Capítulo 13

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Lauren

Tan pronto como suena el cañonazo mis piernas comienzan a moverse. No creí que fuese capaz de correr tan rápido, supongo que el hecho de que tu vida esté en juego ayuda.

Paso las dos primeras filas como una bala, y me detengo en la seguda, cogiendo una mochila de buen tamaño. Me doy la vuela y empiezo a correr hacia la misma zona donde vi desparecer a Mickey. Corro con todas mis fuerzas hasta meterme en la espesa jungla o bosque. Mis pies se mueven pero sin dirección alguna. Por lo que me paro en seco a escuchar y observar lo que me rodea.
Me adentré bastante en el bosque, ya que no veo ni siquiera la punta de la cornucopia.
No veo ni escucho nada sospechoso, por lo que me paro a abrir la mochila.
Dentro viene una cuerda, una especie de saco de dormir, una cantimplora (si agua, como no), dos bolsas de tiras de cecinas secas y dos cuchillos, uno que parece una daga y otro más grande se los que normalmente utilizo.
Vuelvo a guardar todo en la mochila, miro hacia el sol y veo que está a punto de oscurecer. Supongo que ya acabaría el baño de sangre.

Y no estaba equivocada, ya que se empiezan a escuchar unos cañones.
Trece.
Trece son los cañones que logro contar. Y no son pocos a decir verdad. Hago cálculos y solo quedamos 11. Entre ellos espero que esté Mickey.

Decido subirme a un árbol algo frondoso para pasar desapercibida desde el suelo aunque levantes la mirada.
Paso la cuerda por mi tronco para agarrarla al árbol, y así evitar que me caiga. Al acabar de acomodarme ya es casi de noche, faltarán unos minutos, y empieza a hacer frío, por lo que meto las piernas y el tronco dentro del saco para así entrar en calor.

Me estoy empezando a quedar dormida cuando escucho unas trompetas, lo que hace que me asuste por un momento, hasta que recuerdo que es el recuento de los fallecidos.

Como era de esperar, ningún tributo de los distritos 1 y 2 ha muerto, y ninguno del 3, por lo que Mickey sigue vivo. Del 4 tampoco. Supongo que quitándonos a nosotros el resto de ha aliado. Continúo viendo el recuento hasta que toda luz de apaga. Como me va a costar dormir, hago una lista mental de los tributos que quedan vivos.

2 del 1
2 del 2
2 del 3
2 del 4
1 del 7
1 del 10
1 del 11

Quedamos 11 personas. Tengo que encontrar a Mickey pronto, no quiero que le pase nada. Sobre las 3 de la madrugada (o eso es lo que yo creo) me quedo dormida.

Me despierto por culpa de un cañonazo. Está amaneciendo, por lo que podrían ser los profesionales, que se encontraron con algún tributo de camino a la cornucopia, por lo que voy a esperar por lo menos otra hora más para seguir con mi búsqueda. Salgo lentamente del saco donde dormí y lo guardo con cuidado en la mochila, saco una de las bolsas de cecina y me como 2 tiras. Cada bolsa trae unas 16 tiras, y si comiendo yo sola se acaban rápido no me quiero imaginar cuando las tenga que compartir con mi compañero. Cojo la cantimplora, fácil cabrá un litro y medio de agua, lo malo es encontrar el agua, la cual me hace mucha falta ahora mismo.

Al pasar una hora y no escuchar nada sospechoso decido bajar del árbol con el cuchillo grande en la mano y el otro en el bolsillo del pantalón. No quiero matar a nadie, pero si es necesario no tengo miedo de hacerlo, o por lo menos intentarlo. Comienzo a andar en busca de Mickey o de alguna fuente de agua. Estoy preocupada por él, por la noche pudo pasar frío y ahora debe estar hambriento y sediento. No creo que funcione, pero por si acaso tallo un símbolo que utilizamos en el distrito 3 para marcar cuando hay que revisar algún artefacto. Es muy simple y puede pasar desapercibido para muchas personas, pero no para los que somos de allí. Al acabar comienzo a caminar sin ir en una dirección en concreto.

