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La felicidad es una cosa muy frágil. Aparece y desaparece varias veces a lo largo de nuestras vidas, su presencia es maravillosa y su ausencia es terrible. La peor parte de la felicidad no es vivir sin conocerla, sino, tenerla y perderla.

— ¿Qué ocurrió? — Tim estaba asustado. El ambiente era desolador y había lágrimas en el rostro de Damian.

Dios... lágrimas en el rostro de Damian.

Jon acababa de perder al cachorro, un aborto espontaneo, inesperado. Un simple rechazo de aquel cuerpo. Infértil.

Y tan solo una semana antes habían hecho aquella absurda reunión donde todo el mundo los había felicitado.

Dick estaba enloqueciendo a causa de la culpa. ¿Sus malos deseos y sus celos habían tenido que ver con aquella tragedia?

Damian estaba destrozado, sentado en el suelo, fuera de la habitación donde Jon descansaba.

— Oye...

La figura de Jason dibujó una sombra sobre Damian y su voz varonil estaba cargada de compasión.

— ¿Quieres cargarlo? — Jason se puso de rodillas frente a Damian y le ofreció a Iskander.

— ¡Oduga! — El cachorro prácticamente saltó a los brazos del hijo de Bruce.

Damian lo estrechó con fuerzas y rompió a llorar, desconsolado. Porque en la tragedia, no cabe la dignidad, ni el rencor.


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