Los momentos de tristeza reclaman las noches oscuras y nubladas, los sentimientos se vuelven sinceros y las lágrimas son inesperadas; comienza con una gota, una lágrima que da inicio a la serenata, una lágrima que marca otro día sin gloria. Pero estás ahí, dándome razones por las cuales aún no es momento para rendirme, eres quien me hace sentir completa a pesar de estar destruida, quien me hace sonreír al estar llorando, quien me hace sentir aún estando tan rota por dentro.