Capítulo 6

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Capítulo 6

    La noche que todos esperaban, estuvo rodeada de toda la sociedad importante de Kempston, en aquel baile. Entre ellos algunas amistades de Lady Charlotte Carrington, que al igual que ella, veían con malos ojos la presencia de las sobrinas de los Austen. No podían concebir que unas hijas de alguien inferior a ellos, tuvieran el descaro de incluirse, o querer ser parte de aquella sociedad. Incluso de asistir a aquel baile.



     Adam, en cambio, al igual que su hermana y abuelos, le agradaba verlas en aquel lugar. Aquella noche, aún a pesar de los deseos egoístas de su madre, buscó la manera de librarse de todo lo que ella había planteado para su vida. Se ocupó en conversar con viejos amigos de la infancia y con familias a las cuales tenía tiempo sin ver. Aun así, sin permitirse que nadie más, sino él, pudiera permitirse observar a Keyra y la manera en que ella se desenvolvía con sus abuelos y su hermana Jennifer, sin hacerse tan obvio para evitar algún comentario inapropiado.



— Me disculpan un momento.— le expresó a la familia McQueen, mientras se disponía acercarse a Keyra. Al fin la observaba sola.

— Como no, joven Andrew...— expresó uno de los integrantes de aquella familia, mientras lo disculpaban y continuaban con su conversación.




     La luz del primer sentimiento había empezado a florecer, sin detenerse a pensar en el dolor y la amargura a la que sería producto, debido a la diferencia social y la manera en que este podía desgarrar la vida de quien se ama. Adam se acercó a Keyra, ocultando todo aquello que sentía cada vez que se encontraba cerca de ella. Ella era tan distinta a todas las jóvenes de Londres, y eso le encantaba. Desde que sus ojos la habían vuelto a ver, en su interior había caído cautivado tras la personalidad de ella, que aún sin quererlo, sabía que había tomado una decisión. Ella era su decisión.



— ¿Me permitiría este baile, señorita Butler?— le expresó con dulzura y algo de picardía al ver la mirada de Jennifer—. En toda la noche he querido pedirle dicho honor...

— Por supuesto, joven Carrington... El honor sería mío.— expresó Keyra en un tono inocente, sin darse cuenta de lo que le hacía sentir a aquel joven.



     Keyra se permitió ser escoltada por Adam hacia la pista de baile, mientras él celebraba haber tenido el valor de acercarse a ella.



     La melodía de aquel baile los unía, sin que ellos se percataran de eso. O en especial Keyra. ¿Acaso se podría descifrar todo lo mágico que se podía convertir solo aquel instante?



     Los ojos de Adam no podían obviar cuanto Keyra lo atraía. En aquel instante pensó en la opinión de su madre sobre si supiera aquello y la forma en que se opondría. Para ella no habría nadie más digno, que cualquier joven dama cuya familia fuera rica y de un apellido importante. Todo lo opuesto a Keyra Butler.



     Jennifer desde lejos observaba a su hermano con su típica sonrisa, ocultando en su silencio lo distinto que cada vez observaba a Adam. Sus atenciones hacia Keyra eran tan obvias para ella, aun cuando nadie más se percatase de eso. Y eso le agradaba.



     Uno, dos, tres... Uno, dos, tres... aquel baile llegaba a su final, en cada melodía, en cada sonido, en cada ritmo.



     Keyra le sonrió con ingenuidad a Adam, al culminar el baile, sin imaginar cuanto lo lamentaba aquel que la miraba, deseando detener el tiempo. O si fuese posible, un último baile con ella como su compañera.



— Ahora debes cederme el honor de la siguiente pieza...— expresó Jennifer al acercarse a su hermano.



      Su hermano aceptó al ver el motivo que había llevado a su hermana a acercarse a ellos. No obstante, Adam tomó el valor de pedirle a Keyra que le otorgara el último baile, antes de que ella regresara al salón junto a su familia.



     ¿Cómo detener al amor cuando esté aparece sin previo aviso? ¿Cómo evitar que crezca y se llene de esperanza, cuando su alrededor es un inmenso abismo?



     Adam había tomado una decisión aquella noche y no cambiaría de decisión. Cortejaría a Keyra. No permitiría que alguien se le adelantase. Se opondría a la decisión de su madre de verlo comprometido con Carlota Becker. La condesa de Whitstone.

Marchándose sin decir adiós (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora