¿Con quién se casará Álvarez?

Réplica

Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Pol-ka Studios y Disney Channel, la historia es completamente mía.

¡Importante! Algunos personajes tendrá un cambio de personalidad por los rumores de la tercera temporada y para su futuro desarrollo en esta historia, se agradece su comprensión.

Capítulo 8

Años después de la boda.

—¡Simón! Tu bebé está por nacer.  —Gritó Pedro emocionado apenas lo encontró, estaba sudado pero valía la pena para que su amigo no se perdiera este momento tan importante.

Él apenas lo escuchó, salió corriendo agradeciéndole a cada paso por haberle avisado.

Al llegar al hospital, corriendo porque su poca paciencia al esperar un taxi fue demasiado corta, mala suerte para que se le arruinara su auto en esa fecha; aun así no importaba, quería ver a la persona que sin llegar a conocer se convertiría en la más importante en su vida. Entró al cuarto y vio a su esposa abrazando al bebé, ella le dijo amablemente y cansada que lo tomara y Simón aceptó con gusto.

Ya en sus brazos, contemplandolo pensó en lo igual que era a él, salvo que en lo único que se parecia a su madre era en su contextura pálida. Se preguntó entonces si sus ojos serian como los de él o si serian de color como los de su esposa, agarró la mano de ella teniendo eso en mente y observó con felicidad su anillo.

Después de la partida de Matteo.

—Luna... Tierra llamando a Luna —Jugó Simón quien la encontró fuera de sí.

—Ay, Simón me espantaste.

Una tristeza recorrió al mexicano por su amiga, desde la partida de Matteo Luna dejó el lado frío que tenia al darse cuenta que era Sol, a tener uno muy distante, cambiante, a veces la veía seria y otras veces hasta triste.

Despedida de solteros.

En la fiesta Ámbar los perdió de vista, esto estaba mal, no debía de perder a Simón, no esta noche.

Lo debía de buscar, fue a todos los lugares y no lo encontró, decidió entonces adentrarse en la cabaña, tristemente ahí estaba con Luna, no salió y prefirió escucharlos, parecía que estaban en un ambiente algo extraño, ella sostenía una de sus manos y lo miraba a los ojos.

—Simón, te amo.

Él se lo tomó con calma, sonriendo como siempre.

—Yo también te amo.

Lo amaba de verdad, Luna lo amaba en serio, desde esa fiesta en que lo comenzó a ver de otra manera.