Capítulo 17.

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Capítulo 17.

- ¡Jenn! ¿Crees que esto se use así? - Cami me pregunto mientras usaba el aparato de ejercicio.

- no tengo ni la más pálida idea - entrecerré mis ojos y puse mis manos a los costados de mi cadera - pero creo que está funcionando así que seguí así - dije riendo y encendí la máquina de correr una vez que me coloqué encima de ésta.

Habíamos estado ejercitando por una hora, hasta que Cami se tuvo que ir y se dirigió hacia la puerta de salida. Yo decidí quedarme ya que no tenía ni un poco de sueño, y no sabía que hacer. 

Me coloqué unos guantes de boxeo y me dirigí hacia las bolsas para empezar a golpear, cuando escucho que la puerta se abre y giro mi mirada hacia ella.

Tom entraba por la puerta con la mirada en el celular, no sabía si salir corriendo, o quedarme e ignorar el hecho de que estábamos nosotros dos  solos en el gimnasio.

Gire mi mirada hacia la bolsa de boxeo y empecé a golpear como Harrison me había enseñado hace uno días. Tom se acercó a mí y sujeto la bolsa del otro lado donde me encontraba yo para que no se me moviera tanto.

- si que tienes fuerza - Tom comento y yo reí.

- pequeña pero poderosa - Tom rió y lo miré confundida hasta que me di cuenta del doble sentido que tenía lo que había dicho - ¡que asqueroso!

- Ey, vos lo dijiste no yo - se encogió de hombros y se dirigí hacia otra bolsa de boxeo.

Se escuchaba nada más que nuestros puños golpeando las bolsas. Hice un descanso para tomar agua y lo miré a Tom.

Error.

Mire como sus músculos se tensaban y sus rulos caían por su rostro. Malditos y sexys rulos.

Baje mi mirada y empecé a tomar mas agua. Concéntrate en otra cosa Jenn.

Volví a mi bolsa de boxeo y empece a golpear con mas fuerza todavía. Escuche que Tom paró de golpear y se acercaba a mi.

- Jenn - me llamo y yo pare de golpear dejando caer mis brazos al costado de mi cuerpo - estoy practicando un nuevo movimiento, ¿te molestaría practicarlo con migo?

- Claro - dije sin pensarlo.

OBVIAMENTE SIN PENSAR.

¿QUE ESTÁS HACIENDO JENNIFER OSTERFIELD?

Caminos hasta las colchonetas y Tom se puso en posición, yo lo imité.

- prometo no lastimarte - dijo Tom riendo.

- cállate y has el movimiento, Holland.

Tom hizo un movimiento rápido y yo lo esquivé con sencillez.

- ¿eso es todo lo que tienes?

- eres más buena de lo que pensé, Osterfield.

- Vamos, Holland - dije sonriendo.

Tom intento otro movimiento, y termine en el piso. Él me estiro la mano y me ayudó a levantarme.

- está bien, ahora es mi turno.

Moví mi brazo para golpearlo en la costilla pero lo evito fácil, pero yo fui más rápida y lo golpeé en la pierna para que cayera en el suelo.

- muy bien, pequeña Osterfield - dijo Tom levantándose - pero ahora es mi turno.

Dijo rápido y me agarro del brazo, haciendo que cayera en el suelo con él arriba.

Nuestras respiraciones se mezclaban y sentía el pecho de Tom despegarse y pegarse el mío. Tom bajo la mirada a mis labios y después la subía a mis ojos.

Sentía como no me podía mover, aunque sabía perfectamente cómo liberarme de él. Pero había algo que impedía moverme.

Tom cerró sus ojos y los volvió a abrir. Se levanto, y me ayudó a mi. Puso su mano en mi cintura al ayudarme, y una vez que estábamos de pie, no saco su mano de ésta.

Estábamos a centímetros y veía como Tom se acercaba más y más a mi. Y para ser sincera, no quería que pare.

Estábamos tan juntos, ya podía sentir los labios de Tom acercándose a los míos.

Cuando escuche la puerta abrirse.

Tom y yo nos separamos como si nos encontraran así, era terrible.

Y lo era.

Haz había entrado por la puerta.

- ¡hola! - dijo un sonriendo Harrison - ¿que hacían?

- practicábamos unos movimientos - dijo Tom rápido. Gracias a Dios era actor y sabía disimular. Porque yo me estaba por morir de la vergüenza, me tuve que ir a agarrar mi agua y tomé de ella.

Me despedí de Harrison y salí de ahí rápidamente para dirigirme al departamento y darme un largo baño.

__

- espero que todo salga bien mañana - dijo Lucas y suspiro.

- no te preocupes, has estudiado todo lo importante y te has esforzado. No hay manera de que te vaya mal. - me sonreí y Lucas me respondió con otra sonrisa.

Estaba guardando mis cosas cuando escucho la campanita abrirse del café. Gire mi mirada hacia ésta y lo que menos quería entro al café.

Tom y Victoria acababan de entrar al café.

Dime, Dios querido, dentro de este barrio hay miles y miles de cafés. Justo a este, al que estoy yo con Lucas, ¿tenía que entrar Tom?

Tome mis cosas rápidamente y salí del café seguida por Lucas, quien me miró confundido y después miró a Tom, sin antes recibir una mirada de éste mientras Victoria le hablaba sin parar.

Acaso he hecho algo malo.

¿Es por esa vez que me copié en el examen de matemática, verdad?

¿O es por aquella vez que le robe un caramelo a mi compañera?

¡Tenía hambre y ella tenía como mil de caramelos! ¡Tenía 10 años! ¡Vamos!

Pero como todos sabemos, Dios siempre tiene un plan.

el mejor amigo de mi hermano - tom holland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora