Capítulo 6

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El ambiente se había vuelto un poco más cálido, y mis dedos apreciaban el calor entre mis manos.
Bonnie tomó aire, dió un suspiro, y moviendo su cabello atrás de su oreja, comenzó a hablar.

- Me mude porque esta casa me queda más cerca a la universidad a la que estoy yendo ahora. Es decir, ni borracho me iba a gustar tener que tomarme dos trenes para llegar a hacer un curso. - toma un sorbo de su café, y suelta una sonrisa algo nerviosa. Evita mi mirada una última vez y continúa - La casa era de mi abuelo así que técnicamente es mía, así que en teoría podía haberme mudarme directamente, pero bueno... la uni me pedía ver residencia así que no podía mudarme y hacer el trámite después porque no me atreva yo a querer hacer algo en la vida sin tener que hacer trámites - ante esto no pude evitar soltar una sonrisa tímida, pareció no notarlo y siguió - Pero al final tuve que hablar con la del municipio desde el telefono para solicitar el cambio de residencia cuando ¡PUM! - levanta un brazo y abre los ojos, y parece un niño pequeño - ¡Me entero que tomaron la casa!
- La casa está tomada hace rato - digo con una sonrisa suprimida mientras me apoyo en el marco de mi ventana - ¿cómo no se enteraron?
- Estaba algo abandonada. - finaliza y toma un sorbo de su café. No sé si es mi imaginación, o sus ganas de tomar café, pero parece cortar el tema
- No sabía que los Muñoz fueran así... - Digo solo por decir algo, sin pensarlo realmente bien. Sin embargo, recuerdos de la agresividad intermitente y los ocasionales gritos que salían del balcón no hacían la situación difícil de creer.
- No tienen casa, es esperado. En sus ojos es todo mi culpa por intentar sacarles el techo - añadió y luego dio un sorbo de su  propia taza
- Como sacarles el pan de la boca… - di una pausa, pensando cuidadosamente en lo que digo a continuación - Aún así su reacción fue demasiado… intensa. ¿No estas ni un poco enojado por eso?
- No, creo que fue algo natural - suelta su respuesta alzando los hombros y moviendo los ojos hacia un costado, como si lo que dijese, fuese natural en sí
- ¿Osea que no crees que son unos hijos de puta? ¿No crees que fue injusto?
- bueno, tal vez - una risa leve se le escapa de los labios, sorprendido de mi elección de palabras, pero sus ojos me dicen que algo de lo que dije ni razona con él- pero tienen una razón, y mi situación no está tan mal como la de ellos.
- No los justifica. - respondo rápidamente.
- todos nos equivocamos - dice después de pensarlo un rato- entonces todos somos hijos de putas. - respondió con una leve risa
- Debo ser un gran hijo de puta entonces - doy otro sorbo a mí café, reteniendo una risa que intentaba escapar
- Nah - soltó con una risa- Tú no podrías ser uno - toma un suspiro y niega con la cabeza
- ¿Qué? ¿Por qué no? - Pregunté confundido
- Porque tú ya otra cosa. - respondió tranquilo  
- ¿Otra cosa?
- Claro, ya te lo dije, ¿verdad? - dijo mirándome a los ojos, tan tranquilo como siempre, como si lo que dijese a continuación no significase nada - para mi, tú eres mi héroe.

 - respondió tranquilo  - ¿Otra cosa?- Claro, ya te lo dije, ¿verdad? - dijo mirándome a los ojos, tan tranquilo como siempre, como si lo que dijese a continuación no significase nada - para mi, tú eres mi héroe

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Ya era sábado y había estado evitando a ese chico desde entonces.

No sabía que era, pero algo me decía que me alejara de él, porque todo en él me invitaba a pensar.
Me invitaba, más bien, a confundirme. Tras cada interacción entre nosotros sentía una fuerza arrastrándome para que le hable, para que sepa algo sobre él. Llámalo curiosidad, pero no deja de ser un repentino interés que me dejaba inseguro de absolutamente todo.
Miraba una servilleta que reposaba tranquilamente en la barra mientras repasaba mentalmente los precios de los especiales del día. El viernes anterior había sandwich de pollo, así que hoy era...

- ¡Bon bájate de la luna!
- ah, ¿Qué? - balbucee distraído, saltando  de mi luna.
- ¿No estuviste escuchando nada de lo que dije verdad? - preguntó con un tono severo característico de su persona
- Pff claro que escuché todo, absolutamente todo. - dije tartamudeando
- ¿Entonces entendiste? - pregunto arqueando una ceja
- ¿Si? - respondí confundido
- No mientas - dijo largando un suspiro - mira, aquí está la nueva máquina, es más moderna que la anterior así que será más fácil, solo debes poner los granos aquí, y si piden crema extra accionas esta otra válvula y saldrá un poco. Acá se ponen los expresso, y Fede ya me dijo que los muff...
- si claro - mentí en un tono algo bajo - lo tengo.
- Bon, estás muy distraído, ¿dormiste bien? - dijo intranquila - Sabes que si te sientes mal solo tienes que avisar un poco antes y puedo pedir a B.B que te cubra
- No me siento mal… Solo… tengo mucho en que pensar, eso es todo - Respondí cansado - BonBon ya tiene sus propios problemas para venir días extra
- Okey... - dijo suspirando aliviada- Sabes que costó conseguirte esto, no me hagas quedar mal - dijo apuntándome acusadora, con una pequeña sonrisa de sorna en su cara
-Ja-Ja-Ja que graciosa Meg - dije en un tono monótono - Me imagino que auto convencerte de contratarme fue complicado

Ella soltó un suspiro que significaba una risa en su idioma retorcido. La miré con atención, se la veía más cansada y más grande que de costumbre, pero suponía que era entendible; No pasó casi nada de tiempo desde que dejo de trabajar a medio tiempo e ir al colegio a cuando abrió el local en una avenida concurrida. Imaginaba que abrir un restaurante siendo tan joven y solo teniendo la ayuda de lo que tus hermanos y la suerte puedan dejarte era algo que te daba muchos puntos de madures.

La veo tener problemas con unas cajas llenas de saquitos de sal y azúcar, y la vuelvo a ver pequeña; Le doy una mano y mientras pretende no haber necesitado mi ayuda en primer lugar, yo se la dejo pasar con una sonrisa. Quizá era por eso que Meg era como una hermana mayor para mi. Ella siempre tuvo este aire de madurez sin importar que fuese más baja que yo, y que sus problemas moviendo cajas fueran notorios. Creía que quizá esa era la razón por la que ella se había vuelto alguien a la que le contaba casi todo

- Hey, pregunta, pero no te alborotes
- Deja tus infantiladas - dijo tratando de no soltar esa risa involuntaria que tenía cuando decía “alboroto” - ¿Que te pasa?
- Crees que soy, pues, ¿Buena persona? ¿Maduro? ¿Miembro descente de esta sociedad?
- Claro, ya sabes; Ayudas horas extra aquí, vives solo desde los 18, y te pusiste a estudiar una cosa complicada. - responde sencillamente-  ¿Porque la pregunta?
- por nada - Apoyo una segunda caja en el suelo mientras ella arma los centros de mesa. Tomo un trapo y limpio el polvo de la barra, y con eso ya me siento un poco mejor. - Gracias, por todo.
- ¿Y eso de donde salió? - preguntó confundida sacando unas bombillas de acrílico de la otra caja y poniéndolas cuidadosamente en un mostrador
- Nunca está de más - digo pensativo - supongo
- ¿Joy te dijo algo?
- No... - respondí confundido- ¿Por qué?
- Porque tienes ese mismo, "algo" que tenías hace un par de años… ¿Cuando te presenté a Joy?

Abrí los ojos de par en par, y me di cuenta que sin siquiera pensarlo, ese chico me agradaba, y al parecer se me notaba en la cara que volvía a ser pequeño, ese Bon de hace un par de años que todavía estaba confundido y asustado por el mundo. concluyo entonces que estoy lejos de ser un adulto, que estoy lejos de ser Meg, y que aún no dejo de pensar de una forma u otra en Bonnie.

Ese día no me dejan muchas propinas...

Do I Love You?  || #Fnafhs BxBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora