[ Perdición ] Fredoy.

L

[ omA odnauc salbah ]

...

—Inténtalo de nuevo.

Estas respirando agitado, habías intentado inútilmente volver a tratar de salir de ahí, pero simplemente te sentías peor que el principio, alimentado más tu desesperación y restándole más a tu cordura.

—Es inútil. —Dijiste entre jadeos, sintiéndote tan miserable por primera vez en tu existencia, no importara cuanto desearas y lucharas por querer ser libre otra vez, aquella sustancia de negro no cedía por nada.

—Fred. —Llamo ella de pie frente a ti.

—A este paso me tomara por completo. —Le intentas explicar, te dolía hacerlo.

Ella te tomo del cabello, haciendo que subas la mirada.

La miraste asustando, porque ella estaba diferente.

Sus bellos ojos azules, quedaron opacados por una fría mirada que te heló en tu sitio, sin vida, sin emoción alguna aparte de la frialdad e indiferencia que trasmitían. Los mismos ojos oscuros que te desorientaron anteriormente aquella vez saliendo de clases, sin misericordia alguna, juzgándote duramente.

Su rostro amable, ahora era inexpresivo e insensible, pero seguía conservando la belleza inocente que la caracterizaba. Sólo que no era precisamente inocencia lo que ella trasmitía ahora.

— ¿Sera acaso que tienes miedo de verme otra vez?

La sustancia negra te estaba tomando más fuerte, subiendo más.

Pero tú frunciste el ceño.

—No tengo miedo.

Ella te sonríe, no era esa sonrisa cálida y amable, era arrogante, como si se burlara de ti.

—Tienes miedo de que alguien esté haciendo que pierdas a tu dulce súper woman, de no ser capaz de tener el valor y acercarte a ella, de nunca poder tener una vida de verdad, y ser el parásito que debe limitarse a quedarse con las sobras de tiempo con el cuerpo. Y a este paso, desaparecer para siempre.

Ahora estaba llegando a tus hombros, pero mantenías la mirada con ella, intentas no quebrarte.

—Lo sé... —Se acerca a ti, sin dejar de sonreír, tomando tu cabeza con ambas manos, acariciando tus cabellos lentamente— Eso es tan patético y humillante para alguien como tú, pero nadie tiene que saber que tienes miedo, ¿verdad? Puede quedar entre nosotros, seguirás siendo el chico perfecto que siempre has sido.

Dejaste de fruncir el ceño, las sustancia negra se detiene un momento, la miras sin entender.

—Después de todo, eres más fuerte que esto, ¿acaso olvidaste tus propias palabras?

Entre la oscuridad comenzó a resonar tu propia voz.

"No te equivoques Freddy, aquí él que te está dando libertad soy yo, en este cuerpo mando yo y el que decide SOY YO"

Dejas de hacer puños con tus manos, y dejas sueltos los brazos, parece que ella noto esos detalles en tus acciones, porque su mirada indiferente comenzaba a pintar malicia, esa misma malicia que antes tú eras capaz de trasmitir.

— ¿Ahora lo entiendes? ¿Quién es él que realmente debería estar atrapado en este sitio? —Pregunto, subiendo sus manos tomándote por las mejillas. —Te daré una pista... —Continuo— Se llama Freddy.

Entre el miedo, algo más comenzaba a formarse.

— ¿Quién es el culpable de todo esto?

Pero intentas negar lo que sientes, intentas no verla a los ojos, desvías la mirada de ella.

—No es su culpa.

Ella acaricia lentamente tu rostro.

— ¿Quién es el que toma las pastillas?

—...

— ¿Permitirías que alguien como él te mantenga controlado?

—...

—Encerrado aquí, solo... y él sin pagar las consecuencias, ¿no te parece inaudito?

Frunces el ceño.

Ella te sonríe en aprobación.

—Saldrás muy pronto de aquí, cuando comiences a aceptarlo.

...