Capítulo 3

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Finnick

Son los 72° Juegos del Hambre, y como todos los años, me toca ser mentor de unos niños inocentes que no tienen culpa de nada, pero se ven obligados a seguir con la "tradición".

Hoy estarán todos los tributos de camino al capitolio, por lo que me dedico a ver las cosechas de todos los distritos. Siempre las comienzo a ver desde el 12 hasta el 1, porque todos los años se repite el mismo voluntariado de los distritos 1 y 2, lo que ya cansa.
Nada especial, del 12 al 5 todo "normal", las mismas caras de miedo que me recordaron a mi compañera en los Juegos, Stella.

Mis tributos de este año, he de decir que van a mejor, no aparentan tener miedo, a excepción de la chica, que se le notan las ganas que tiene de llorar, pero aún así se mantiene firme en su puesto. Sus nombre son Thomas y Melissa.
Por un momento pienso que pueden tener posibilidades, pero me vuelvo acordar de los profesionales y... bueno, solo queda la esperanza.

Y llega el turno del Distrito 3, me lo iba a saltar, pero en verdad no tengo nada que hacer, por lo que continúo viéndolo. Y vaya que me alegro de haberlo hecho.
Al parecer Euterpe se cambió de distrito, sigue con sus mismas ropas extravagantes, pero aún conserva su tono de piel que tanto me agrada.
Comienza por las chicas, después de buscar y buscar en la urna el papel "indicado" alza su voz para nombrar el nombre de la elegida.

- ¡Jessica Black!- dice con su voz chillona.

Tendrá unos 16 o 17 años, me siento mal por ella,pero no puedo hacer nada. Iba a adelantar el vídeo cuando de repente se escucha algo.

-¡Me presento voluntaria!- dice una chica de también unos 17 años, con el pelo castaño oscuro, casi negro, que le llega sobre los hombros con unas ondas preciosas, unos ojos grises que incluso podrían llegar a dar miedo y una figura esbelta y delicada. La verdad es que paré el vídeo para poder verla mejor, desde luego, ella no va a necesitar preocuparse por los patrocinadores:
1°. Por su belleza.
2°. El haberse presentado voluntaria.
No se le nota el miedo en la cara, es más, parece decidida y fuerte. Me agrada, intentaré conocerla.
Aunque aún falta para que lleguen, por lo que continúo viendo los vídeos.

Lauren.

¡Al fin! ¡Mis tan esperados 18 años, mi liberación de los malditos Juegos del Hambre! No puedo expresar el gran alivio que siento ahora mismo, pero... no dura mucho, porque recuerdo que mañana al medio día tengo que estar en la plaza para la cosecha. Por lo que sólo sentiré un alivio de verdad cuando termine y pueda entrar a casa para "celebrar" mi cumpleaños.

Mi vida no es demasiado interesante, mis padres fallecieron cuando tenía 16, electrocutados (es lo que tiene vivir el el Distrito 3, tener playas y ocuparse de aparatos electrónicos), por lo que llevo 2 años cuidando de mi misma.

Este año creo que mi nombre entrará unas 36 veces en la urna.

Ya a la mañana siguiente me preparo pa salir, me baño, me visto con un vestido que era de mi madre, que es de un color azul desgastado, me llega justo a la altura de la rodilla, me cepillo el pelo con los dedos y me calzo. Son las 12:47, faltan 13 minutos para que empiece la cosecha, así
que apuro el paso hasta llegar a la casa de mi mejor amiga, Jessica.

Ella perdió a su padre hace muchos años, y por desgracia, el año pasado su madre falleció, dejándola sola con 3 hermanos más. La admiro por su valentía, por no dejar a sus hermanos en el orfanato cuando cumplió 18 años hace 1 mes, por ser quien es.

Salimos de su casa hacia la plaza, ella lleva a sus hermanos mellizos, Jack y Mikey, de 12 años de la mano, mientras que yo trato de no perder la paciencia con Joshua, su hermano de 14 años, el cual (como de costumbre) trata de ligar conmigo.
No le hago mucho caso a lo que me dice, simplemente me centro en el agente de la paz que pincha los dedos de las personas para hacer un "recuento" y saber si alguna persona falta.

Llega mi turno, me pichan y me dirijo hacia el lado de las chicas, me toca 2 filas por detrás de Jessica, pero aún así, con mi 1.68 de altura logo verla.
A las 13:00 sale el alcalde dando el discurso que a estas alturas ya nos lo sabemos todos de memoria.
Acto seguido una nueva representante del distrito, si mal no recuerdo, Euterpe, comienza a hablar de lo orgullosa que está y blah, blah, blah, blah.
Llega el momento más temido por todas las chicas de entre 12 y 18 años del Distrito 3 a las 13:14, cuando Euterpe saca un papel de la urna y se dispone a leerlo.

-¡Jessica Blak!- dice con su típico acento del Capitolio.

Por un momento dejo de respirar, no sé si es por alivio, o por saber que mi mejor amiga va a ir a los Juegos y probablemente dejar a 3 pobres chicos sin nadie que los cuide.

Esa.

Esa fue suficiente razón para que mis músculos reaccionaran y poder gritar con todas mis fuerzas.

-¡Me presento voluntaria!- grito para que se me escuche bien, y ahora sé que ya no hay vuelta atrás.

Todo el mundo se voltea para poder verme, por lo que trato de mostrarme fuerte y confiada.
Jessica no se lo puede creer, y con lágrimas en los ojos corre a abrazarme.

-¿Porqué lo has hecho Lauren?- me pregunta con la voz rota-Era tu último año.

Le iba a responder, pero 2 agentes de la paz nos separaron y me llevaron hasta en escenario, donde me presenté.

-Bueno, bueno, bueno, una voluntaria del Distrito 3. ¿Cómo te llamas querida?- me pregunta Euterpe con una sonrisa en su cara.

-Lauren Strone- digo con una voz que no demuestra nada, una voz neutra, como si no me importase haber firmado mi sentencia de muerte.

No podía ir a peor, pensaba mientras Euterpe buscaba al "afortunado" del Distrito 3. Pero me equivocaba, desde luego que si.

-¡Michael Black!- de repente, por segunda vez en el día me olvido como respirar.

Él no, el pequeño Mikey no, sólo tiene 12 años.

Nadie.

Repito, nadie se presenta voluntario por un niño de tan sólo 12 años. Y los maldigo a todos, amigos, vecinos, conocidos...

El pobre sube al escenario con una cara la cual lo dice todo. Me mira con los ojos llorosos antes de darme un abrazo y romper a llorar.

Pude notar como mi corazón se hizo trizas.

Pude notar como mi odio hacia los Juegos y Snow aumentaba cada vez más.

En 2 minutos estábamos dentro del Ayuntamiento despidiéndonos de Jess y sus hermanos. Ella me agradeció una y otra vez más por presentarme voluntaria. A lo que yo respondí.

-Jess, tú tienes una familia a la cual querer y cuidar. Dime, ¿que me queda a mi?- segundos después entran unos agentes de la paz lo cuales nos llevan a Mikey y a mi al tren.

Y hasta que no veo como nos empezamos a alejar de nuestro distrito a una gran velocidad, no soy consciente de lo que me va a esperar en la arena. Probablemente muera, no soy para nada fuerte, y nunca he utilizado ningún arma a parte de un cuchillo para cortar el pan.

En ese mismo día conoceremos a nuestros mentores, Beetee y Wiress.

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L.

Respirar [Finnick Odair] - CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora