Veintitres

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Dua POV

Camila no estaba siendo la misma chica que me sometió noches antes, hoy era diferente, hoy no tenía cuidado en la fuerza con la que me llevaba a la habitación ni tampoco le importaba esconder su mirada pervertida bajo un sonrojo disimulado, hoy estaba arrastrándome junto a ella como si estuviera escapando de sus sentimientos románticos y lindos.

Entramos a la habitación, todo estaba en completa oscuridad, las cortinas cubrían el gran ventanal hacia el jardín.

"Vamos a..." su mano presionó la mía, avisándome que debía guardar silencio.

"Hoy no te voy a permitir que hables" liberó su agarre y sentí como se alejaba de mí, escuchando sus pasos más cerca del lugar en donde suponía que estaban los juguetes.

Caminé solo un poco, cuando escuché el sonido del interruptor y las primeras luces tenues iluminaron el lugar, Camila estaba junto a los cinturones de cuero y entre sus manos descubrí una cadena reforzada.

"Mi pequeña niña...hoy vamos a jugar de verdad, porque eso es lo que querías ¿no es así?" asentí en silencio, ella caminó hacia mí con una sonrisa poco dulce, como si estuviera devorándome con esa mirada café y en cuestión de unos pasos más ya estaba a mi lado. Sus manos se dirigieron a mi ropa, liberando todos los botones de mi camisa blanca, y con la ropa entreabierta continuó su camino hacia mis pantalones, yo dejé caer la primera prenda de mi cuerpo, y ella siguió abriendo el botón para bajar el cierre y dejar que cayera la tela al suelo, solo llevaba aquella lencería pequeña de color negro. Retiré mis zapatos de los pies, y el pantalón se quedó en el suelo, mientras veía como ella buscaba mi mano y cerraba la primera argolla de la cadena, Camila estaba concentrada en la manera de sujetarme más fuerte, viendo como se cerraba la siguiente argolla.

Sujetó el extremo de la cadena para llevarme junto a ella, con las manos encadenadas. Hizo que me sentara en la cama, indicándome que no me moviera. Fue al mueble y abrió el primer cajón, ya sabía que estaba buscando.

Regresó frente a mí y sujetó mi rostro entre su mano, sus dedos presionaron el borde de mi boca mientras miraba hacia mis labios rojos. Se acercó para plantarme un beso en la boca y subió a la cama. Me rodeó con lentitud, pasando sus manos en mi cuerpo para acariciarme, sus dedos cálidos repasaron mis brazos.

Se detuvo para hablarme cerca del cuello, sintiendo su respiración en mi piel desnuda provocando que me estremeciera.

"¿Algo que me quieras decir antes que te silencie?" me quedé inmóvil, quería girarme para mirarla pero no podía hacerlo, ella ya estaba pasando sus manos por mis hombros.

"Demuéstrame que tú tienes el control" solo bastaron esas palabras para que sujetara mi cuerpo y pasara el gagball por delante de mí.

"Abre la boca" obedecí a su orden y el objeto lo posicionó entre mis labios, pasando el cuero a los lados para sujetarlo con el seguro de atrás. Me había silenciado.

Creí que ya había terminado de sujetarme, pero sabía que algo faltaba entre sus manos hasta que comprobé lo que suponía, mis ojos en segundos quedaron cubiertos por aquella tela de terciopelo y mis sentidos se limitaron, no podía verla.

Sentí como se arrodilló detrás de mí, removiéndose cerca, estaba retirando su vestido fuera del cuerpo. Su aroma a rosas y vino llegaban cerca de mí, inundando mi respiración.

"Demonios, Camila, no me hagas esperar" sabía que mis palabras había sido ahogadas por el gagball pero lo intenté, estaba impaciente.

Su mano fue apartando mi cabello hacia mi hombro derecho, y fue depositando fuertes besos en mi cuello desnudo, sus dedos presionaban en mi piel.

"Me pregunto si realmente puedo hacer esto".

Intenté moverme, pero ella me regresó a la cama, sujetando mi cuello con su mano. Su reacción había sido inesperada, su agarre se presionó y seguramente me iba a dejar una marca, comenzaba a faltarme el aire y ella deslizó un poco su mano hacia abajo, sin liberarme.

"Camila" solo se había escuchado como un suspiro y ella fue dejando que recuperara el aire. Mi cabello se enrrolló en su mano libre y me jaló hacia atrás, si fuera posible mi mirada quedaría justo en el reflejo del espejo, pero no era así.

"Si obedeces, todo va a ser lento, si no lo haces, te castigo...y creo que hay un látigo que me gustaría probar" Camila estaba subiendo el nivel de fuerza, y no lo entendía pero tampoco quería pensar en ello.

Ella bajó de la cama y comenzó a llevarme junto a ella. No puede ser.
Bajamos los escalones de elevación donde se encontraba la cama en el centro, para llevarme hacia la primera columna.
Mis pies descalzos sentían la alfombra templada, estaba caminando hacia mi perdición.

Camila me dejó ahí, y quería retirar el gagball de mi boca pero no podía, mis manos estaban encadenadas. De pronto sentí que el metal comenzara a correr hacia arriba, ella lo había descubierto. En un instante, mi cuerpo quedó suspendido en la columna, mis brazos hacia arriba, y mis pies reposando aún en la alfombra. Medio cuerpo tenía atado.

"¿Te gustaría verme?" sus dedos comenzaron a acariciarme, bajando por mis costados para producir mayor sensibilidad, su aliento cálido chocaba contra mi cuello. Sus manos se desviaron hacia mis pechos, para marcar un ritmo circular, repitiendo su masaje suave en mi piel expuesta, mis pezones comenzaban a reaccionar más y ella ya lo había notado, porque en un instante sus labios abandonaron los besos en mi cuello para bajar a mi pecho izquierdo y presionó su lengua ahí, para cerrar su boca alrededor de mi pezón erecto. Su agarre bajó a mi trasero para acercarme a sus caderas y sentir su cuerpo hirviendo frente a mí.
Sus movimientos aumentaron de velocidad y de pronto se apartó.

"También eres mi tortura" y sin esperarlo, sentí el golpe de la fusta en mi costado, quemando en la piel, me ardía demasiado y si no tuviera el gagball en mi boca seguramente hubiera escuchado mi grito que fue ahogado "si yo no me he comportado, tú tampoco has obedecido a lo que quieres" y se acercó a mí. Para repetir sus caricias, calentando a mi cuerpo.

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Llegando tarde ahre
Mis promesas por helado son de verdad.

Esta es la primera parte de esta mega escena, la historia aumenta DES PA CITO ahre con la chancleta no

Helado para todos, gracias por leer y dejar su estrellita de apoyo, son super goals 🌟

Nos leemos en el próximo capítulo, gud bai

50 sombras de Dua • duamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora