Capítulo VIII

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Era la mañana del 31 de octubre, había pocos trabajadores en turno puesto que gracias a ser Halloween algunos habían pedido permiso para pasarlo con sus familias e hijos, tener el día libre era un privilegio que pocos llegaban a conseguiré en Brookwood, Regina y sus compañeros eran un grupo el cual tenía permisos a libre albedrío pero no les gustaba darse ese cierto lujo cuando sabían que podrían convivir todos en la fiesta organizada por Belle.

-¡Mary es hora de irnos! -gritó David quien en llevaba en brazos al pequeño Bash-

-Estaba preparando la mamila de Bash, es su festejo en la guardería y sabes sólo se llevaba el mamila. -respondió Mary mientras salían por la puerta y se dirigían al auto-

-Ven aquí, Sebastian, te pondré tú capa para completar tu traje de superman. -sonrió el pequeño rubio mientras su madre lo cargaba para terminar de vestirlo-

David arrancó el auto y se dirigieron a la guardería de su pequeño hijo, era un niño hermoso, ojos verdes como su madre cual aceitunas y cabello rubio como si tuviera rayos del sol en su cabeza.

-Bueno campeón, vendremos con mamá en cuanto salgas y te llevaremos a pedir dulces. -prometió David sonriendo mientras entregaba a su pequeño hijo a la maestra-

-Muto, dulches, papá. -balbuceo el pequeño abrazando a su papá-

El rubio sonrió mientras la puerta de la guardería era cerrada y regresó a su auto con su esposa la cual había decidido que esperaría ahí.

-Te tardaste un poco. -reclamo Mary riendo cuando vio entrar a su auto a su esposo-

-Tuve que prometer dulces y dar un gran abrazo. -respondió el hombre arrancando el auto-

-Eres un padre muy consentidor, señorito. -afirmó la pelinegra riendo-

-Y un esposó muy cariñoso también. -se acercó para darle un cortó beso-

-Vista al volante, no quiero un accidente. -pidió ella tomándole su mano-

David sonrió y continuó el camino hasta llegar al Brookwood, dirigiéndose a la cafetería donde se encontraba Regina juntó a Emma.

-¡Pero miren quienes llegaron al fin! -alardeó Emma riendo-

-Buenos días para ti también, hija. -contestó David con café en mano-

-Buenos días. -contestó Regina y Emma al unísono-

-¿Donde estaban? -preguntó la morena mirando a Mary Margaret-

-Teníamos que llevar a Bash a su guardería, por ser 31 de octubre tenía que llevar algún disfraz y bueno el tiempo nos consume. -respondió Mary sonriendo-

-¿Bash? Que nombre tan pelicular tiene el pequeño. -confesó Regina mientras tomaba de su té-

-Diminutivo de Sebastian. -aclaró David sonriendo-

-El nombre fue mi idea, igual el diminutivo. -contestó Emma mientras bebía de su malteada-

Regina sonrió y continuaron hablando un rato más hasta que sus aparatos comenzaron a sonar, al parecer no iba a ser un Halloween agradable.

Se encontraban en la puerta de los ingresados al hospital donde David y Mary Margaret atendieron al primer paciente.

-¿Cuál es su nombre? -preguntó Mary quien sostenía la camilla-

-Noé Cassidy. -respondió el paramédico-

-¡Es hermana de Neal! -exclamó David dirigiéndose a quirófano-

Dependo de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora