-Ella está tan enojada. – Dijo Nolan en voz suficientemente alta para que todos en la mesa lo oyesen a pesar de que pretendía simular que hablaba solo con su hermana mayor. –Pero es mejor cuando lo está. No ha hablado en días. ¿No es increíble? –
Dina no pudo reprimir una sonrisa aunque si evitar soltar una carcajada. Charlotte llevaba días sin hablarles. Desde que se había enterado que su padre había expulsado a Arlet del palacio y esta había optado por escoger la opción que se le había ofrecido de tomarse unas vacaciones por tiempo indefinido fuera del país.
La mujer se había despedido de Charlie y sus dos nietos. Y de nadie más. Luego se había marchado dejando a la ofuscada princesa triste y furiosa.
-Debería enojarse así más a menudo. – Prosiguió el muchacho.
Y a pesar de su tono burlón, Geraldine sospechaba que él solo buscaba animarla a hacer lo contrario de lo que decía. Pero Charlie no estaba dispuesta ni siquiera a mirarlos.
Brianna levantó una ceja ante la indiferencia que ella mostraba hacia los comentarios de su hermano.
-Charlotte, ¿No vas a hablarnos nunca más? Tu abuela regresará eventualmente, no te preocupes. Y serás la primera en enterarte, estoy segura. –
Los ojos de la castaña se clavaron en ella.
-¿Piensas que estoy molesta porque se ha ido? – Replicó. –Claro que lo estoy, pero no es eso lo que me mantiene así. Ustedes…- Señaló a ambos padres. –Ustedes la echaron de aquí por insultar a Geraldine. ¡Y sí! ¡Yo también pensaba que no era justa con ella! Pero si pudieron ver eso, no entiendo como no pueden ver todo lo demás. –
No había explotado, pero estaba harta de que sus hermanos, excepto Rob claro,- que permanecía al margen de todo-, y sus primos, se jactaran y alegraran de que Arlet se había marchado.
¿Pero cómo nadie se daba cuenta de que ella no era la única que estaba trayendo problemas a la familia?
-¿Qué es lo que tenemos que ver, Charlie? – Preguntó Alioth con una condescendencia que no le gustó en absoluto.
Pero no dudó a la hora de responder.
-No debería decírtelo. Tú ya tendrías que saberlo. – Se jactó.
-Charlotte…-
-Pero voy a decírtelo de todos modos. Para empezar y aunque quiera a Geraldine, si ustedes fueran un poco más duros con ella, si lo hubieran sido desde antes, ella no habría llegado hasta tal punto. ¿Y por qué no la han castigado ahora? Puede que sea mayor, pero sigue viviendo aquí ¿No? –
La mandíbula de Geraldine cayó y ni siquiera fue capaz de hablar o quejarse.
Charlie continuó.
-Y no nos olvidemos de Robert y su nueva y sospechosamente dulce amiga. ¿Es que ni siquiera la han notado? Paseándose por el palacio, viniendo a nuestras fiestas que deberían ser privadas y seguras… -
-Oh, por favor. El hecho de que estés enojada con nosotros, no significa que debas meter a Ema en esto. – Ahora sí Geraldine estaba lista para atacar. -¿Sospechosamente dulce? ¿Te das cuenta de lo ridículo que suena eso? ¿Cuánto tiempo te has tomado para conocerla? –
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Bésame o Dispara. #Descontrol en la Realeza 3
Ficción GeneralHan pasado trece años desde el asesinato de los McGregor, doce de los cuales Emalene pasó recluida en un orfanato, y ahora solo tiene un objetivo: Vengar la muerte de sus padres. El príncipe Robert Van Helmont está comprometido con sus responsabilid...