Primera historia
El en país de la Nieve, las grandes tormentas habían amainado y la gente aprovechaba para hacer compras, conversar y celebrar.En la academia ninja los niños se mantenían afuera haciendo muñecos de nieve y jugando a las guerrillas.
Un chico se mantenía apartado del grupo junto a su gran rival, ambos enfrascados en una competencia de quien hacía un murallón de nieve más alto.
Desde la ventana una pequeña niña de sonrosadas mejillas observaba paciente como los demás se divertían, su rostro pálido dejaba en evidencia su aspecto enfermizo.
Cubierta con un gran abrigo de oso y su cabello casi rubio oculto bajo su gorro de orejas, pegaba su nariz a la ventana anhelando jugar, pero no podía, su sensei se lo tenía prohibido.
Viendo ya el reloj que apuntaba un minuto para que comenzaran nuevamente las clases comenzó a jugar con su bufanda rosada y sonrió feliz al saber que otra vez sería parte del grupo de niños.
Corrió con rapidez hasta llegar a su lugar, en la tercera corrida, primer asiento. De su pequeño bolso ninja -obsequio de la abuela Miku- sacó la ocarina del clan Izumi y comenzó con una pequeña tonada triste y melancólica. Le tomaba bastante tiempo tocarla porque sus pequeños pulmones no soportaban el verdadero ritmo de la canción.
El ruido de la campana anunciante del término de recreo no la detuvo y mientras los niños se apresuraban a entrar ella seguía con tranquilidad. Solo necesitaba dos notas más y terminaba pero unas manos le quitaron el instrumento con violencia y ella miró con fijeza a esa persona. Kazuo tenía el ceño fruncido intentando averiguar de qué manera se utilizaba.
-¿Acaso es algún ninjutsu el que utilizas para que el sonido salga? No entiendo -amonestó el niño de ojos grises.
-Idiota -le respondió Kanon quitando de las manos del chico la ocarina.
El niño infló los mofletes y sin decir nada se sentó en su fila en el tercer asiento quedando un asiento vacío entre los dos, quien luego lo ocupó Hikari, un joven chico de castaña mirada y sonrisa tranquilizadora.
-Hikari-kun, ¿Qué haces aquí? -preguntó intrigada Kanon.
El niño le regaló una sonrisa y le susurró.
-Shh, ahí viene Yota-sensei -apuntó a la puerta.
-Raro -bufó Kazuo.
Hikari siempre predecía cuando el sensei venía por lo que era muy querido por los desordenados que gastaban bromas a su sensei.
-Celoso -le dijo.
En eso entró su sensei. Un hombre alto de cabellos blancos tomados en una coleta baja.
-Yota-sensei viene de buen humor -susurró Kanon.
Hikari, Kazuo y Kanon miraron la pequeña trampilla puesta disimuladamente sobre el asiento del sensei.
Luego de que todos saludaron cordialmente a sus sensei, los niños comenzaron a cuchichear y este se encaminó a su asiento, sonrió extremadamente feliz y cuando se sentó, activó un mecanismo que soltó humo y un balde con nieve le cayó encima.
Los niños comenzaron a reír y Kanon no pudo evitar soltar una pequeña risilla al igual que Hikari. Kazuo en cambio observaba fijamente a su hermana Kotoko que sonreía nerviosa.
Yota-sensei por primera vez en tantos años con los niños se rió derrotado y todos los pequeños se callaron. Para Kotoko le resultó algo macabra la risa. La chiquilla era la que estaba tras toda la broma y sabía que Yota-sensei daba unas broncas que te dejaban tieso.
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Secuestro en el País de la Nieve
FanficEn el lejano País de la Nieve reside una joven habitante con el raro KekkeiGenkai elemento Vapor, el cual protegen con mucho rigor. Es por esta razón que el dúo artista de Akatsuki es enviado al misterioso país, con la misión de secuestrar al portad...