Por Tí...

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~Shigin's PoV~

Los días de aquella niña comenzaron sin ningún problema. Nacida en una familia amorosa y bendecida con talentos e inteligencia, esa pequeña alma que cuidé en el cielo ahora tenía nombre, el cual era Hime.

Todo parecía normal, y ella disfrutaba de una vida feliz, pero a falta de amistades de su edad la chica hizo lo que muchos niños hacen a esa edad, crear un "amigo imaginario". Este término, creado por los humanos, es tratado como la fuerte imaginación de un niño actuando para poder entretenerse a falta de compañeros, pero resulta que no es tan simple. Lo que llaman "amigos imaginarios" son en realidad espíritus creados de los sentimientos y deseos puros de los niños, quienes a esa edad tienen el poder de darles forma por la pureza del alma.

A sus cinco años, Hime jugaba y disfrutaba de su amistad estrecha con su amigo imaginario, pero la relación era demasiado fuerte. A los seis años, llegada a una edad donde ya tenía que convivir con niños fuera de su familia, Hime hizo caso omiso a cada uno de ellos y sólo prestaba atención a su ya conocido amigo, en una mezcla de timidez y deseo por ver a su amigo.

Pasando esta etapa sin haber hecho ningún contacto social, llegó el momento de entrar a la primaria, y en sus tempranos siete años, Hime sintió por primera vez el deseo de hablar y entablar amistad con otras niñas de su misma edad.

Aún con algunas de mis preocupaciones al respecto, sabía que esto era lo mejor para ella y me limité a observarla, y así como lo predije, en el momento en que se creó una amistad real, Hime perdió el poder de dar forma a su amigo, así como de verlo.

Tratado como un ser del pasado o como algo que se aparecía de cuando en cuando en sueños, los recuerdos borrosos de ese amigo fueron desapareciendo conforme crecía, cosa que es normal en cualquier niño, pero el espíritu que ella creó había recibido una dosis de emociones y deseos anormal de parte de ella y sintiendo un poco de lástima por el ahora perdido y desconcertado espíritu, decidí guardarlo conmigo.

Los años seguían pasando y Hime, quien aún mantenía un alma limpia a esta edad, se transfirió de escuelas a una que le comenzaría a mostrar como son en realidad las personas, de la peor manera.

Aprovechando ya la existente timidez de ella, los niños a su alrededor la despreciaban e insultaban, y teniendo a la par sólo a otra chica con el mismo destino, hizo lo que pudo por ignorar y mantener las partes hermosas de su personalidad. Pero conforme más tiempo pasaba menos esperanza había en ella, y perdiendo completamente el contacto de las que fueron sus primeras amigas, Hime comenzó a perder confianza tanto en sí misma como el los demás.

Ya pasados otro par de años sin que pudiera hacer otra cosa que desear desesperadamente que ella sintiera que estoy a su lado, la chica sólo confiaba en un gato negro abandonado que cuidaba.

Rendida con las personas a su alrededor y consigo misma por no poder entenderlos, mientras cuida de aquel abandonado gato le cuenta sus penas y deposita en él confianza y sentimientos que no se siente capaz de descargar con una persona, creando una relación de cariño con el pequeño animal. Pero ni el tiempo ni la realidad perdonan, y como era de esperarse, otro de sus amigos perdió su lugar a su lado, dejándola desconsolada.

En un intento desesperado por animarla y darle otra oportunidad de ser feliz, saqué al espíritu que tenía guardado y uniéndolo con el espíritu del gato, pude dar forma a un espíritu con capacidad de pensar que tenía los recuerdos del gato y los sentimiento acumulados del "amigo imaginario".

Para mi sorpresa, Hime aceptó con bastante facilidad a este ser, tal vez se sentía cómoda a su alrededor, y comenzaron una nueva amistad juntos. Pero no pudo durar mucho, el espíritu era inestable, y si Hime seguía creciendo tarde o temprano iba a desaparecer. La única forma de alargar su existencia era darle continuamente una dosis del sentimiento más fuerte que hay, aquel que logró que un ángel bajara a la Tierra, y aquel que me haría utilizar lo que me resta de vida por darle una alegre a esta chica.

Con el estado actual del corazón de Hime era imposible, ella había sellado completamente sus sentimientos y siempre tenía sus muros levantados, era incapaz de amar apropiadamente, esto tenía que comenzar de cero. Preparando el escenario necesario, hice lo impropio de un ángel y le mentí al espíritu que había heredado el nombre del gato, Kuro, lo guardé cuidadosamente en el "corazón" de Hime para que sobreviviera, y procedí a borrar los recuerdos de todo contacto que tuvo ella con Kuro.

Este plan tiene un riesgo, si no sale bien, puede que Kuro desaparezca para siempre sin dejar rastro, y para que funcione, tuve que sellar una parte de los sentimientos de Kuro, que aunque es difícil, siempre y cuando él no sea capaz de reconocerlos, no saldrán.

El objetivo es simple: Hime tiene que abrir su corazón y depositar su confianza primero, sino nunca será capaz de amar de nuevo...












Todo iba bien... todo iba tan bien... al menos, hasta esa noche de navidad

A Cat's SpiritDonde viven las historias. Descúbrelo ahora