-Y debes cubrirlo, nada que hacerle, Ice. -Lovino terminó de hablar y se marchó, tenía que seguir con sus obligaciones. No podía negarse, así es el trabajo en equipo; si alguien debe ausentarse, otro compañero debía cumplir sus tareas. Y en este caso el que debía suplir al policía ausente era el islandés.
Y ahí estaba Gissur, dirigiendo el tránsito, con los elementos necesarios para ello, incluido un silbato de color verde. -Sólo serán dos horas. -Se dijo a sí mismo, en un intento de darse fuerzas cuando inició, estaba algo cansado.
Sin darse cuenta pasó poco más de hora y media. Miró su reloj, se sonrió al pensar que le quedaban veinte minutos para poder terminar y poder regresar a su estación. Debía llenar unos formularios para ese día, así tuviese que quedarse más tiempo del que correspondía a su horario.Las cosas pasan por algo, dicen. Y por allí, en la calle en la que estaba Gissur pasó un automóvil, ¿qué tenía de especial eso? La verdad es que nada, salvo un detalle, en él iba cierta persona, era a quien buscaba el oficial Hrafnsson, también apodado en Europa y varios países más como el "North's genius". Aquel noruego clavó la mirada en el policía que dirigía el tránsito y sonrió de medio lado, sus planes del día los cambió en un abrir y cerrar de ojos. -Berwald, cambio de dirección, estaciónate por aquí cerca, já? -Su chofer y guardaespaldas dijo un "sí" con su característica voz grave.
-Claro, si va derecho verá el parque, vaya con cuidado. -El platinado le indicó a una señora que paró su vehículo para hacerle una consulta, se veía que no era de la ciudad, le sonrió amablemente y aquel auto se fue. Debía admitir que le era grato ser útil, quizá esa en parte era una de las razones por las que eligió ser un oficial de la policía. -Ya debería estar aquí Lovino con ese policía nuevo, qué bien, así él se encarga del resto. -Se sonrió un instante y vio parar frente a él a un Aston Martin, lujoso auto, le extrañó ver ese vehículo allí, pero más le extraño ver que estaba sin matrícula. Era algo que no podía dejar pasar.
El islandés se aproximó al automóvil de origen británico y tras soplar el silbato, hizo una seña para indicar que el conductor bajara el vidrio. -¿Algún problema, oficial? -Y quien conducía era aquel hombre a quienes sus cercanos llamaban Nor. -¿Sabe que es una falta conducir un vehículo sin matrícula? -El platinado estaba siendo distante en su modo de hablar, era lo que correspondía. -No quisiera recordarlo, oficial... -Bajó la mirada el nuruego, lo que intrigó al isleño, su cara se le hacía familiar. -Hoy... hoy volvieron esos sujetos a amenazarme, iban a golpear a mi pobre Brunilda, tras- -Suerte para el menor era que no hubiera necesidad urgente de seguir con dirigir el paso de vehículos. La cara del platinado fue casi de espanto al creer que le hablaba de la agresión a una mujer, estaba abierto a interpretarse eso.
-Tras arrancarle la matrícula de cuajo. -Y con ello el policía supo que le hablaban de un auto y no de una mujer, y por su malinterpretación (justificada) se sonrojó un poco el oficial, apenado de haber sacado conclusiones apresuradas.
-Fue muchísima suerte que pasara una patrulla cerca, los sujetos al oír la sirena salieron huyendo, por eso no tiene su matrícula mi pequeña. -Hablaba del auto, claramente. Toda una historia se la montó en unos minutos, en los que también sacó la matrícula y la escondió. -¿No recuerda sus rostros? Así podría hacer la denuncia que corresponde. -El de la mirada añil negó con la cabeza. En el asiento del copiloto estaba Berwald, callado, sorprendido y no por la escena y el plan de su jefe. -Disculpe, ¿no me recuerda, oficial? -Habló el noruego y dueño del lujoso auto.
El nórdico menor dijo que no tras negar con la cabeza y se escuchó por allí un crujido, como el de cristal rompiéndose, era el corazón del jefe del sueco. Vale, debía ser objetivo, ahora estaba en muchas mejores condiciones que cuando le encontró el islandés, era lógico que no le reconociera. -Soy a quien usted encontró ayer en un callejón.
En una décima de segundo entendió el policía. -Sí, te recuerdo. Me alegra ver que estás mejor, por lo que parece. -"Es bastante apuesto", pensó el platinado tras ver bien al noruego. -Bueno, si debo recibir una multa por no tener matrícula mi automóvil, la pagaré, oficial. -De verdad aquel noruego parecía una blanca paloma en ese momento, debía parecer un ciudadano modelo, bueno, modelo ya lo parecía. -No, sería inhumano multarte por ello si no fue tu culpa. Pero debes notificar el robo de tu matrícula, puedes marcharte. -Gissur ni se había dado cuenta de que lo trató de "tú".
-Espere, oficial. -Gissur le miró enarcando una ceja, curioso de lo que dijera aquel hombre. -Permítame agradecerle con ir a cenar mañana. -El policía se sonrojó apenado, sin entender el porqué de su sonrojo. Ido el rubor de su rostro, se dispuso a responder. -No se arrepentirá. -Habló de nuevo el jefe de la mafia. -No debería. -La mirada añil se fijó en la amatista del más joven, y este acabó aceptando. -Está bien. -Inconscientemente Gissur se sintió atraído hacia aquel rubio.
-¿Su nombre, oficial? -El joven policía se rascó la mejilla con cierta timidez. -Gissur Hrafnsson. -El noruego ya sabía ese dato, y otros más. Se escucharon un par de bocinas y el oficial se incorporó, debía regresar a su labor. -Búscame mañana en la estación de policía del centro de la ciudad. Debo irme, ve con cuidado. Adiós. -Y el isleño se marchó, debía seguir dirigiendo el tránsito.
-¿Conducirás tú de regreso? -Preguntó Berwald. -Já, y a Dagmar le debo encargar un importante trabajo. -Y se fue el noruego, tenía que encargarse de cosas importantes, y estas eran los detalles de la cena con aquel para él lindo policía.
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Dos lados [Fanfic NorIce/AU Mafia]
Fanfiction[Fanfic NorIce AU Mafia.] ¿Y si el amor está del otro lado? Y si el amor llega, ¿qué se hace cuando tú no conoces bien ese sentimiento? Quién diría que alguien que se mueve en las sombras sentiría atracción por quien está a cargo de su captura. Sí...