Después de lo que me parecen años andando veo como mis pies están llenos de barro, y claro, el barro nace a partir de la mezcla entre tierra y agua. Paro en seco y escucho como litros y litros de agua caen. Comienzo a correr en esa dirección. El suelo comienza a hacerse piedra a cada paso que doy hasta llegar a la fuente de ese sonido. Una catarata. Bajo una pequeña pendiente hasta llegar a la parte baja, donde "nace" un río. Antes de nada veo si hay rastros de algún tributo que pudo pasar antes por aquí o que pueda seguir aquí. Nada. En su lugar veo como una especie de ¿conejo? se acerca a beber. Acaba y no le pasa nada, por lo que el agua está limpia. Saco la daga del bolsillo y apunto hacia el pequeño animal. le doy el el cuello. Seguro que me lo agradeceré más tarde, lo envuelvo en unas hojas enormes para después meterlo en la mochila. Cojo la cantimplora y la lleno de agua para después beber poco a poco para no vomitar nada. Al acabar vuelvo a llenarla y me dispongo a observar la zona. No hay pisada se ningún ser humano. Al parecer soy la primera en descubrir este pequeño paraíso dentro de la mortal arena. Me acerco a la catarata y veo como por detrás de esta hay un gran espacio cubierto por grandes árboles y la misma catarata. Podría quedarme aquí durante el resto de los juegos y esperar a que se maten entre ellos, pero lo único que hago es memorizar como llegar hasta aquí para después ir a buscar a Mickey.

Mickey

Al sonar el cañonazo corro como si no hubiera un mañana hacia lo que creo que es un bosque. Corro si detenerme ni mirar hacia atrás hasta que no puedo más y me paro a respirar. Miro hacia todos los lados y veo un árbol al que me puedo subir. Siguiendo las indicaciones que me daba Lauren en los entrenamientos llego hasta una rama lo suficientemente fuerte para aguantar con mi peso. Lo único que hago es quedarme quieto y no hacer ningún ruido.

Pronto se hace de noche y comienzan a sonar los cañonazos. Cuento 13. Hago lo que Lauren haría y cuento los que quedamos que somos 11. Espero despierto hasta que suenan las trompetas que anuncian el recuento de los fallecidos. Efectivamente, fueron 13 los tributos caídos.

Hace mucho frío, pero aún así di dormido creo que unas 5 o 6 horas. Cuando me despierto ya casi es de día, pero prefiero esperar a que el sol salga de todo para bajar. Al cabo de una media hora escucho un cañonazo. Por un momento pienso que puede ser Lauren, pero es imposible, ella podría ganar en una batalla, pero no con los 6 profesionales... solo espero que no sea ella. Me quedo en el árbol creo que otra hora más por si acaso pasa algún profesional o cualquier tributo. No pasa nadie, por lo que con mucho cuidado bajo y me adentro más en el bosque, a muchos les parecerá una tontería, pero sé que Lauren ha hecho o hará lo mismo. Ando hasta que me noto cansado y me escondo un poco para descansar durante unos minutos para proseguir con mi camino.

Mientras descanso por cuarta vez, noto como mi garganta está muy seca y como mi estómago ruge del hambre. Espero encontrar pronto a mi compañera de distrito, porque sino moriré de sed o hambre.

Sigo con mi camino, mirando cada arbusto, cada liana, y cada árbol, hasta que me encuentro con uno extremadamente frondoso y grande, creo que no es buena idea quedarse en él, llama mucho la atención, pero miro los árboles que hay a los lados de este, encontrándome con uno también frondoso pero que no llama tanto la atención, situado a unos cuantos pasos del árbol más grande. Estoy a punto de subirme cuando veo como uno de los tantos símbolos que tenemos en el distrito 3 está tallado el el tronco. ¡Lo que quiere decir que Lauren estuvo aquí! Sin pensármelo dos veces me subo al árbol a esperar.

Lauren

Llevo unas 3 horas buscando a Mickey y no hay rastro de él. Son las 2 de la tarde más o menos, y el estómago me ruge, pero esperaré a llegar al árbol donde dejé la marca. Puede que Mickey la haya visto y decidiese quedarse por los alrededores.

Estoy a punto de llegar al árbol cuando escucho unas voces. Un chico y una chica.

-Este árbol es realmente grande- dice la voz del chico- no creo que sean tan estúpidos.

-Callate Cameron- medio grita la chica.

¿Cameron? Hago memoria y me acuerdo de que ese es el nombre del chico del 1. Supongo que la chica será su compañera. Están muy cerca del árbol donde dejé el símbolo. No puedo atacar, solamente sengo dos cuchillos, es imposible que pueda ganar.

Miro desesperadamente hacia el árbol esperando, deseando que se marchen pronto. Así hacen, al cabo de unos 10 minutos se marchan en otra dirección, la cual lleva a la cornucopia. Suspiro y después de que se hayan alejado lo suficiente camino hacia el árbol, pero en ese momento veo aparecer al chico del distrito 10, con una lanza en la mano.

Dios mío.

Espero que los entrenamientos sirvan de algo.


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¡Hola!
Siento no haber actualizado la semana pasada. Pero ahora podré más, porque adivinen... ES NAVIDAAD, y a parte de regalos trae vacaciones!!

Con amor,

L

Respirar [Finnick Odair] - CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora