Capítulo XVIII: No te creo

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-Yo ya no tengo nada que hacer aquí, me voy también.

Seguido de Thomas, Christian se retiró del lugar dejándome sola en aquellas escaleras. Estaba fúrica, además de que tenía una punzada en el pecho por la forma en la que actuó Thomas, estaba avergonzada de que haya tenido que ser testigo y participe de mi discusión con Christian. No sabía si las cosas habían salido bien realmente, pero me hacía sentirme satisfecha la manera en la que enfrente a Christian y le dije sus verdades en la cara.

Luego de que me aseguré de que hubiera pasado un rato para al salir no encontrarme con alguno de ellos, me dispuse a caminar hasta la plaza cerca de donde vivía, pues quería refrescar mi mente un rato y bajar mis niveles de recelo por lo ocurrido durante el día.

Al llegar a la plaza y un rato después de pensarlo bien decidí llamar a Thomas para que nos viéramos, pues me parecía correcto el hecho de que habláramos sobre lo que había pasado y además la inquietud que tenía por saber qué pensaba de mí luego de la discusión me estaba carcomiendo. A penas marqué el número en la pantalla de mi celular, Thomas contestó sin dejar repicar tres veces el tono.

-Hey, qué pasó Angeline.

-H-hola. Era para ver si podríamos vernos ahorita.

-¿Ahorita? ¿Estás segura?

-S-sí, ¿por qué lo preguntas?

-Pues, son las 4:40 de la tarde, tendrías que estar en tu casa ya.

-Lo sé, pero no importa. ¿Puedes?

-Claro, ¿dónde nos vemos

-¿En dónde estás ?

-Estoy en la panadería que queda a dos cuadras del instituto.

-Bien, voy yo para allá, no tardo. - Dije mientras a su vez colgaba rápido la llamada y comenzaba a caminar hasta donde él estaba, de verdad que no era mucho camino, unos 15 minutos más o menos me tardaría en llegar.

Iba pensando en qué le diría, quería hacer un poco de colchón antes de ir directo al punto para que no fuera tan repentino el asunto principal, además de que me daba un poco de miedo saber qué me diría sobre lo ocurrido en el instituto hace un rato.

Algo me hacía sentir insegura, no sabía bien qué era ni tampoco sabía describir muy bien aquel sentimiento ni la razón de que surgiera, pero inmediatamente pensaba en Thomas y en lo que había pasado hasta ahora, aquella inseguridad se camuflaba con un sentimiento de paz y confianza que me hacía sentir más sólida respecto a la situación.

Una vez llegué a la panadería donde él dijo que se encontraba, peiné un poco mi cabello con los dedos y me dispuse a entrar mientras observaba fugazmente cada rincón de la misma en busca del muchacho, sin embargo no lo encontré.

Puesto que no lo encontré dentro del local, decidí ir a revisar a las afueras del mismo a ver si lo lograba visualizar por allí pero aún seguía sin rastro alguno de él, así que me dispuse a sacar mi teléfono para marcarle y avisarle que ya había llegado, pero repentinamente me quedé paralizada sin poder realizar algún movimiento mientras la inseguridad y un sentimiento extraño que quemaba mi pecho se hacían presentes.

Y es que el divisar aquella escena no se me estaba haciendo nada agradable, no sabía que hacer, cómo actuar. Algo dentro de mí me estaba animado a ir en intervenir entre la pareja, pero también algo me decía que me fuera de allí, que no siguiera esperando por él. Era realmente extraño el sentir como mi pecho ardía y una ansiedad me carcomia, nunca lo había sentido pero realmente la estaba pasando mal, aquella situación me sabía mal por donde sea que intentara analizarla.

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