Capítulo XIV: Salida

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Y ahí estaba yo, parecía una niña a punto de entrar al doctor, asustada de alguna inyección y emocionada porque al final de la consulta, obtendría una paleta como premio.

Era la 1:45 de la tarde y yo estaba nerviosa dándole los últimos retoques a mi ligero maquillaje, no solía arreglarme pero por alguna razón quería verme bien para Thomas.

En mi mente pensaba una y otra vez si lo de salida era realmente cierto, había sido todo tan repentino y no planeamos nada realmente, lo único que acordamos fue que a las 2 él vendría por mí, y hasta eso parecía incierto ya que él no tiene la más mínima idea de donde vivo, al menos hasta donde yo sé, aunque lucía muy seguro con lo que dijo de venir a buscarme.

Escuché sonar el timbre de mi casa, me exalté un poco y un escalofrío agradable recorrió mi cuerpo.

Miré en mi celular la hora, dos en punto, ¿realmente sería él?.

Viéndome por última vez en el espejo respiré profundo y fui hacia la puerta principal para abrir y encontrarme con Thomas, al menos eso esperaba.

Tomé la manija y la bajé suavemente entre cerrando mis ojos como si en mi interior estuviera esperando llevarme una sorpresa al verlo allí parado, y una vez abrí la puerta, efectivamente, era él vestido de manera bastante casual pero si que lucía bastante apuesto.

Nos saludamos chocando nuestras mejillas, me despedí de mi madre y salí de la casa cerrando la puerta a mis espaldas.

A mi mente nuevamente vino aquella duda.

-Hey, ¿cómo supiste dónde vivía yo?

-Yo lo se todo, es lo único que necesitas saber. - Dijo en un tono triunfante y bastante arrogante.

Fruncí el ceño aún con la duda.

-Y entonces ¿a dónde iremos? - Pregunté.

-¿Para qué quieres saberlo?

-¿Me estás jodiendo? - Pregunté en el tono más tranquilo y frío que pude ¿a caso bromeaba?, ¿Cómo que para qué quiero saber?

-Es broma - Dijo entre una pequeña pero pícara risa - Pensé que podríamos ir a caminar por algún parque, después sabrás cuál, y hablar un rato para conocernos mejor ¿te parece? Si no te gusta la idea dime algún lugar al que te gustaría ir o algo que quieras hacer y te llevo.

Se me escapó una pequeña sonrisa al ver la caballerosidad con la que me hablaba, realmente sabía hacer de las suyas a la hora de conseguir alguna chica.

-Me parece perfecta tu idea, ¿a caso podría haber un mejor plan? - le hice saber aún sin borrar la pequeña sonrisa de mi rostro pero con algo de picardía.

-Por supuesto que no lo hay. - Dijo en un tono bastante seguro alzando sus cejas haciendo que sus ojos se abrieran un poco.

Anduvimos el resto del camino hablando de cualquier cosa que se nos viniera a la mente y haciendo una que otra broma. Siempre me mantuvo del lado de la pared, cada que yo me colocaba del lado de la calle, él con un aura protectora me cruzaba a su otro lado, lo hacía incluso casi sin que yo lo notara, esto me parecía bastante lindo de su parte, y hacía que a medida que caminábamos algo dentro de mí se ablandara.

Finalmente llegamos, un parque bastante abierto, con un pasto bastante verde, flores rosadas decorando el suelo, alguno que otro banco blanco regado por el lugar y una pared bien podada de cayenas rojas al rededor de la acera que separaba la calle del parque.

-Es aquí, ¿qué tal? - Dijo mientras se volteaba hacia mí y observaba el lugar bastante satisfecho.

-Es bastante bonito - le respondí mientras hacía una pausa para observar el lugar también.

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