Narración VIII

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ϞϞϞ2016ϞϞϞ

Entrar en ese lugar hizo que se llevara una de sus más gratas sorpresas dentro de la casa. Los recuerdos que tenía de ella eran borrosos aún, incluso después de haberse recuperado de la resaca de ese día, mas algo que jamás olvidaría era el hecho de que Arthur se encontraba allí.
Estaba sentado en la mesa, charlando con un chico moreno del cual conocería su nombre como Joao; ahí, entre todas las personas agradables de ese sitio, había visto al inglés y era lo único que podría recordar para toda su vida, pues él iba a ser su amigo. Por el resto de su vida.
No supo por qué, pero aquella noche con Luciano terminó entablando una conversación con el rubio, ése al que sus dos amigos detestaban como no tenían idea. Él no lo entendía, le parecía alguien sumamente agradable. Y fue por esto que terminó siendo una marea de secretos por una simple razón: si Martín y Manuel se enteraban de que tenía una amistad con Arthur jamás se lo perdonarían, por lo que ambos firmaron un pacto días después de haberse conocido en ese lugar. Serían amigos en secreto, pues, de ésta manera las cosas serían más "divertidas", según el inglés. Por lo que, consiguiente a eso, comenzó mentirle a sus amigos sobre dónde iba, con quién estaba entre otras cosas.
Sebastián no era de la clase de personas que mentía a menudo. No le gustaba, era algo que le habían dicho que estaba mal, mucho más para alguien como él, con un "futuro", con una pila de cosas buenas de las cuales estaba seguro que muchas personas envidiaban por más egocéntrico que sonara. Pero él no quería nada de eso, nunca lo quiso, o al menos eso había descubierto los siguientes días de su amistad con aquel chico. Normalmente, compartiendo mensajes, compartiendo cosas importantes entre los dos. Y, de esta manera, sin saberlo, Arthur sólo iba escarbando más de ese inocente ser.

Arth: Y... entonces... Te gusta alguien del grupo?

Aquella pregunta lo tomó por sorpresa al uruguayo, que se encontraba en clase de matemáticas, pues no la esperaba para nada. Él nunca se había detenido, en realidad, jamás se sentó a pensar en aquello, volteando a mirar a su nuevo amigo en la otra punta.
Volvió la vista hacia el mensaje por un largo par de segundos, incapaz de decidir si contarle o no. Ruborizado y con la imagen de Luciano en su cabeza, prefirió responder:

Sebas: Te cuento en la fiesta de hoy ;)

De más está decir la clase de fiestas en las que ambos se metían, aunque no es tarde para aclararlo. Eran del mismo tipo que todas las películas americanas representaban, pues venían de un país como ése. Personas de distintas nacionalidades, algunas de otros estados del país, solían asistir a éstas, caracterizadas por estar llenas de alcohol y drogas de por medio. Y Sebastián no era ningún santo.
De tanto acostumbrarse a mentir, de tanto estar cerca de Arthur más que nada, había terminado en una especie de gusto por la marihuana aunque era poco notorio, de forma que solía fumar en esos lugares sólo para sentirse vivo. Luciano no le decía mucho, él sólo le controlaba la cantidad, sin embargo no se lo prohibía. Él prefería el tabaco, si era por elegir, mas le acompañaba de tanto en tanto compartiendo algunos de sus cigarros o estando cerca en ese tipo de reuniones, aunque más en privado. Muchas veces, Sebas recordaba cómo terminaban esas fiestas, con el pelinegro y él viendo el amanecer, ambos uno cerca del otro, tan cerca que disfrutaban más de eso que de otra cosa. El simple hecho de compartir el mismo aire mañanero lo matenía despierto.

Esa noche no iba a ser distinta, como todas las de verano que pasarían después. La primavera se había sentido mágica con tantas flores a su alcance, por lo que ahora iba por más. No obstante, él era ajeno a muchas cosas.

Con Arthur, el cual bebía como un loco varios vasos de la cerveza que había traído uno de sus amigos, se alejaron para charlar tranquilamente, sentándose sobre el césped del jardín trasero del anfitrión, un español que sabía de verdad cómo divertirse. Miraron las estrellas un rato sin emitir palabras; Sebastián estaba a punto de prender uno de sus "cigarros mágicos", cuando Arthur sacó otra vez el tema.

El Diario. [ArgChi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora