Capítulo 18

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Me quedé estático ante esa voz, lleno de confusión y pánico que ahora recorría mi cuerpo sin preocupación de desbordarse.

¿Dónde estaban mis llaves? ¿Dónde estaba mi voz cuando tenía que encontrarla?

- ¿Joy? -pregunté atónito
- Bon... por favor, abre - dijo en susurros pausados, como una llamada de auxilio.

Yo abrí la puerta con dolor para verla llorando, con el pelo mojado por la lluvia, con el rimel corrido y la nariz roja.
No me lo cuestioné demasiado y la dejé entrar

- Meg no contestaba... - dijo en un susurro aún más vacío que los anteriores, pasando lentamente a mi casa.
- ¿Qué pasó? - pregunté, dolido por la que antes era mi mejor amiga
- Fred me engañó - dijo mirándome con lágrimas saladas cayendo por sus ojos. - Ya no sé qué hacer - dijo llorando aún más.

Yo sentí el terror y desdicha de su voz quebrada, y vele por la sonrisa que antes tenía su rostro. Comprendí lo que sentía como si su dolor y confusión fueran los míos.

- Vamos... ¡Dime te lo dije! - gritó llorando aún más. Podía ver que se sentía como una tonta
- No. - dije tomando su mano para reconfortarla, exactamente cómo lo hacía cuando éramos adolescentes, y se peleaba con su madre. - Vamos a secarte. - la llevé a mi habitación para darle una remera y unos pantalones limpios y secos, esperando que le quedaran y le sirvieran para no agarrarse una neumonía.

Traje una toalla verde del baño y se la pasé. Sus lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas nuevamente antes de limpiarlas con su manga. No sé secó apropiadamente, y me comencé a preocupar

-Vamos Joy, es difícil pero tienes que secarte o te vas a enfermar.

Ella permaneció en silencio, soltando lágrimas silenciosas. Tomé la toalla yo mismo y sequé su pelo lo mejor que pude, pero sabía que la única que podría hacerlo bien era ella misma, y aún tenía ropa empapada puesta.

-Cambiate y dime cuándo termines, ¿okey?

Asintió levemente, confirmando que me escuchaba. Me estaba retirando de la habitación cuando finalmente habló.

- Tu me entiendes, ¿verdad? - dijo mirándome con los ojos cristalizados - Tu sabes que se siente sentirte con el corazón roto, ¿No es así? - dijo sin cortarse tanto, sin tantas lágrimas en sus ojos, pero un tono frio y vacio

Mis ojos en cambio, dolían por ella.

-Sí. Te entiendo. - Respondí apenado. Me dolía verla llorar tanto como entendía cómo se sentiría estar en esa posición: traicionada, dolida y confundida.
- Yo te lo causé, porque yo soy igual de horrible que él - lloró, tomándome de la mano

Yo sentí que esto no iba por buen camino, e intenté frenar su tren.

- Joy No eres como el - afirmé, acercándome un poco a ella - tu no hiciste nada malo - dije tratando de tranquilizarla, tomándola levemente de los hombros, esperando que dejara de temblar.
- ¡Si! ¡Te lastimé muchísimo! - gritó con los ojos llorosos - sé que te causé daño y lo sigo haciendo. - dijo llorando más, soltando mi mano, pasándola a sus ojos tratando de contener las làgrimas. Se puso a temblar, tal vez de tristeza, tal vez de frustración. Emociones que entendía perfectamente.
- No, no digas eso Joy, tu hiciste lo correcto al rechazarme - dije tratando de calmarla, siendo interrumpido por Joy
- ¡No Bon, lo arruiné todo! ¡Nuestra amistad, nuestro vínculo hecho pedazos! ¡Sabía que estaba pasando algo contigo pero no hice nada!
- Joy… está bien...
- ¡No Bon! ¡Deja de defenderme y por una vez déjame arreglarlo!

Sus labios se estamparon con los míos bruscamente por un segundo. Yo la aparté rápidamente, tratando de no lastimarla. No se sintió bien para ninguno. Fue trágico. Vi sus ojos desesperados. Vi sus lágrimas, aún cayendo de sus ojos, y extrañé su sonrisa, que no estaba en su rostro. La abracé, tal como cuando éramos más chicos y se cortaba con las hojas de papel.

- Joy, déjalo. - dije. - Yo estoy bien, perfecto, no tienes que preocuparte por mí, pero no creo que estar conmigo te esté haciendo bien ahora. ¿Sí?
- Perdón - dijo, suspirando y tratando de calmarse. - Perdoname Bon - Sus suspiros aumentaron, y sus lágrimas no cesaron

La solté. Sentí lástima por ella. Sentí que había fallado en protegerla, y confirmé por última vez, que era como mi hermana, y que odiaba a Fred. Porque la chica frente a mí era la misma que años antes me aplastaba en karate, pero siempre se olvidaba de tener cuidado en las fiestas. Era la misma chica que a mis ojos, seguía teniendo 15 años.

-¡Hey está bien! Todos nos equivocamos ¿Okey? - la senté en mi cama, ya me preocuparía por las sábanas más tarde, ahora necesitaba que dejara de temblar.- Llamaré a Meg, tu cambiate de una vez o te resfriaras - dije mientras me levantaba, yendo hacia la sala donde había dejado mi celular, pensando por un segundo en que entraba más luz de lo normal. - Que extraño - me dije a mi mismo mientras veía si había alguna luz prendida.
- Que extraño - repetí cuando vi que Bonnie nunca me había mandado un mensaje.
Pero que extraño que haya sido tan tonto de no darme cuenta antes que nada era una coincidencia, y unos rojos rubies habían visto la escena, y habian huido antes de su conclusión.

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A: No me maten.
B: Los ultimos capitulos de esta maratón están sin corregir, sorry.
C: No me maten.
D: Los quiero ♡; no me maten.

Do I Love You?  || #Fnafhs BxBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora