Capítulo Ocho

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Annabeth estaba nerviosa. Se estaba arreglando en su cuarto para verse bien, aunque no sabía porque, era obvio que Percy no la vería, tampoco es que se esté arreglando para Percy. Las manos le sudaban, su corazón estaba acelerado, no podía creer que Percy estaría en su casa.

El timbre sonó, salió de su cuarto con algo de indecisión, y se dirigió a la planta de abajo. En la puerta estaba su madre y Sally Jackson, abrazándose y diciendo cuanto se habían echado de menos. Annabeth termino de bajar las escaleras y vio a Perseo atrás de la señora Jackson, apoyado en su bastón.

Pov Annabeth.

¿Percy? No podía creer lo que mis ojos veían. Él es un chico apuesto, realmente guapo, una especie de adonis, realmente herm... ¿¡Qué me pasa!?

Tenía puesto un traje azul, con una camisa blanca. Claramente se podían notar sus músculos sobresaliendo. Verlo hizo que algo en mi estómago se retorciera.

Al darme cuenta que no despegaba mi vista de él y que mi boca estaba abierta, y probablemente lo miraba como si fuera algo para comer, mire a mi madre. No puedo decir la vergüenza que sentí, mi madre y la señora Jackson, me veían con una ceja alzada. Totalmente avergonzada, desvié mi mirada a otro lado, repare en el hermano menor de Percy, el pequeño me miraba con la boca abierta.

-¿Eres una princesa?- pregunto Tyson aun con la boca abierta.

Note como Percy frunció el ceño.

-No, no lo soy pequeño- dije revolviéndole el cabello.

-Pareces una- le sonreí al pequeño. A pesar de mis esfuerzos no pude evitar mirar a Percy, pero su rostro era indescifrable, tenía la mandíbula apretada, lo que me hizo saber que estaba molesto.

-Annabeth- llamo mi madre- ella es Sally Jackson.

Estreche mi mano con la de Sally -Es un gusto señora Jackson.

Ella me sonrió -Por favor dime Sally- me miro detenidamente- ya nos habíamos visto antes ¿cierto?

-Si- dije un poco sonrojada.

Mamá frunció el ceño -¿A si?- me miro con interrogación pero negó con la cabeza- no importa, Annabeth la comida estará lista es unos minutos. ¿Por qué no llevas a Perseo arriba?

-¿A... a... a... mi... mi cuarto?- tartamudee, mire a Percy, pero él no prestaba atención, jugaba con el bastón en sus manos.

¿Qué? soy una chica, ningún chico ha subido a mi cuarto, ni siquiera Luke, y a Percy solo lo conocía hace unos días.

-Si ¿Por qué no?- dijo mi madre como si nada.

Suspiré, me encamine a Percy y entrelace nuestros brazos. No pude evitar sentirme fascinada por cómo se veía, así que dije:

-Te vez bien- el chico sonrío, pero no era esa sonrisa que me hacía cosquillas en el estómago, era una sonrisa forzada.

-Me gustaría decir lo mismo de tí- dijo en un susurro inaudible, pero lo alcance a escuchar.

No dije nada en todo el trayecto a mi cuarto. Nos metimos a mi cuarto, cerré la puerta y puse el pestillo. Lo guié a mi cama, se sentó y yo ocupe asiento a su lado.

-¿Está todo bien?, te ves molesto- dije, pensando que yo había hecho algo para incordiarlo.

Percy negó con la cabeza -Lo siento, sucede que...- su voz fue disminuyendo, se aclaró la garganta y dijo:- nunca en mi vida tuve tantos deseos de poder ver a una persona- sus orejas se pusieron rojas

Y llegaste Tú (Percabeth)Where stories live. Discover now