Prologo.

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5 años atrás.

Haunting Falls, 2009

-Te quiero- chille y cerré mis ojos avergonzada para luego volver a abrirlos sintiéndome estúpida por cerrarlos en primer lugar. Trate de parecer más decidida pero mis piernas delgadas me delataron.

Maldición deténganse, mira al frente Lily, eres una Black y recuerda que decía nana.

"Oye niña levanta tu mentón y tus hombros rectos, en cualquier situación que te encuentres mantente así, nunca muestres miedo. No levantes tanto el mentón chiquilla tonta no queremos tu cuello dislocado".

Sacudí el recuerdo antes de que fuera más allá. 

Concéntrate el aun está mirando el suelo y luciendo incomodo.

Me aclaro la garganta, pero mi intento por llamar su atención fracasaron notablemente ya que el seguía como ausente. 

Creo que podría venir un ejército zombie devoradores de carne y el seguiría allí mientras se convierte en la cena. 

Cena? con lo flaco que es, solo sería el aperitivo. 

Aperitivo?-Susurra nuevamente mi subconsciente. Está bien, el seria solo un mondadientes.

-Emily?-Exaltándome le mire, encontrándome con su mirada divertida.-Yo también te quiero pero enserio que solo sería un mondadientes? 

Oh no, no de nuevo. Siempre yo y mi bocota que no entiende que debe mantenerse cerrada al momento de pensar.

-Lo siento -Balbucee rápidamente- Y tu forma de cambiar el tema fracasaron idiota -El sonrió amargamente escondió su manos en los bolsillos de su cazadora. -Jack tu "te quiero" con mi "te quiero Jack" son diferentes.-Sus ojos me encontraron y vi dolor en ellos, pero su mirada cambio rápidamente que creo que solo imagine el dolor en ellos. Jack? -susurre acercándome 

El vio mi intención y retrocedió rápidamente unos pasos, me detuve de golpe sintiéndome idiota por hacer esto. 

Oh Lily eres una idiota, idiota, idiota. En qué momento se te metió la idea que un chico 7 años más grande le gustaría una enana flacucha de 11 años. Me siento tan avergonzada.

Unos brazos me rodearon y un cuerpo cálido me estrecho acunándome en su pecho.

-Shh deja de pensar Lily, tu mente es tan extraña y maravillosa que siempre me sorprende con cada cosa. No te sientas avergonzada por sentir. - Me alejo de su calor y él me retiene poniendo sus manos en mis hombros, arrodillándose para quedar a mi nivel. 

Un escalofrió me recorrió el cuerpo, al ver que sus verdes ojos me miraban solo a mí. Por una vez en mi vida su hermosa mirada era sola mía.

-Lily eres una chica extraordinaria, tus ojos puedes ver el interior de las personas. A veces las cosas que dices te hacen ver madura para tu edad, además -Sus dedos atraparon un mechón de mi cabello, acariciándolo. Mi respiración se detuvo al ver como sus labios se acercaban a mi cabello entre sus dedos. Besándolo

Caray, el beso mi cabello... no habrá ducha para mi cabello en un largo tiempo. 

Me sonrió -eres muy guapa.- Le sonreí mientras recuperaba el aliento, sin dejar su verdosa mirada, viendo el momento exacto en donde el cálido brillo de su mirar se desvanecía dejando una mirada ausente.- Y esa es la razón por la cual encontraras a ese "alguien" que te atesore y te ame, y tu corresponderás todos sus sentimientos como tuyos. Pero ahora no es el momento. 

Oh no quiero tus cuentos ahora, no ayudan.

-Hey Jack, se que fue tonto hacer esto pero... pero yo quería que supieras y tuvieras presentes mis sentimientos. Pero como dices no es el momento, pero espérame porque hare que te enamores de mi -Con una última sonrisa, me di media vuelta y comencé a caminar pero su mano se agarro de mi brazo tirándome de regreso a su pecho. 

Me abrazo unos segundos, pero para mí fueron minutos en el paraíso. Este es el lugar donde me siento segura, este lugar es mío. Solo mío.

Mi corazón hacia bum bum bum, por un momento pensé que el escuchaba mis latidos, pero no me importo, su cabeza se acomodo en el espacio entre mi hombre y mi cara. Sintiendo su respiración en mi piel sensible del cuello me relaje contra el. 

-Lo estaré esperando- Susurro en mi piel. Beso mi cabello y con una de sus manos enredó entre sus dedos un mechón y me dejo ir. 

Cerré los ojos cuando su calidez desapareció y por un momento cuando lo veía desaparecer entre las sombras de la noche, la idea de que se estaba despidiendo paso por mi mente. Pero la saque rápidamente pensando en cual idiota es el pensar eso. 

Subí los escalones del porche de casa y entre. 

Al entrar me encontré con Armin, quien rápidamente me metió en mi habitación para que mama no se diera cuenta de que no estaba. 

Ya acostada con las sabanas hasta el mentón, recuerdo la calidez del cuerpo de Jack contra el mío y me duermo feliz con la promesa de que mañana volveré a verle. 

Pero al despertar algo estaba mal, lo sentía dentro.

Supe que el se había ido, del pueblo y de mi lado. 

Aunque nunca lo estuvo realmente. 

El canto de los idiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora