De vuelta

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Más de una semana había pasado desde que Rose había dejado Hogwarts y Hermione Weasley por mucho que quisiera a su hija, le estaba agotando el comportamiento que esta estaba teniendo. Los primeros días sí que los había pasado realmente mal, pero una vez ¨superado¨ el mal rato Rose se estaba aprovechando de la situación.

-Rose pronto volverás a Hogwarts, así que vete preparando la maleta.

-Olvídalo mama, no pienso volver. Si quieres llevarme a Beauxbatons o a un instituto muggle. Como tú más prefieras, pero de Hogwarts olvídate.

-Cariño algún día tendrás que hacer frente a tus problemas, no te puedes pasar la vida huyendo de ellos. Eres una leona, demuestra tu valentía.

-Muy original mama, y te he dicho que no.

-Cariño, no era una sugerencia. Vete a hacer tus maletas, esta tarde vuelves.

-Pero mama. - Rose estaba teniendo una pataleta, siempre se mostraba muy madura pero no por ello dejaba de ser una adolescente. - Cuando llegue papa le contaré lo mala que estas siendo, es que no quieres a tu propia hija. - Hermione puso los ojos en blanco y prefirió no prestarle más atención a Rose hasta que no se le calmara. -Esta familia no me comprende, seguro que soy adoptada. -No estaba a acostumbrada a no obtener lo que quería, su madre era de las pocas personas que se negaba a sus exigencias al contrario que su padre, que aun teniendo 16 años para él ella seguía siendo su pequeña princesita.

Por mucho que le costase admitirlo sabía que su madre tenía parte de razón, así que muy a su pesar hizo la maleta. Esa tarde volvería a Hogwarts y nunca antes había deseado que llegase el verano para poder perder el castillo de vista. Ya se le ocurriría algo para no tener que ir en séptimo, lo único que lamentaría sería no ser estudiante cum laude si abandonaba Hogwarts. Cuando Ron apareció en casa Hermione le explico la situación, no estaba muy de acuerdo con esa decisión. Quería que su princesita se quedara un poco más de tiempo.

-Creo que todavía es muy pronto - dijo mientras Rose bajaba las escaleras con la maleta a rastras, al escuchar a su padre oponerse a su marcha se alegró. - Es mejor que se quede un par de días más.

-Si seguimos a este paso volverá cuando cumpla 80 años, además ya es tarde ya le he dicho a Minerva que volvía esta misma tarde.

-¿No crees que al menos deberías haberlo hablado antes conmigo?

-Lo siento Ron, en eso tienes razón. - Se disculpó Hermione. - Pensé que pensarías igual que yo.

-Una buena forma de disculparte seria si me dejaras quedarme como dice papa un par de días más - Intervino Rose con la esperanza de que su madre cambiara de idea.

-Haz caso a tu madre. - Ron acabo cediendo. - Recuerda los hechizos que te he enseñado, si alguien te dice algo no dudes en utilizarlos. Enséñales que con Rosebud Jean Weasley no se mete nadie. - guiño un ojo a su hija, se acercó a ella para poder susurrarle al oído. - Y si es de Slytherin o mejor el mini hurón, en verano te dejo escoger a donde vamos de vacaciones.

Dicho esto le dio un beso en la mejilla y salieron en dirección Hogwarts. Hermione ayudo a Ron a guardar el baúl de su hija en el maletero mientras Rose estaba de morros sentada en el asiento del copiloto.

-No sé cómo me he podido dejar convencer, acuérdate de volver el coche invisible - comento Hermione mientras que Ron estaba emocionado, la última vez que fue en coche volador al castillo fue cuando cursaba segundo y salió vivo de milagro.

-Ya verás será divertido Herms.

Dicho esto Ron y Hermione entraron en el coche y se dirigieron al castillo. El trayecto fue tranquilo, estuvieron charlando animadamente sobre el trabajo Ron como auror y los casos que tenía que defender Hermione en el ministerio de magia. El trayecto era largo, de casi tres horas, pero gracias a que Ron se sacó el carnet de conducir muggle condujo sin ningún tipo de altercado. Al final llegaron a Hogwarts y McGonagall les explico cómo estaba la situación, paralizada. Rose dejo a sus padres tomando el té con la directora y decidió dar una vuelta por el castillo. No quería ser vista por lo que decidió dar una vuelta por las mazmorras, mientras iba caminando le entro sed. Entro al baño para beber y cuando salió se cocho con Scorpius Malfoy, maldijo su suerte mientras se limpia. Scorpius le había empapado de pies a cabeza.

-Si no vuelves a lo grande, mejor no vuelvas. – dijo Rose un poco amargada e irónicamente.

-Has vuelto, ¿Cuándo has vuelto? – Scorpius miraba atónito a Rose, mientras que ella intentaba quitarse la porquería de encima.

-Como si te importara, búrlate de mí de una vez y déjame sola por favor. – su voz no tenía el tono de siempre, sonaba triste.

-eehhhh.... yo lo siento.- ¨Por todo¨ se dijo la última parte para sí mismo.

Rose no le hizo mucho caso y entro por la puerta por la que había salido sorprendiendo a Scorpius, y este decidió seguirla. Los seis años que llevaba en Hogwarts Scorpius no se había dado cuenta que esa puerta daba a un baño. Nada más entrar Rose empezó a desnudarse, se quitó el la camiseta y el pantalón, quedándose solamente en ropa interior. Scorpius se quedó mirando, asombrado, no podía apartar la vista. Rose al percatarse de que Malfoy había entrado detrás y que la estaba mirando fue corriendo a uno de los urinarios y cerró la puerta tras ella. En ropa interior y con la necesidad de que Scorpius le ayudase.

-Malfoy serias tan amable de dejare tu túnica. – intentaba sonar lo más maja posible, no quería ir en ropa interior hasta su cuarto. Con un escándalo tenía suficiente y si eso implicaba tragarse el orgullo y pedir ayuda a Malfoy, pues que así fuese.

Surgió una sonrisa en la cara de Scorpius. – Si me das un beso te la doy.

A Rose no le quedó más remedio que salir, ambos se miraban a los ojos, azul contra gris. Se fueron acercando poco a poco hasta quedar uno en frente del otro. Rose coloco sus manos en su cuello y le hico unas carias. Scorpius coloco las manos en su cintura y la acerco un poco más, quedando casi pegados. En ese momento Rose empezó a jugar con la corbata del uniforme tirando la túnica al suelo. Scorpius no podía más, la quería besar, había soñado unas cuantas noches con esos labios y quería saber a qué sabían. Con una de sus manos pego la cadera de Rose a la suya por lo que Rose pudo notar su incipiente erección y la otra mano la coloco en la barbilla y la subió para que sus miradas volvieran a cruzarse. Él la fue a besar y en ese momento ella le dio un rodillazo en sus partes.

-Te vas a reír de quien yo te diga. – Scorpius ahogo un chillido y se llevó las manos a sus testículos, mientras que Rose aprovechaba la confusión del rubio para coger la túnica que deliberadamente había tirado. – cuando quiera una ETS te aviso. – Se puso la túnica y dejo al chico retorciéndose de dolor. 

Rose Weasley & Scorpius Malfoy ¿destinados a estar juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora