y

1.7K 230 17
                                    


[ Y arto zev ]

...


Habías estado procesado lo ocurrido hasta el cansancio, y llegaste a la conclusión de que nada fue real. Que todo eso era imposible, por muy real que lo hubieras sentido, no podía ser verdad.

Pero una pequeña parte de ti se negaba en aceptar eso.

Y ahí estabas todavía, atrapado, solo, sin ninguna idea de cómo salir. Llamar a Freddy no estaba en tus opciones, después de todo, lo que estaba pasando debe ser completamente su culpa.

Tú jamás tienes la culpa de nada.

¿Cómo te sientes? —Dijo alguien dulcemente detrás de ti.

Volviste a sobresaltarte y te giraste ver. Ella había vuelto, con el mismo vestido blanco de la vez anterior, sentada en el suelo, nuevamente sin ser consumida por aquella cosa negra, dándote la espalda.

No contestaste de inmediato, porque te habías dicho que ella no era real, por eso desviaste la mirada, volviendo a prestarle a atención a tus manos atrapadas.

Solamente te estoy imaginando, ¿no?

Un silencio se mantuvo, que para ti era interminable, pero tiempo parecía ser lo único que te sobraba ahora. Notaste como ella se había movido, y comenzó a gatear a un lado de ti, intentabas ignorarla, porque no es real, parecía notar tu intención de pasar de ella, por lo que gateo hasta quedar frente a ti, y se acostó en el suelo, justo entre tus manos, encontrándose con tu mirada. Abres tus ojos con más sorpresa, pero no le quitas tu atención.

Parece que eso le agrado, porque te regalo una sonrisa.

Te hice una pregunta. —Le dijiste.

Yo también te hice una pregunta. —Te contesto ella tranquilamente.

Te quedaste mirándola sin decir nada, pero eso no parece incomodarle, porque tampoco aparta los ojos de ti, parecía más feliz que la última vez, y eso de alguna forma te gustaba. Te resignaste a ignorar la realidad por un momento, y contestarle.

No creo estar en una situación en donde pueda estar bien, pero me alegra verte de nuevo.

¿Te gusta verme?

No me cansaría, eres hermosa. —Sonreíste un poco, por primera vez desde que acabaste en ese sitio, y a la vez impresionándote de ti mismo por lo fácil que te resulto decirle tales cosas a ella en particular, debido a que antes, apenas si podías formular las palabras.

Ella te miro con curiosidad, como si fueras algo fascinante.

¿Qué es lo que más te gusta de mí?

Haces muchas preguntas.

Ella se sube de hombros.

No hay mucho que hacer por aquí. —Te explica ella con calma.

Y eso te agradaba.

Tu voz.

¿Mmh?

Hasta el momento es lo que más me fascina de ti.

Ella te sonríe, haciéndola más tierna a tus ojos.

Puedo cantarte algo. —Te ofreció— Lo que tú quieras, debes estar muy aburrido.

La idea te tranquiliza, te hace sonreír sin notarlo.

Se me hacía curiosa esa canción que cantabas en aquella practica que te interrumpí sin querer.

¿Quieres que te cante esa?

Por favor.

Ella junta sus manos y cierra los ojos, mientras te asiente en aprobación, parecía la viva imagen de un ángel celestial, justo como la recordabas cuando la encontraste en aquella sala practicando la primera vez que la vistes.

— ♫ Como el cantar de un ruiseñor, mientras le arrulla bajo el sol... ♫♪ —Recito ella con su voz tranquila, te invadió una paz que no creías posible sentir en aquel sitio, sin quitarle la atención en ningún momento a sus palabras, con intención de recordar la letra para un futuro cantarla por tu cuenta.

Como si no te supieras esa parte al derecho y al revés.

Cierras los ojos, perdido en su canto, te atrapaba con facilidad, haciéndote sentir tan extraño como la primera vez que la escuchaste cantar, pero sin luchar contra eso, sólo disfrutarlo.


...

[ Perdición ] Fredoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora