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❜Misionero;❛

La joven pareja se encontraba en un bar por las partes menos conocidas de la ciudad; estaban muy contentos, y la razón era porque ambos habían terminado la secundaria sin reprobar ninguna materia, así que decidieron ir con unos cuantos amigos los invitaron a celebrar con unos buenos tragos de whisky –y también mandar a la mierda los estudios y empezar a preocuparse por las notas universitarias. Ah, y por el futuro.–

Al chico de cabellos plateados, podríamos decir que era alguien experto en beber litros de alcohol, estaba tomando una segunda botella de la bebida más fuerte en el lugar. No le importaba el hecho de que su novio estuviese viéndolo; en cambio el de cabellos anaranjados lo único que tomaba era un par de vasos de agua con hielo. Y no era porque fue elegido como conductor designado, sino porque no le gustaba mucho embriagarse. Hasta le daba asco.

No entendía el por qué su novio era así, pero aún así lo quería. Puso su mano encima de la cabeza del mexicano mientras que este seguía bebiendo, en cual este bajó su botella golpeándolo contra la mesa y miró con sus ojos brillando –no por amor, sino por la borrachera– mientras que le daba una pequeña sonrisa.

— Mi amor~— dijo un poco inentendible el menor, comenzó a besarlo de una manera apasionada. Lo único que hizo el mayor fue seguirle, aunque sentía que el aliento del contrario estaba embriagándolo un poco. No les importó que sus amigos estuviesen viéndolos en esa situación, no impidió que sus lenguas juguetearan entre sí haciendo que aquel peli-blanco comenzará a suspirar sonoramente. Se separaron por falta de aire.—. ¿Podríamos ir al hotel que hay al frente? Tengo algo de sueño y quiero “dormir.”

— Muy bien— respondió con una pequeña sonrisa—, pero primero veré si los demás chicos están bien— Se dio la vuelta para ver que sucedía, vio que la mayoría de que estaban en el lugar se habían quedado completamente dormidos en el sillón del sitio. Menos un par de chicos, que estaban amenazándose con una navaja cada uno, discutiendo por equis razón.—. Ok, vayámonos.— Agarró de la mano de su novio ebrio y dejaron algo de dinero en la mesa, para irse al lugar que estaba al frente.

Al llegar a ese hotel, el mayor se encargó en pagar la habitación mientras que el menor estaba dormido en una silla de espera. Cuando le dieron la llave, se encargó de levantar al moreno y llevarlo al ascensor para llegar a aquel piso.

Cuando abriron la puerta, el mayor la cerró con llave; se besaron nuevamente, con más pasión que en el anterior. El menor seguía torpemente cada paso, el efecto del alcohol no lo hacia tan hábil como era de costumbre. Las manos del español comenzaban a desabrochar la camisa que llevaba el contrario mientras que besaba su cuello, mordiéndolo por los pocos lugares que no llevaban marca alguna.

Lo acostó con algo de desesperación en aquella cama vieja que había, poniéndose encima del joven con ojos ambarinos; pasaba su lengua por el pecho descubierto del menor, haciendo que este de suspiros bastantes fuertes que podían oír las personas en las otras habitaciones. Recorría aquel cuerpo sin vergüenza alguna, lamiendo su cuello y bajando hacia su pecho, dando unas pequeñas mordidas a los pezones del mexicano, aquel acto hizo que se estremeciera.

— Deja de torturarme así, pendejo— Este jadeaba un poco, más al ver que su novio no le hacia caso a las peticiones, más que dio una mordida fuerte en su pecho.—. ¡Ah~!

— ¿No qué muy macho?— comenzó a reír, aunque vio que el menor no le había visto ninguna clase de gracia, lo miraba con algo de odio; pero aun así, este seguía con lo suyo. Separó las piernas de este y le bajo los pantalones, dejándolo solo en ropa interior y viendo el bulto que había en ellos.—. Espero que estés listo, porque esta noche haré que gimas tan fuerte que hasta los sordos podrán oírte.

30DOTP❜;; Towneak ft. #fhsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora