¿Cómo decirlo? Él no piensa en haberse acercado tanto a un humano. Pero Dipper es diferente sin duda. Y prácticamente le va a decir sobre su parte humana. Por que sabe que el castaño querrá que le aclare sus dudas o él mismo se encargará de buscarlas. Y sabe que el chico es inteligente. Quizás más que cualquier otro humano que haya conocido.
Puso sus manos en los hombros del menor quien tiembla. Como un pequeño conejo que sabe que va a ser devorado. Y sencillamente le es adorable. Y los intenso ojos que reflejan como ya mencione, miedo pero curiosidad le son fascinantes. Como corrientes de agua que no tiene dirección alguna. Pero que a le vez, muestra ése interés en averiguar todo sobre él, un interés que nunca ha visto en humanos anteriores que ha visto o que han venido para matarlo. Ése único interés que le hace sentir de alguna forma, un poco especial.
Mientras que el Pines no tiene ni idea de lo que sucede. Y se pone más nervioso ya que el atractivo, por que admite que el desconocido tiene su atractivo, está frente suyo sin poseer ropa alguna le incómoda bastante. Sólo puede atinar a mirarlo a los ojos. Esos ojos que hipnotizan, que jura le pueden penetrar el alma, siendo algo tan extraño y familiar ya que la sensación ya le es familiar. Desviando cualquier forma de mirar allí abajo.
— ¿Acaso no me reconoces, Dipper? —dice. El nombre del más bajo es como un delicioso manjar derretido en su boca. Siente que al pronunciarlo se vuelve suave.
Y el nombrado sólo se pone pensativo. ¿Reconocerlo?
Aquellos ojos tan únicos y extraños. Su iris alargada como si de una serpiente se tratase. Son aquellos ojos que le hacen creer saber quien es.
—Eres el dragón... ¡Eres tú! — dijo con emoción por su nuevo descubrimiento. — ¿Pero cómo es qué...? — soltó confundido haciendo un puchero en esos labios deseosos. Inflando sus mejillas de forma infantil que al mayor daban ganas de morder las para confirmar si son tan apetitosas como se ven. Cómo unas redondas y lustradas manzanas.
Y otra cosa de lo que se cuestiona es como debe llamarlo pues no sabe su nombre. Sin mencionar que ahora que recuerda, ésta desnudo.
—Ah-Ah, B-Bueno y-yo... ¡Disculpa por las molestias! — tartamuda con nerviosismo. Intentando desviar su mirada y moviendo sus manos como ya dije, nervioso, algo torpe.
Pero siente un agarre en su mentón. Un poco brusco pero sin lastimarlo al final. Él obliga a mirarlo. Puede observar con más detalle su apariencia.
Ojos tan mielosos, dorados y resplandecientes como el sol en verano. Sus cabellos como el atardecer, combinando perfectamente con sus ojos que encendían hasta una tormenta. Piel bronceada. Músculoso y sobre todo alto y ancho. Un ser tan hermoso que podía empujarte hasta el pecado de la lujuria. Apostando que sus brazos pueden proteger y dar calor. Sus ojos tan penetrantes y sin ningún defecto en su físico. ¿Algo tan perfecto ser puede existir?¿o quizás el mismo exagera y piensa que es el más hermoso del universo? O tal vez, al menos del continente.
¿20?¿25 cm?¿Cuantos años tiene? Si bien se ve joven pero a la vez alguien con mucha experiencia sin ser un viejo. Su aura desprende y lo califica como alguien tan territorial y dominante. Sus crías han de ser tan hermosas como él.
¿Crias?¿hijos?¿por que al pensar en eso se ha sonrojado demasiado?¿por que se ha imaginado a los hijos del rubio?¿y por que un extraño y doloroso calor invade su pecho?
Mierda. Despejar su mirada se hace aun mas difícil y no por el hecho de que lo tiene agarrado, sino por que ese contacto visual lo mantiene ahí. Apreciando cada perfección del hombre.
—Estas muy rojo. ¿Por qué?— pregunta arqueando una ceja y con curiosidad.
—¡Por n-nada!¡M-Me voy!
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"Escombros" ■BillDip ■Editada2024
FanfictionAdvertencia: Universo Alterno {A.U}, Faltas de ortografía (mínimas), Probable Lenguaje Vulgar, Contenido homosexual en especial Yaoi (hombrexhombre). Contenido para mayores de 16 años pero si eres menor y gustas leer el contenido advertido puedes le...