Capítulo 5.

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Capítulo 5.

- ¿quieres bailar?

Asentí y Tom entro a la pista de baile seguido por mi. Después de bailar unas canciones, trate de buscar con la mirada a Haz pero no conseguí encontrarlo.

- ¿sabes dónde está Haz? - eleve mi tono de voz para que Tom me puede escuchar ya que la música estaba en un volumen muy alto.

Tom negó con la cabeza y saco su celular para llamarlo, se alejo de la multitud y yo lo seguí.

- ¿hola Harrison? ¿Por donde andas, amigo? - hizo una pausa - Ajá - Tom asintió con la cabeza y me miró - okey, diviértete - Tom rió y colgó la llamada.

- ¿y?

- se fue con la chica, quedamos tú y yo.

- perfecto - no me sorprendí por el hecho de que mi hermano se fue con una chica, él era así al igual que Tom - si quieres puedes irte también con una chica, yo creo que iré a casa.

- me hieres que me tengas así - se hizo el ofendido y puso su mano en su pecho.

Yo reí - solo no quiero que te quedes con migo toda la noche porque sientes que lo tienes que hacer - me encogí de hombros.

- ¡ey! Donde está la chica fiestera de hace unos años atrás? - yo reí - ¡vamos! No te vayas, será divertido.

Sonreí ante la cara tierna de Tom y me rendí aceptando quedarme con él en la fiesta.

- pero debes comprarme una cerveza.

- trato hecho.

Narra Tom.

- ¡creo que nunca la pase tan bien! - dijo Jenn mientras entraba torpemente al departamento.

- creo que tomaste demasiado, Jenn - dije y reí, rápidamente la agarre de la cintura ya que no podía caminar muy bien.

- si solo tome tres cervezas - dijo marcando el número cinco con su mano. Reí ante lo tierna que se veía y la lleve a su habitación.

- ¿y que tal de esos tres shots de vodka? - levanté una ceja y Jenn me miro sonriendo con los ojos cerrados.

- yo no me acuerdo de haber tomado eso - miró para los costados y se acercó a mí - si me acuerdo, pero no le digas a Harrison - susurró y volvió a reír como una nena de dos años.

La lleve a su cama y la acosté lentamente sobre ésta.

- quédate aquí, te voy a traer un vaso de agua.

- con vodka, por favor - levanto su brazo y lo dejo caer rápidamente sobre la cama. Negué con mi cabeza sonriendo y baje para poder servirle agua.

Volví a subir con el vaso de agua en la mano y cuando entre a la habitación de Jenn, su cama estaba totalmente vacía.

- ¿Jenn? - deje el vaso de agua en la mesita de luz y escuche un ruido en el baño - ¿Jenn? - dije entrando lentamente.

- ¡acá estoy! - elevó sus brazos por el aire. Mire a su atuendo y me fijé que tenía su pijama puesto.

Consistía de un short rojo que mostraba bien sus piernas largas, y una musculosa que dejaba ver una porción de su panza. Que piernas... ¡diablos Tom! ¿que haces? ¡Es la hermana menor de tu mejor amigo! ¡Vuelve a la realidad amigo!

Sacudí mi cabeza imaginariamente y me acerqué a Jenn - ¿como te cambiaste? Hace unos minutos no podías caminar tan bien.

- te dije que no estaba borracha - me miró y saco su lengua como insulto para después dirigirse a su cama.

Me estaba por ir cuando escucho que Jenn me llama, me doy vuelta y la miro.

- ¿no quieres dormir con migo? Tengo miedo - dijo poniendo cara de nena inocente.

- ¿miedo?

Ella asintió y no me pude resistir a su cara de nena, así que me recosté  al lado suyo y puso su cabeza en mi hombro.

- solo hasta que te duermas - mire como ella asintió y cerró sus ojos lentamente.

Acaricie su cabeza para que se pueda dormir y pude notar desde cerca su belleza. Había crecido en estos dos años, ya no era la chica insegura de 18 años, había cambiado. Era toda una mujer independiente. Veía como sus pestañas se movían lentamente y me daban ganas de acariciarlas por lo largas que eran. Sus labios gruesos. Sus pecas desparramadas a lo largo de su rostro. Si que era preciosa.

¿que te está pasando Tom Holland?

Tengo que salir de ésta habitación lo más rápido posible.

Narra Jenn.

Me desperté por el sol que entraba a mi habitación. Mi cabeza dolía como nunca. Me tape con mi sabana la cabeza y volví a cerrar mis ojos.

Mire la hora y eran las 12 del mediodía. Creo que ya me tendría que levantar.

Suspiré y me destape, me estire y me levanté de mi cama. Fui al baño arrastrando los pies y entre. Me di una ducha rápida caliente para poder sentirme mejor, y me fui a mi habitación para ponerme algo cómodo.

Baje a la cocina y me encontré con Tom mirando la televisión.

- buenos días bella durmiente - Tom sonrió.

- buenos días - le sonreí - me duele mucho la cabeza - cerré mis ojos y me toque la cabeza con mi mano.

- se lo llama resaca, querida - Tom rió.

Yo le saque la lengua - no te rías de mí y dime dónde tienen pastillas.

- en el cajón de la izquierda - dijo señalando.

- ¿Mi hermano no llego todavía? - dije sirviéndome agua en un vaso.

Tom negó con la cabeza. Tome mi pastilla y deje el vaso en el fregadero. Me dirigí al sillón y me senté junto a Tom.

- ¿como termino la noche de ayer? No me acuerdo nada - dije tirando mi cabeza para atrás.

- bien - sentí como Tom se tensó - llegamos y te fuiste a tu habitación.

Lo miré rara, pero no le di importancia. Me acosté más en el sillón y mire lo que estaban pasando en la televisión. De inmediato Tom se paró sin mirarme y se fue rápidamente para arriba.

¿Y a éste que?

el mejor amigo de mi hermano - tom holland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora