-¡no debiste hablarle así a tu hija!-grito un furioso Mike tomando a su mujer del brazo-. ¿Qué haremos si no vuelve?
-volverá-aseguro la mujer soltándose del agarre comenzando a caminar en círculos alrededor de su esposo, impactando sus tacones contra el suelo, irritando con ese sonido a su esposo-. Y si no lo hace, será mejor, ¿para qué quieres una hija… así?
-¿así? ¿Así como?-Mike detuvo a su esposa para poder mirarla de frente, aparte de que su taconeo lo estaba molestando demasiado-. Lauren es tu hija, mi hija, nuestra hija, la única que tenemos, la que me dio la felicidad más grande al tenerla en mis brazos, con sus mejillitas rosadas, y sus pequeñas manitas apretando uno de mis dedos. No me importa como sea, si le gustan los chicos, las chicas, me da igual, no va a dejar de ser mi hija y yo no voy a dejar de amarla. Y tú tienes que aceptar a tu hija…
-¡no es mi hija! si ella quiere seguir viviendo aquí, tiene que dejar esos malos gustos-interrumpe la mujer empujándolo-. ¡¿En qué fallamos?! Le dimos todo, la cuidamos, la apoyamos, la quisimos, le enseñamos valores, todo lo que tiene que saber de la vida, hicimos lo mejor que pudimos. ¡¿En dónde estuvo nuestro error?! ¿Qué le falto?
-no fallamos en nada, al menos yo no lo hice-Mike sonrió, amaba a su hija, y en ese momento recordó su sonrisa cada vez que hablaban de Camila, el brillo en sus ojos cuando veía a aquella chica, recordó las bromas juntos, incluso cuando era pequeña y él la llevaba al parque, entonces tenía que perseguirla por todo el parque porque la pequeña no quería irse nunca de allí. Por ultimo le vinieron los recuerdos de él saltando de felicidad cuando su ahora mujer le dijo que estaba embarazada, se recordó en el hospital, tomando la mano de su esposa, dándole el apoyo suficiente, recordó cuando la tuvo en brazos por primera vez y le prometió que mamá y papá la querían y cuidarían siempre. Recordó cuando empezó a gatear y se perdía por toda la casa, y ellos tenían que buscarla bajo las mantas tratando de encontrarla, le vinieron a la mente sus primeros pasos, la primera vez que dijo “papá”, la primera vez que fue al colegio y quien termino llorando fue él, la primera vez que tuvo ganas de golpear a un chico por silbarle a su hija. Entonces miro a su esposa y contesto-. Un padre no falla por tener un hijo homosexual, lo hace por juzgarlo y no aceptarlo como es. Y que te quede claro Clara, si mi hija se va de esta casa, yo también me iré.
~*~
POV LAUREN-¡te gane!-dije parándome y haciendo que el resto de los malvaviscos se cayeran a la cama y otros al piso.
-¡no e jerto!-me reclama Camila, me empuja haciendo que caiga acostada en la cama.
-¡si lo es!-reclame de vuelta, me levante para ir al baño y sacar todos los malvaviscos que hay en mis mejillas.
Cuando salgo, Camila ya no tiene aquellos malvaviscos pero sus cachetes siguen tan adorablemente inflados. Está sentada con la cabeza apoyada en la cabecera de la cama. Me siento sobre sus piernas, logrando así que ella me mire, sonríe y pone una mano a cada lado de mi cintura.
-cada día eres más linda.
-¡no trates de distraerme! ¡Dilo!
Ella niega y se cruza de brazos, entrecierro la mirada para luego hacer un puchero, ella trata de mirar hacia otra parte pero me pongo en todos los lados donde su mirada vaya.
-¡dale, Camila! hicimos un trato.
-no voy a decir eso.
-por favor-parpadeo varias veces sin quitar mi puchero.
-está bien, está bien-me golpea una nalga haciendo que de un saltito del susto-. Te lo merecías-comienza a reír, arqueo una ceja y su risa se borra, sabe lo que quiero que haga-. Vale, yo soy Camila, las persona piensan que soy un fantasma por mi tono de piel*, la luna vio a mi heterosexualidad pasar hace ya muchos años, mi novia y única dueña es Lauren, quien es la novia más sensual y tiene el culo más grande que he visto en mi vida, yo soy una tabla a su lado, además, hago todo lo que ella dice porque soy una gobernada.
(N/A: imaginación).
-no fue tan difícil, ¿cierto?
-oh si lo fue, mi madre siempre me dice que no debo decir mentiras-una de sus manos se posiciona sobre mi muslo, acariciándolo lentamente de arriba hacia abajo. A pesar de como se ha estremecido mi cuerpo, trato de ignorarlo con una risita nerviosa.
-detente, ya vi para dónde vas-solté cuando sentí su mano casi rozar mi feminidad.
-no es como si no te gustara…
-¡ups, porno lésbico! ¡Nosotras nos vamos!-escucho la voz de la estúpida de Normani. ¿Es que la gente no acostumbra a tocar la puerta?
-¿Cuál nos vamos? ¿Para qué hablaste? ¡Ya había preparado la cámara para grabarlas!-y esa es la mujer que mejor me cae en todo el planeta, Dinah.
