Capítulo IX: Por favor regresa

24 2 8
                                    

Tormentosos días pasaban aumentando cada vez más en mí, las estúpidas sensaciones depresivas que habían sido causadas por los ajetreados meses que estaba pasando. Todo cada vez era peor, sentía día a día como mi mundo se derrumbaba, más sin embargo ni la mismísima Katie era consiente de eso, pues intentaba mantener la cordura a los ojos de las demás personas.

Un día de escuela más; esta tóxica rutina se estaba convirtiendo en el peor de mis enemigos, obligándome a ver día a día a aquellas personas que yo más necesitaba en esos momentos, pero aún así no tenia el coraje suficiente de ir a dirigirles la palabra, pues creía que ya había sido suficiente con todas aquellas cosas despreciables que les había hecho.

Sentía un repudio hacia mí misma por el hecho de haber caído tan bajo, pero nada fue en vano, pues me he ganado la lejanía de aquellas personas a quien más yo aprecio.

-Está bien, no pasa nada, te mereces todo lo que está pasando.- Repetía estas palabras una y otra vez en mi cabeza, tratando de mentalizarme que todo lo que está sucediendo ha sido totalmente mi culpa, trataba de mentalizarme que yo he buscado de alguna u otra manera que todo lo que está sucediendo atente directamente contra mí.

Sin darme cuenta me encontraba caminando cabizbaja por los pasillos de el gran edificio de lo que llaman colegio, culpandome una y otra vez por todo lo que estaba pasando y repitiendo cada vez más veces en mi cabeza, las escenas de los errores que cometí con cada una de aquellas personas que hoy me hacían tanta falta.

Repentinamente salgo del trance de mis pensamientos para encontrarme con que sin la más mínima intención he chocado con un chico de alta estatura y... espera, él es Thomas.

Avergonzada me separe lentamente de su cuerpo sin mirarlo a los ojos, pues cometer semejante error con una persona que no conozco me daba revoltijo de estómago.

Subí mi mirada junto con mi rostro lentamente para poder apreciar la expresión de aquel chico en esos momentos, temía que estuviera enfadado, pues no quería tener problemas con nadie ahora.

-Disculpa, en serio lo siento.

Por primera vez, pude apreciar detalladamente cada facción y cada parte del chico, era sumamente atractivo, más de lo que yo decía al haberlo visto sin detalle.

El chico sólo se limitó a reír y colocó una de sus manos en su boca como tratando de disimular aquella acción, cosa que comenzó a irritarme.

-¿Qué es tan gracioso?.- Reprocho confundida esperando esta vez una buena respuesta.

Cabe mencionar que la imagen de chico interesante que tenía de él gracias a nuestro encuentro en la biblioteca el otro día, desapareció por completo.

-Eres muy tierna.- Dijo aquel chico sin cuidado alguno aún con una sonrisa en su rostro.

Totalmente confundida, ladeé un poco mi cabeza hacia la derecha y lo veo con una mueca que expresaba mi inseguridad hacia aquel chico.

-Disculpa.- Dije nuevamente tomando un suspiro. - No volverá a pasar. - agregue finalmente y justo cuando me disponía a dar unos pasos hacia adelante para avanzar en la dirección opuesta a la que iba aquel chico, siento como éste toma mi brazo deteniéndome en seco.

Ya estaba comenzando a fastidiarme la actitud de aquel estudiante.

Coloqué mis ojos en blanco y me di media vuelta para poder verle nuevamente el rostro.

-En serio, prometo que no volverá a pasar, déjame ir que tengo que ir a clases.- Dije fastidiada con la poca paciencia que me quedaba agotándose.

Estaba irritada gracias a mis pensamientos, cosa que provocó que el vacilón del chico lograra colmar mi paciencia por completo.

No era culpa de él en realidad, era culpa de mis absurdos y tormentosos pensamientos y un mal momento para un encuentro.

ClarityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora