30DOTP❜;; Towneak ft. #fhs

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En la ducha:

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Se oían como las gotas del agua caían al piso, como si fuesen gotas de una fuerte lluvia, el joven de cabello anaranjado se daba un baño después de un largo día de arduo estudio. Ya que, para él, entrar en el agua fría siempre hacía que se calmara aunque sea un poco de todo el estrés de aquellos malditos papeles interminables. Podía sentir el agua caer sobre todas las partes de su cuerpo, mientras que podía sentir ese masaje por el agua, también se enjabonaba de una manera delicada por todas sus partes. Era uno de los momentos más tranquilos que podía tener aquel joven español. Un momento sin interrupción alguna.

Hasta que entró Eak abriendo la puerta de una patada(?

— ¡¿Qué cojones?! ¡¿Acaso no te das cuenta de que me estoy bañando, pedazo de gilipollas?!

— ¡Pues culpa mía no es, puto! ¡Es que me entraron las ganas de mear, pendejo de mierda!

/Bueno... Me pondré seria, es que me dio gracia, ah.

— ¿Puedo bañarme contigo, amor? Es que tengo mucho calor y no quiero estar sudando como puerco. Aparte de que entre los dos ya hay confianza.— pidió el mexicano mientras miraba a su pareja a través de la cortina de la ducha.

— Uff, de acuerdo.— dijo dando un suspiro; no le molestaba para nada darse un baño con se novio, pero quería estar tranquilo por un rato.

Miraba disimuladamente por aquella cortina como su pareja se quitaba la ropa, corrió aquella un poco para tener una mejor vista y podía ver aquellas mordidas y moretones que tenía. Y eso le ponía un poco feliz, ya que sabía que aquellas marcas eran solo de él, y de nadie más.

Abrió la cortina para poder entrar a la ducha. Sé acercaba a él para que también le cayera el agua, aunque esté la sintió bastante helada, pero no quería quejarse.

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— ¿Me permites que te lave el cabello?— dijo un poco avergonzado el de ojos ámbar.— Es que me encanta tocarlo, es algo que no puedo evitar.

— Okey, sí eso quieres.

Comenzó a acariciar aquel cabello que le encantaba, intentando lavarlo de una manera correcta. Aunque, según Eak, no necesitaba estar lavándolo a cada rato, ya que tenía impregnado aquel olor a frutas que le gustaba. Al terminar, le quitó aquellos restos de espuma que quedaban en este de una manera suave, mientras que se acercaba más y comenzaba a olerlo. Sí, parecía un loco haciéndolo pero no podía evitarlo, le encantaba.

〔⭐〕

El español lo agarró y de la nada le dio un pequeño beso. Sus manos se pusieron alrededor de su cintura y acariciaban esta. El agua fría aun caía por encima de ellos pero no era una molestia, de hecho, sería una ayuda ya que el ambiente comenzaba a ponerse caliente.

Por aquellos movimientos sentían como ambos miembros rozaban entre sí, haciendo una pequeña fricción. Las manos dejaron de acariciar sus caderas y comenzaron a apretar el trasero del contrario, haciendo que gimiera de una manera suave. Los ojos de ambos comenzaron a nublarse mientras que sus bocas volvían a unirse con un nuevo beso, uno apasionado en dónde sus lenguas estaban presentes y jugando entre ellas, se podía oír unas pequeñas quejas que aún daba el pasivo, que rápidamente eran calmadas de la manera más rápida posible. Sus entrepiernas comenzaron a moverse un poco para que pudiesen rozarse de una manera más fácil. El menor mordía un poco fuerte los labios del contrario mientras que hacían que estés sangraran un poco.

La mano de mayor se puso en ambos penes para poder masturbarlos, haciendo que soltaran un pequeño quejido. No podían parar de besarse, no podían parar de rozar sus lenguas entres sí. Se miraban a los ojos, luego el de cabello largo comenzó a lamer el cuello del contrario mientras que acompañaba ese acto con unas pequeñas mordidas en este. El contrario no podía hacer nada más que gemir cada vez más fuerte, hasta que esos gemidos se transformaron poco a poco en suspiros. Eso era algo completamente excitante para el mayor. Podía sentir un caliente líquido que salía del miembro de su pareja, ese que iba a avisar que ya faltaba poco para venirse.

Ambas manos volvieron a su trasero, manoseando y nalgueando este descaradamente, sin vergüenza alguna, el menor solo arañaba un poco la espalda de su pareja mientras que lo abrazaba, dando unas lágrimas de completo placer. Sintió como metía un par de dedos dentro de su entrada, estimulando más de lo que ya estaba. Aquellos, haciendo un movimiento de tijeras. Eso fue lo único que necesitaba el mexicano para poder venirse, sosteniéndose sobre los hombros del contrario, ya que sus piernas comenzaban a temblar mucho. El español también se vino después de auto-estimularse un poco frente a su novio.

Ambos se dieron un último beso, antes de cerrar el agua y salir a secarse, para después vestirse, así poder finalmente ir a acostarse a tomar una pequeña siesta.

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Creo que me gustó el resultado, idk.

Con esto me puedo morir feliz otra vez(?