Charlotte se puso en marcha y se apresuró a buscar a su padre en el instante que se enteró que había puesto un pie en el palacio. Casi corrió desde el comedor en el que apenas había acabado de comer una ensalada. Eric y su tonto jueguecillo le habían quitado el apetito. Pero ahora era tiempo de algo más importante. Tenía que saber qué era lo que le habían podido sacar a esa mujer, quizá su padre estuviese más comunicativo.
Iba de camino al despacho cuando lo vio salir de allí a toda marcha. ¿No acababa de llegar?
–¡Papá! –exclamó haciendo que se detuviera y se girara para esperarla–. ¿Han hablado ya con esa mujer?
–Sí, Charlie. Buenas tardes, señor Nash. –Max asintió y murmuró una respuesta con la misma cordialidad.
–¿Y? ¿No vas a contarme nada, papá? Quiero saber. He estado esperando esto por mucho tiempo. ¿Ella mencionó a Emalene McGregor? ¿A Chapman?
Alioth suspiró con cansancio.
¿De dónde había sacado semejante tenacidad esa niña? Era implacable.
–Para que te quedes satisfecha, voy a decirte la verdad. Lo hizo. Los acusó a ambos, y ahora ambos están desaparecidos. Como tu hermana, Char.
Una pequeña expresión de satisfacción se había ido formando en su rostro hasta que oyó lo último.
–¿Cómo que desaparecida?
–Esa loca mujer dijo que la secuestraron –masculló apretando los puños–. Creí que estaba mintiendo o que había confesado a tiempo de evitar cualquier cosa parecida, pero Hamilton me acaba a de avisar que ella no está aquí y no pueden localizarla. Sus guardaespaldas aseguran que debía de estar arriba.
–Excepto que no está. ¿Cómo es posible, papá? ¿Cómo puede ocurrir eso aquí?
–Geraldine es muy hábil para escaparse. Es posible que haya salido y la hayan atrapado afuera. Frankie y Arthur me esperan, están viendo los videos de seguridad. Tranquila, ella estará bien. Recuperamos a Kassie, también vamos a recuperar a tu hermana. No quiero que te preocupes, tu madre está con Anabelle, está muy alterada por todo esto. Cometí el error de contarle, es posible que no sea nada, que Dina se haya escapado como siempre.
–Esto es todo su culpa, si me hubiera oído cuando se lo advertí. Si Rob me hubiese escuchado. Pero ninguno de los dos me creyó, y tú tampoco. Ni mamá. Pero ahora ¿qué me dicen ahora? Se llevó a Kassie, y ahora tiene a Geraldine.
–La tendremos de regreso.
–¡Ese no es el punto, papá! El problema es que no me tienen en cuenta. ¿Era tan difícil? Sí tu hubieses movido los hilos necesarios para ampliar la investigación, lo habrías descubierto. ¡Tú eres el rey, y nosotros, como tus hijos estamos expuestos a todo tipo de peligros! Es tu deber investigar a todo al que le permites entrar a tu casa. Esa delincuente pasaba horas aquí, la invitaste a tú mesa sin saber nada más de ella que lo que creía tú adorada Geraldine.
–No es tiempo para reproches, Charlotte.
–¿Y cuándo lo será? ¿Cuándo alguien muera? –Hizo una mueca y luego soltó una risa sarcástica retrocediendo un paso–. Oh, espera. Quizá a la que maten sea a mí, entonces no tendrás que oírme.
–Charlotte por favor –jadeó–. ¿Qué cosas dices? Mira, cariño, todo esto es producto de tu preocupación por tu hermana. ¿Por qué no buscas a Robert? Está con Nina, ve con ellos y no estarás sola.
–¡No soy una niña! Quiero ir contigo y ver los videos. Quiero ayudar, quiero que la traigas de regreso para que luego puedas castigarla.
–Y lo haremos, pero ahora tú tienes que estar bien. Deja el trabajo para quienes deben hacerlo. Ya te has puesto demasiado en riesgo –ella fue a abrir la boca, pero Alioth continuó sin darle tiempo a hablar–, por mi culpa. Sé que no he sido un buen padre. Pero ahora lo estoy intentando.
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Bésame o Dispara. #Descontrol en la Realeza 3
Fiksi UmumHan pasado trece años desde el asesinato de los McGregor, doce de los cuales Emalene pasó recluida en un orfanato, y ahora solo tiene un objetivo: Vengar la muerte de sus padres. El príncipe Robert Van Helmont está comprometido con sus responsabilid...