Rose Weasley & Scorpius Malfoy ¿destinados a estar juntos?

No sé lo que pensar

                    Rose no entendía porque no podía de dejar de pensar en él. Recordó lo que le dijo su padre sobre los Malfoy en el andén el primer año que asistió a Hogwarts, y hasta ahora había cumplido la promesa que le hizo a raja tabla, ser mejor que él en todo y nunca intimar con él. A lo largo de los años su odio hacia el rubio había ido en aumento y sus peleas eran cada vez más constantes. ¿Cómo era posible que por un par de besos estuviese tan confundida?

No paraba de dar vueltas a su habitación, analizando todas las ocasiones en las que había tratado con él y en ninguna pudo ver que Scorpuis le enviase algún tipo de señal, salvo la ocasión que le quito la túnica que todavía conservaba en su armario. Quería hablar de lo ocurrido, pero a su familia no podía contárselo y en esos momentos no soportaría los chillidos de Alice. Opto por callárselo y esperar a ver cómo reacciona Scorpius. Decidió meterse en la cama, pero ni en sus sueños consiguió librarse de él.

A la mañana siguiente su mejor amiga la despertó, era raro ver a Rose dormir hasta tan tarde, y le metió prisa para bajar a desayunar. Ya en el gran comedor no pudo evitar fijarse en Scorpius quien hablaba con Nott.

-¿A quién miras tanto? – Pregunto una curiosa Alice.

-Estoy mirando al novio que no tengo – lo dijo sin pensar y en ese momento se imaginó siendo la novia de Scorpius. Deshizo ese pensamiento en el momento, sin creer lo que había dicho.

- ¿Así que mirando a Tom? –Alice sentía curiosidad, deseaba la felicidad de Rose después de todo lo que había sufrido.

-Claro – Mintió Rose, se había olvidado por completo de Tom y no sabía cómo estarían las cosas con él después del beso que se dieron.

-Antes de que se me olvide ¿Qué castigo os puso la Directora a Scorpius y a ti?

-Yo voy a tener que dar clases de apoyo a los alumnos que van mal y Malfoy ayudara a Hagrid.

-¿En serio?

-Si, en serio y ¿A qué viene este interrogatorio? – a Rose no le estaba sentado nada bien las preguntas de su amiga. Decidió cambiar el tema y centrarse en la vida amorosa de Alice- ¿Lorcan y tú ya lo habéis arreglado?

-Poco a poco, le quiero pero me cuesta volver a confiar en él.

-Hacías tan buena pareja, no sabes la envidia que me dabais.

-Basta con el tema, cuando me decida te lo hare saber- Dicho eso Rose decido no seguir con el tema, Lorcan le había hecho daño.

Las amigas siguieron hablando sobre banalidades, pero pararon cuando McGonagall las interrumpió. Ambas sabían a lo que venía y la directora no se anduvo con rodeos.

-Aquí tiene los horarios y a los alumnos a los que va a ayudar, señorita Weasley. Espero resultados. – Rose asintió y le dedico una sonrisa, intentando que pareciera una sonrisa sincera. – Los estudiantes están siendo notificados. –Dicho esto se marchó.

Terminaron de desayunar y se marcharon del gran comedor. A primera hora tenían clase de aparición. Mientras se dirigían a la clase Rose abrió el sobre que previamente le había dado McGonagall y pudo saber al fin que daría dos clases, de Transformaciones e Historia de Magia. En la lista había alumnos de casi todos los cursos y le sorprendió ver que su hermano Hugo asistiría a Transformaciones junto con Scorpius. El hecho de encontrar a su hermano en la lista le molesto, si le hubiese pedido ayuda no se encontraría en esta circunstancia. Los martes daría Historia de la Magia y los viernes Transformaciones, lo que implicaba que hoy daría su primera clase transformaciones y a lo largo del día tendría que preparar la clase.

El día transcurrió con normalidad, Rose se encontraba en la biblioteca preparándolo la clase que daría cuando Tom la llamo.

-Hola Rose - una sonrisa apareció en la cara del chico, mientras se acercaba a ella.

-Hola Tom – Le devolvió la sonrisa. – El beso ... - Antes de que pudiera decir nada más el chico la volvió a besar, esta vez de forma más casta.

-Este sábado, tú y yo vamos a Hogsmeade. Te veré en la entrada de la Torre del Reloj. Antes de que Rose pudiese decir nada Tom se marchó, no sin antes giñarle un ojo.

Puede que el beso no fuera como el de Scorpius, pero Tom era agradable y le hacía olvidarse de sus problemas. Siguió preparando la clase, aunque no pudo concentrarse. Por mucho que lo intentaba no podía sacarse al rubio de la cabeza, por lo que cogió un libro ¨Transformaciones, introducción¨ y eso sería lo que impartiría en la primera clase y se fue a dar una vuelta antes de impartir la clase. Mientras daba la vuelta vio a su hermano, que estaba charlando sin preocupación con unos amigos.

-Hola Hugo. – Estaba sería y la sonrisa que le dedico Hugo la irrito un poco. Como no podía importarle sus calificaciones, luego era Rose quien tenía que escuchar a sus padres ¨Pero hija que te costaba ayudar un poco a tu hermano¨ o ¨La familia se debe de ayudar entre si¨.

-Hola hermanita o debería llamarte profesora Weasley – dijo entre carcajadas – Ya me pasaras las preguntas de los exámenes ¿No?

-No sé por qué te ríes, a mí no me hace ni pizca de gracia. Y más te vale prestar a tención que no quiero quedarme en Londres durante las vacaciones por tu culpa.

-Tranquila hermanita, que o necesito ayuda. No sé porque me han castigado, pero no voy mal en transformaciones.

-Lo que tú digas Hugo, pero ya queda poco para acabar y más vale que no te la juegues. El próximo año tendrás los T.I.M.O.s y con llevar las materias al día no es suficiente.

-Relax hermana, además ya va siendo hora de que impartas la clase.

Dicho esto los dos hermanos fueron a la clase que McGonagall había preparado para la ocasión, sin que Rose parara de sermonearle a Hugo sobre sus estudios.