Dos lados [Fanfic NorIce/AU Mafia]

Capítulo 10: Una confesión tierna, un pequeño avance

—¿Y esa cara? —Quien hizo esa pregunta fue Xiao, dirigiéndose a Gissur, el cual le miró con frialdad y molestia, y claro que el platinado tenía razones para mirarle así.

—¿Fue porque anteayer con Lovino no te dejamos follar? —El nombrar al italiano era importante, así él no era el único culpable del enfado del nórdico, y así se notaba la responsabilidad compartida. —¿Seguro que eres un policía? Lo digo porque actúas como un niño. —El asiático asintió y se sentó en el sofá, al lado de su jefe. —Oh, lamento ser tan sincero, jefe. —Era evidente que las palabras de Xiao eran para molestar a su amigo.

—Una cosa es ser sincero y otra muy diferente es ser alguien que habla de más y dice disparates. —El hongkonés rodó los ojos. —Vamos, Ice, eso fue el domingo, es martes. Qué rencoroso eres. —El aludido lo miró reprobatoriamente y siguió escribiendo en su teléfono móvil.

—Lo gracioso es que Lovino no se da cuenta de nada. Creyó que yo te molestaba como siempre. —El islandés suspiró. —Pues te pasaste esa vez, que lo sepas, Xiao. —Y efectivamente fue así, el policía nacido en la zona sur de Italia creyó exactamente lo que Xiao había dicho.

Gissur siguió escribiendo en su móvil, entre que gestionaba un par de asuntos de su trabajo, como también se comunicaba mediante mensajes con un colega del mismo cargo que él ostentaba, pero de otra área de la ciudad. —¿Y cómo va lo de atrapar al Padrino nórdico? —El islandés enarcando una ceja miró a su compañero. —Qué apodo tan malo, Xiao. Al parecer, hoy no estás creativo, y no es que seas brillante o ingenioso. —El más bajo entrecerró los ojos. —Como si no pillaras la referencia y de quién hablo, Ice...

El nórdico ni le miró. —Ya sé de quién hablas. Supe que los hombres de él anduvieron peleando con los secuaces de Iván Braginsky, que dejaron muy mal heridos a catorce de ellos y que mataron a dos. No me llamaron a tiempo como para ir al sitio del suceso cuando se dio la confrontación. —Explicó Gissur sin apartar dedos y ojos de su móvil.

—Vaya, me hubiera gustado estar ahí. —El isleño le observó un instante y volvió a escribir. —Hay que ver... No tienes la experiencia para ello, este año comenzaste en este trabajo y ya quieres andar en misiones tan peligrosas, Xiao. Eres un inmaduro.

El de las bien pobladas cejas chasqueó la lengua. —Toda tu experiencia te la hiciste aquí y por ese sujeto al cual ni le sabemos su verdadero nombre. Un año y medio de misiones peligrosas no hace que seas como un gran jefe maduro y lleno de sabiduría que lleva más de una década de servicio, Ice, tenemos la misma edad. Aunque te evaluaran tan bien, sigues pareciendo un chico que acaba de cumplir diecisiete. —Ambos se trataban así, molestándose mutuamente, era lo normal entre los dos. —Lo anotaré en mi bitácora de opiniones que me importan una mie... —El islandés dejó de hablar para no terminar con esa palabrota. Lo que casi hizo reír a Xiao, casi. —Eres tan poco sincero, Ice...

Y tenía razón Xiao, Gissur buscaba no mostrar por completo sus emociones, incluso se contenía de reír o de dejar ver su sonrisa a la mayoría de las personas, lo que era igual en el caso de sus sentimientos.

—No es cierto, y ¿eso acaso importa? —El hongkonés no le respondió la pregunta. —¿Y cómo van las cosas con ese adinerado hombre? ¿Ya le pediste salir juntos y ser novios? —El nórdico se ruborizó en un segundo, lo que le hizo gracia al moreno, mas este no rió ni cambió su tranquila expresión. —Deja de decir sandeces, Xiao.

Maldito sonrojo traidor, y lo peor es que tardó en irse su rubor. Y Xiao se echó hacia atrás, cruzando sus brazos tras su cabeza, en una muy relajada postura y actitud.

—¿Así que crees que me tragaré que no te gusta? ¿Y cómo se llama? De lo que lo he visto, no he oído su nombre. ¿En qué trabaja? ¿Tendrá una hermana guapa? —El platinado miró mal a su colega. —¿Para y por qué quieres saber de él? —La sola reacción del joven oficial hizo sonreír maliciosamente al asiático, una pequeña sonrisa,