Me puse de pie para saludar a mi mejor amiga y a su casi novia. Quien, si mal no recuerdo, estaba muy feliz guiando a mi inocente Camila por el mal camino. Con eso en mente, no dudo en caminar hacia ella y estampar mi mano contra su mejilla.
Normani comenzó a reírse, apretando su estómago en su mano, ¿enserio? Si yo fuera ella ya estaría matando a quien se atreviera a ponerle un dedo encima a mi novia.
-¡¿y ahora que hice?! ¡Camila, tu novia cada día está más loca!
-eso es para que dejes de llevar a mi novia a lugares como ese, no se cual había sido tu plan, pero ella es mía.
Normani seguía riendo mientras mi novia la golpeaba con una almohada. Regrese a la cama, colocándome en medio de sus piernas, lo suficiente cerca para que ella rodeara mi cintura y recostara su barbilla en mi hombro.
-oye, ¿te dolió?-pregunta Normani sin moverse de la cama.
-¿tú que crees?
~*~Normani y Dinah no se fueron hasta tarde, lo suficiente para que yo tuviera la excusa de no regresar a mi casa porque no quería que Camila manejara a estas horas.
Sinceramente no tengo ganas de ver a mi padre y mucho menos a mi madre, ambos decidieron darme la espalda y aunque trato de que no me afecte lo hace. Pero si esa es su decisión aunque me duela tendré que aceptarla, pero no pienso dejar a Camila, no ahora que siento que todo mejora entre nosotras.
-¿crees que un día acepten lo nuestro?-aunque no dije de quienes estoy hablando, sé que Camila me ha entendido pues deja de mirar el techo para conectar sus hermosos ojos con los míos.
-tal vez si, tal vez no, no te voy a engañar asegurándote que si lo harán, pero eso no tiene que hacerte sentir mal. Ellos tienen su vida hecha, ellos escribieron su destino con sus propias acciones. Ahora te toca a ti, y les guste o no, esta es tu vida, y tú decides sobre ella.
Asiento, me gusta su forma de pensar, aunque no me asegura una solución, hace que de alguna manera, yo crea que ha hecho bien las cosas. Me hace ver, que todo lo que paso en mi casa, lo volvería a repetir una y mil veces por estar con ella en este momento, ambas en ropa interior, mirando el techo, mientras trazo diferentes patrones en su vientre con uno de mis dedos.
-a veces quisiera tener una hermana, que sea mi cómplice, que me escuchara, que me apoyara, estar la una para la otra, aunque ella te odie y tengas que soportarla arruinando nuestros momentos, enserio quiero una. ¿A ti no te gustaría?
Note como soltó un suspiro, y forzando una sonrisa, me respondió.
-tengo un hermano, se llama Luis, es solo que, no lo veo mucho.
Ahora me siento una mala novia por no saber que tenía un cuñado, aquí Lauren regándola desde tiempos inmemorables.
-¿Por qué no se ven seguido?
-es que él vive con mi padre, en otra ciudad. Pero, tienes razón, es lindo tener un hermano, cada vez que lo veo, paso los mejores días de mi vida.
Asiento repetidas veces, entiendo que debe ser difícil querer a alguien y tenerlo muy lejos, yo no podría resistir la distancia si estuviera en su lugar.
-pensaba que tu padre estaba muerto.
Ella negó con una sonrisa un tanto diferente a las demás, esta me causaba escalofríos, me daba miedo, incluso deje de mover mi dedo por su vientre.
-el maldito tiene demasiada suerte como para morir de una buena vez.
Sin saber que hacer o que decir, simplemente continúe con mis caricias, mientras ella seguía observando fijamente el techo. Entonces volví a mirarla, y note aquella lágrima cayendo por su mejilla.
Tenía ganas de preguntar, ¿Qué había hecho ese hombre? Pero no podía hacerlo, no sé cómo va a reaccionar y no quiero que termine enojándose conmigo. Pero tampoco quiero que siga llorando, no me gusta que lo haga, ver a la persona más fuerte que conoces romperse, es el peor sentimiento del mundo.
-me gusta tu abdomen-digo viendo esa parte de su cuerpo fijamente, así puedo fingir que no he visto sus lágrimas-. Es tan suave y al mismo tiempo tan fuerte, bueno, en realidad me encanta todo de ti-esta vez si la miro, sus lágrimas han desaparecido y ahora me mira con una sonrisa-. Me gustan tus hermosas mejillas, son tan grandes que me dan ganas de apretarlas y morderlas. Pero sobre todo me gustan estos-rozo sus labios con los míos, quedando yo sobre ella-. Soy tan adicta a ellos, que paso más de un día sin besarlos y siento que alucino. Te amo, Camila.
-¿a pesar de los fantasmas que me persiguen?
-te ayudare a destruirlos, uno a uno sin importar lo que tenga que hacer. Te prometo que nada podrá contra nosotras.
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"Mommy and Kitten" - Camren
FanfictionNo juzgues un libro por una portada, no todo es lo que parece, el mundo da muchas vueltas, un solo detalle puede cambiar el rumbo de una historia. Camila: Tal vez al principio creí que seria igual a las demás, creí que la terminaría dejando por algu...