasori quien arregló todo y pagó los gastos. Les pidió a las sirvientas algunas hierbas que estaban anotadas en un libro de medicinas naturales para Hazuki. Notó que era un libro exclusivamente dedicado a ella y el único indicio del autor eran unas iniciales "H", también tenía una pequeña dedicación hacia Hazuki pero ya no le prestó importancia.

Por los pasillos caminaba con lentitud y cada persona que le veía soltaba exclamaciones o le observaban con temor o extrañeza, su apariencia era intimidatoria.

Al entrar a la habitación observaba como Deidara la había acostado en el futon y le colocaba una toalla húmeda en la frente.

—Ven y ayúdame Deidara, estas medicinas no se prepararan solas —gruñó con su voz grave y rasposa.

Deidara bufó ya cansado y se acercó a su compañero.

Cortaba con desinterés algunas hojas y las echaba en un bol para luego machacarlas y dejar la masa casi homogénea en agua hervida. Sasori vertió esto en una taza y se acercó a la chiquilla para que despertara. Hazuki al despertar se veía perdida pero no dijo nada ni rechazó el vaso, que comenzó a bebérselo sin reparos por el hecho de que estaba caliente. Luego de eso siguió su siesta y Deidara se fue a dormir a la esquina más apartada.

Secuestro en el País de la NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora