Capítulo Cuatro

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El domingo Annabeth había salido a correr en la mañana por su vecindario, no había notado que la casa grande de color beige ya fue comprada, estaba a unas cuantas calles de su casa, y su madre se moría por comprarla, ahora se moriría de coraje al saber que le ganaron. Notó dos autos estacionados un Prius plateado y una Hummer negra, la rubia no quiso pero se fijó mejor en el Prius y se le hizo conocido, algo en ella le decía que ya lo había visto.

Annabeth emprendió de nuevo el camino tratando de no pensar en una teoría que se le iba formando en la cabeza. Era como si el destino le jugara una broma y decida que se tendría que encontrar con Perseo a donde valla. Llegó a su casa y fué directo a la cocina a tomar una botella de agua, al escuchar los gritos enfurecidos de su madre supo que ya se había enterado lo de la casa.

-No puedo creerlo- gritaba su madre mientras Annabeth llegaba a la sala- No es que la hayan comprado Frederick, si no quien la compro, por Dios, por mi padre, ¿¡Quién la compró!?.

-¿Qué sucede madre?- preguntó Annabeth un poco preocupada, su madre, Atenea, una señora de pelo negro y ojos grises como los de ella, nunca gritaba ni se alteraba tan fácil, Annabeth vió a su padre que solo se encogía al no saber que decirle a su esposa.

La señora Chase suspiró -Sucede, que compraron la casa grande, pero lo peor de todo es quién la compró, el hombre más repugnante sobre la tierra compro esa hermosa casa.

Annabeth miró a su padre el cual solo se encogió de hombros y con un gesto le dijo: <<tú solo di que sí>>. Annabeth quiso dejarlo pasar pero su curiosidad pudo más.

-¿Conoces a los que la compraron?

Su madre bufó -Que si los conozco, íbamos juntos en el instituto- luego se enderezo imitando a un soldado- soy el capitán Jackson, don perfecto, don siempre sigo las reglas al pie de la letra.

-¿Capitán Jackson?- preguntó Annabeth al aire. Atrás de su madre, su padre hizo una mueca y le dijo que ya no pregunte más. Pero el pobre Frederick vivía con dos mujeres, que podrían entregar el mundo si les daban la verdad sobre el origen de la vida.

-Sí, un muchacho adinerado que vivía aquí en el pueblo, se casó con Sally mi mejor amiga de la infancia- Atenea suspiró- pero no solo regresaron al pueblo, sino que también tiene hijos, dos mini Jackson's.

La mente de Annabeth giraba a mil revoluciones por segundo, Capitán Jackson, Prius, matrimonio, dos hijos Jackson, definitivamente Perseo Jackson vivía en esa casa.

-Cariño- dijo cuidadosamente Frederick Chase- ¿Qué te parece si salimos a comer y nos olvidamos un momento de este asunto?

La madre de Annabeth suspiro resignada y acepto después de que ambas mujeres se cambiaran de ropa. Salieron a comer, Annabeth miro la casa grande que ahora estaba ocupada, en el patio vio a un niño pequeño de 4 años con cabello castaño alborotado y ojos marrones, jugando con un señor de cabello negro, piel bronceada, barba de candado y ojos de un bonito verde mar.

Cuando el señor Jackson terminara de jugar con su pequeño hijo Tyson, fue a ver a su otro hijo, Percy, el chico solo se encerraba en su habitación y desde que llegaron a estado más pensativo y más sonriente. Poseidón Jackson, a pesar de lo que digan era un padre cariñoso y exigente, el haría cualquier cosa por sus hijos, y cuando vió a Perseo acostado en su cama moviendo la cabeza al ritmo de la música que sonaba solo pudo sonreír, apago la música y vio cómo su hijo fruncía el ceño.

Poseidón rió -Cuando haces eso te pareces a mí.

Percy sonrío -Es lo que me dicen todos.

-Hijo, me tienes algo preocupado- dijo su padre mas serio. Percy enarco una ceja- me refiero a que te ves muy pensativo nunca te había visto tan... perdido en tus pensamientos.

-No es nada padre es solo que...- dejo el comentario al aire, pero su padre lo entendió.

-¿Acaso una chica llamo tu atención?- pregunto el señor Jackson un tanto emocionado.

Percy asintió, y su padre sonrío -¿Cómo se llama?

-Annabeth Chase- dijo ese nombre como si fuera magia.

La sonrisa de Poseidón se borró -Chase... la hija de Frederick.

-¿A sí? ¿Conoces a los Chase?

-Si- Poseidón soltó un bufido- la esposa de Frederick, es una mujer presumida, cree que sabe más que los demás, siempre miraba por debajo a todos y nunca seguía las reglas hacia lo que quería.

Percy no dijo nada se quedó callado, solo suspiró. Su padre lo miro sonriendo.

-Ven, vamos a comer hijo.

Percy se levantó con pesar, algo le decía que suamistad con Annabeth tendría... pequeños problemas.    

Y llegaste Tú (Percabeth)Where stories live. Discover now