Odio que duermas porque eso significa que esa maravillosa mirada va a tener que cerrarse por unas horas y privar al mundo de deleitarse con el sabor más delicioso, café, el color de la belleza. Soy tu fiel esclavo, capaz de cruzar océanos y guerras para que vuelvas a posar tu mirada sobre mí. Soy sólo un hombre que se declarara esclavo de tus ojos, de tu belleza y tu mirada. No me liberes nunca de este maravilloso tormento. Átame a ti para siempre y déjame admirarte eternamente. No importa qué tan lejos puedas estar de mi alcance. Tú siendo toda una dama y yo sólo un mediocre, pero este mediocre derribaría muros por ti. Por el chocolate de tus ojos, ese café que tanto anhelo.