Último Capítulo
En este mes sin él he aprendido una enseñanza importantísima: El temor a quedarse sóla o a comprometerse viene del mismo sentimiento; el miedo al rechazo, a que no nos acepten, a que lo que somos realmente no guste a los demás. Vivimos tras la máscara de un personaje sin atrevernos a mostrar nuestro verdadero yo. Si no gustamos a alguien no importa, es sólo nuestro personaje, nosotros no somos así. Nadie puede juzgarnos porque no nos conocen realmente.
Hay que trabajar duro para encontrarnos con nuestro verdadero yo y aceptarnos y gustarnos como somos. Necesitamos estar convencidos de lo que somos para no ser vulnerables a la opinión de los demás. Debemos confiar en nosotros mismos, en nuestras posibilidades y capacidades, antes de someternos al juicio exterior.
Si aumentamos nuestra autoestima y nos centramos en cambiar lo que nos desagrada de nosotros mismos (sin obsesionarse) ninguna opinión exterior podrá afectarnos gravemente. Si alguien nos rechaza sabremos que simplemente no éramos compatibles, que tuvimos fallos que corregiremos en el futuro y que nuestro profundo amor hacia nosotros mismos no convertirá al que se va en una necesidad. Sabremos dejarle ir agradeciéndole que nos haga ver lo que aun nos queda por cambiar para ser mejores.
No “necesitamos” aprobación de los demás para vivir. La aprobación es un premio para el que sabe que está viviendo la vida que quiere, siendo fiel a sus principios y a su integridad, pero no es una necesidad.
Cuando sabes esto no necesitas exponer tu imagen continuamente para hacer recuento de las miradas llenas de odio de que recibimos, no te obsesiones con esa gente que te odia, aumentar ese número juzgando negativamente la imagen de los demás para que ellos te devuelvan el favor aumentando tu ego, no necesitas exhibir, falsear y retocar una vida con el único objetivo de gustar a los demás.
Y por supuesto, tampoco necesitas acostarte con todo bicho viviente para sentirte deseado, ni buscar desesperadamente una pareja que te alague en todo momento, ni amigos que prefieren adularte a serte sinceros.
El mundo cada vez está más loco, pero tú decides si quieres sumarte a él o romper ese círculo vicioso. Tú eliges si entras en ese juego de juzgar y que te juzguen, de mentir sobre tu vida para gustar más, de inventarte un personaje que no eres para someterlo a la opinión de los demás (olvidándote de lo que eres de verdad), de dejar que te juzguen por tu fachada, de presumir de lo que tienes para tratar de impresionar a gente que ni siquiera te cae bien… O si es mejor tratar de conocerte mejor a ti mismo, satisfacer tus deseos e inquietudes y aprender a vivir en armonía con lo que eres y sin demasiada ansiedad por llegar a ser lo que quieres ser, sin hacer mucho caso a la opinión de los demás, aunque te lo digan con todo el cariño del mundo y crean hacerlo por tu bien.Pd. Querida hija no quise hacer este libro tan largo ya que escribí lo único que necesitas aprender para seguir con tu vida.