Diario IV

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Fecha: Da igual.

Estoy escribiendo esto desde afuera del colegio. No tengo idea de por qué lo aclaro, pero me dió la necesidad igual que la de escribir.
En el colegio, como hacemos también turno tarde, nos sueltan para que vayamos a comer, aunque hay un bufete donde comprar comida, pero igual nos dejan salir. Algunos se van a comprar algo afuera, en el McDonald's, como el gordo ese de los anteojos que se agranda casi tanto como su buzarda cada vez que se va del colegio, o algo por ahí; otros van al bufete, como las ratas que son. Y después hay gente pobre como yo que se llevan las sobras de la comida de ayer o un poco de cereal en un tupper, dependiendo mi nivel de pobreza.

Como siempre, me siento afuera, en una escalera en el patio de adentro, porque ahí no hay techo. Me gusta acostarme en el mármol y mirar las nubes como un falopeado, pero ése es otro tema.
Lo que pasó acá es que, mientras estaba imaginando cualquiera y tratando de distraerme con algún tema de Chano, me fijo de que alguien viene para donde estoy. Y lo reconozco con solo mirarle la camiseta roja, que parece que nunca se baña o nunca la lava, porque todos los días se pone la misma puta ropa. Viene con una cara medio rara, aunque tampoco me gasto en fijarme, porque me chupa huevo.
Se sentó al lado mío como si tuviera todo el derecho del mundo y me miró como si hablar conmigo fuese hablar con un nene.

—Tenemos que hablar —decía. Me reí.

Sonás como una minita, ¿no serás puto? —Me burlé porque ahí es donde siempre empezamos. Porque no me lo banco y él lo sabe, siempre se lo digo y siempre se lo dije.

—Martín, deja las leseadas de una vez. Te quiero explicar las cosas bien —frunció el ceño con mi comentario, pero, como dije, me chupa un huevo lo que él piense.

—¿Qué carajo me tenés que explicar? —Le digo cortante. No le creo. —. Si ya sé que sos un traidor de mierda, te vendiste al puto de Kirkland por dos monedas ¿o le das tu servicio gratis? Seguro que sí, porque sos un arrastrado de mierda.

Se aguantaba las ganas de cagarme a palos o mandarme a la mierda, porque cuando se enoja se le ponen coloradas las orejas. Igual, no sé para qué carajo guardo esta información, porque él está muerto para mí.

—Mira, Martín, me estai' llevando a mi límite...

—¿Y por qué no te lo cruzás y te volvés a tu país? No te banco acá, José —le dije, mirándole mal. —. Andáte y dejáme solo.

Él en ese momento me dijo que no le gustaba que le digan José y le recalqué que por eso le decía así.

—Mirá, si vos no te vas, todo piola. Me voy yo y a la mierda todo, ¿sabés?

Y de ahí me fui, agarrando mis porquerías y yéndome lejos de él. Porque se creía que éramos amiguitos cuando ni se molestó en pensar en cómo me sentía después de lo que le hizo a Sebastián. Nunca se lo iba a perdonar.

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Buzarda: Panza, estómago, pero de mayor tamaño o voluminoso. Es bastante despectivo, con lo mucho que Tincho quiere al Alfufu.

Falopeado: Viene de la palabra falopa, que es como una droga. Literalmente significa estar drogado.

Chano: Ex integrante de la banda Tan Bionica y actual solista. No tengo mucho que describir, excepto de que sus canciones son MUY raras, en especial las que saca en solitario.

Gasto: del verbo Gastar. Su segundo significado, aparte del del dinero, es el de no perder el tiempo en realizar una acción o siquiera molestarse en hacerla.

Piola: Vendría a ser "todo bien" o "soy re bueno/genial", depende el contexto en el que se ponga la palabra en sí.

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