Capítulo 33.

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POV NARRADOR

La tarde de ese mismo día, Camila se encontraba en la puerta de la casa de la pelinegra, sin duda alguna estaba nerviosa, había abandonado la falda y regresado a sus jeans, lo cual no hacía muy feliz a las personas, pero eso a ella no le podía importar menos.
Al tocar el timbre, su cuerpo tembló, pues sabía que Lauren no le abriría y no se equivocó. Quien le abrió con cara de pocos amigos fue su casi suegro, Mike.
Mike, no está muy feliz con ella en ese momento, no le había gustado para nada que lo llamaran de la escuela porque su hija estaba casi teniendo sexo en el comedor de la escuela. Con una mueca invito a la mujer en la puerta a pasar.
una hora después Lauren y Camila se encontraban comprando helados, en todo el camino hasta allí la más baja había estado con ganas de tomar la mano de su pelinegra pero no estaba segura, a veces, Lauren puede cambiar de ánimo demasiado rápido por cualquier movimiento o gesto que ella haga. Así que se mantuvo al margen.
Por su parte, la ojiverde quería que Camila la cargara hasta el lugar más cercano, la aventara contra la cama, en el piso, no importaba donde, pero quería ser suya de nuevo. Había estado semanas sin recibir una sola caricia de su ex-casi novia, y en cierto modo le desesperaba la manera de actuar y el paso lento en el que iba la morena.
Con sus pensamiento en Camila, en la mujer que estaba a su lado hable y hable ero que no era capaz de darle un beso, por más corto que sea, se estampo contra el poste de electricidad, cayendo de culo contra el piso mientras la chica de ojos chocolates se carcajeaba apretando su estómago. La ojiverde, sobando su frente, la cual, había recibido el golpe, bufo y maldijo en voz baja. ¡Su helado se había caído! ¡Su delicioso helado!
-jajaja-soltó con sarcasmo y molestia a la morena que aún no dejaba de reír-. Deberías ayudarme, estúpida. Por cosas como esta dudo en volver contigo-suelta, la última parte la había dicho en broma. Pero la más pequeña se lo tomo enserio.
La ojiverde fue levantada en segundos por Camila, quien con el ceño fruncido, pensaba que hacer para que la más alta quisiera volver con ella.
-graci... ¡auch!-grito la pelinegra cuando nuevamente se había estampado contra el poste, pero esta vez, porque la más baja la había empujado, muy intencionalmente.
-¿qué te paso? ¿Estás bien?-esta vez, la más baja no se puso a reír, simplemente actuó preocupada y la tomo entre su pecho-. Tienes que ver tu camino, no puedes estar chocando con todo- dejo un beso en su cabello, mientras la más alta, rueda los ojos con molestia, pero aun así, deja escapar algunas risitas.
-eres una estúpida-golpeo su hombro en modo de juego. Camila sonríe al ver que su pequeña muerde su labio con una sonrisa. Se felicita a si misma por haber hecho algo bien.
Acercándose peligrosamente a los labios de su pequeña, deposito un beso en su nariz, lo que provoco que la chica de ojos marrones la arrugara de aquella forma tan tierna que a la más pequeña le encantaba. Desvió sus labios al oído de la pequeña.
-la estúpida que te ama.
Susurro, haciendo notar aún más su voz rasposa, estremeciendo notablemente a la más pequeña, que cubriendo su rostro se escondió en el cuello de la pequeña. Sin duda estaba al borde del paro cardiaco, jamás se acostumbraría a escuchar aquellas palabras, sintiéndose impotente, sin poder corresponder pero sin poder rechazar, comenzó a golpear el pecho de la morena.
-te odio, te odio, te odio, te odio-gruño en cada golpe-. ¿Por qué tienes que ser tan linda?
Camila, tomo las manos de Lauren entre sus manos, repitiendo la acción de la mañana, dejo un beso en ellas. Con una gran sonrisa al ver lo que causaba en su casi novia, llevo los brazos de la pequeña alrededor de su cuello, y bajando las suyas a su cintura, termino con el poco espacio que las separaba. En ese momento ambas olvidaron que estaban en la vía pública, nada importaba la gente o lo que pensaran de ellas, se extrañaban, y ambas necesitaban ese beso. Lauren de nuevo, desesperada quería dar un paso más, pero Camila no lo permitió.
Separando sus labios, pero dejando sus frentes unidas, la pequeña de nuevo susurro.
-tu eres lo que yo quiero.
Lauren volvió a gruñir de frustración, de nuevo se sentía inútil, el sonrojo volvió y todo su cuerpo volvió a erizarse. Zapateo como niño chiquito cuando hace berrinche. Quería decirle que ella sentía lo mismo, quería expresar sus sentimientos, pero no podía, le daba pena y tenía miedo. Quería hacerlo, en verdad quería, pero un nudo en su garganta aparecía cada vez que lo intentaba. Enojada consigo misma, soltó de golpe:
-¿quieres ser mi novia?-Camila quedo perpleja, sus ojos chocolates reflejaban asombro, pues esperaba ser ella quien preguntara eso. Analizando la situación, e incluso pensando en pellizcarse para ver si estaba soñando, apretó un cachete de su pequeña. Al darse cuenta de que era real y que ella en verdad había preguntado eso. Todo a su pequeña de la cintura y alzándola comenzó a dar vueltas con ella.
-claro que quiero ser tu novia.
-y hazme un favor, no te quiero volver a ver con faldas ni vestidos demasiados cortos, llamas mucho la atención y ven de mas, no me gusta que te vean porque…
-porque soy totalmente tuya-la interrumpe la más baja, de nuevo dejando a Lauren inútil, sin poder pronunciar palabras-. La verdad no me gustaba esa ropa, pero me gustaba tener tu mirada en mí, recorriéndome, al menos era una manera de convencerme de tener oportunidades. Pero eso ya no importa, ahora eres de nuevo mi novia, y no voy a volver a dejar que me termines.
~*~
Gruño contra la almohada por quinta vez, empezaba a odiar a la maldita persona que le marca interrumpiendo sus hermosos sueños. Frustrada y con notoria molestia, abre los ojos y busca el celular, 2.34 am, dispuesta a gritarle a la persona al otro lado de la línea, contesto.
-¿Qué carajo quieres, Normani?
-¡¿Por qué Camila se llevó a mi excitante casi novia a un prostíbulo?!
Lauren incluso tuvo que alejar el celular de su oído por los gritos de su mejor amiga. Por lo tanto, no logro escuchar todo lo que su amiga había dicho.
-¿Qué dices?
-que la estúpida que te abrió las piernas se llevó a mi Dinah a un maldito prostíbulo. ¡¿No podías regresar con ella para que no haga estas estupideces?!
¿Camila en un prostíbulo? El sueño se le fue en ese momento, tratando de contener las ganas de salir corriendo a buscar a su novia, se convenció a si misma de que Camila no sería capaz de eso.
-¿Cómo sabes que no fue Dinah quien se llevó a Camila? ¿Tu como sabes que están en un prostíbulo?
-¿crees que eres la única persona que conozco? ¡No! Me llego un foto, Camila estaba sentada y Dinah, ¡Dinah besándose con quien sabe que puta!
Bueno, al menos no era Camila quien besaba a otra persona. Se dijo a si misma aun tratando de controlar los celos que querían apoderarse de todo su cuerpo.
-¿sabes porque Camila estaba sentada? ¡Porque estaba viendo una chica desnuda bailando en el escenario!
Al escuchar eso, ya no tenía ganas de contenerse ni mucho menos volver a dormir.
-ven por mí, yo veo como me escapo.
~*~
POV CAMILA

Por segunda vez, aleje a mi mejor amiga de esa, ¿Qué mierda hago aquí?
-Dinah, por favor, ya vámonos, joder.
-¡eres una aguafiestas! ¡Divierte un poco! ¡Hay que aprovechar la soltería!
De lo que dijo, le entendí la cuarta parte. Dinah quería irse de nuevo, pero esta vez la jale del brazo hacia la puerta. Estábamos a unos metros de la salida, cuando una mujer delgada de cabellos negros, me toma del brazo.
-hola hermosa.
Arrugue la nariz por su desagradable aliento a alcohol.
-con permiso-trato de seguir de largo, pero la mujer no me lo permite.
-ven linda, tienes unos ojos hermosos-trata de acariciar mi rostro pero le doy un manotazo-. Tranquila, vamos a divertirnos un rato.
-no me interesa-la aparto.
-oh vamos…
-¡que no me interesas!-grito ya muy frustrada, no estoy para perder el tiempo. Vine a sacar a mi mejor amiga de aquí, no a buscar sexo casual ni a ver a mujeres operadas pasándose de aquí para allá.
-¡eres una aburrida!-se queja Dinah.
-¡y tu una estúpida que va a tirar a la basura todos sus esfuerzos de conquistar a la mujer que supuestamente quiere!
Al parecer doy en su punto débil pues se queda viendo el suelo fijamente.
-me gustan los patos, son muy lindos.
-¡agh! ¡No tienes remedio!
La jaloneo, pero al parecer borracha pesa más. La abrazo de la cintura, estoy a punto de cargarla sobre mi hombro cuando escucho una voz conocida.
-¡Dinah!-poniéndome derecha, miro hacia la dirección de donde proceden los gritos-. ¡¿Me puedes explicar que haces aquí?!
Y aunque Normani, con sus puños apretados y su cara roja de furia debería darme miedo, yo no puedo tenerle a nada que no sea la mujer callada caminando a su lado. Normani llega a mi mejor amiga y la sacude por los hombros.
-¡contesta!
-eres linda-suelta mi borracha amiga riéndose como lunática.
-linda, ¡linda quedara tu cara con la marca de mi mano en ella!
Sin poder aguantarme suelto un par de risitas, volteo a ver a mi novia pero las ganas de reír se me quitan al ver su rostro.
-¿te estas divirtiendo, Camila?
Que miedo.
-¿yo? No, no claro que no-arquea una ceja y cruza los brazos. Su vista pasa de mi al escenario detrás de nosotras a unos cuantos metros. ¿Piensa que yo vine aquí a…? ¡No! Vamos Camila, no la cagues como siempre lo haces-. ¿Tú crees que yo vine aquí por gusto? no, yo vine a ver a Dinah…
-¿en un prostíbulo? Ve a engañar a la más vieja de tu casa.
Y en ese momento todo lo vi en cámara lenta, Lauren dio la vuelta y comenzó a irse con paso firme. Volteo en busca de ayuda, pero no veo ni a Normani ni a Dinah. Sin pensarlo dos veces corro detrás de ella, abrazándola por detrás en la cintura, y cargándola hacia mi auto. Pateaba y gritaba por ayuda.
-¡ayúdenme! ¡Me quieren secuestrar!
Ruedo los ojos.
-tampoco exageres.
-suéltame, no quiero saber nada de ti. Ve a seguir viendo mujeres bailando.
-joder, estate quieta—la bajo junto a mi auto, intenta salir corriendo pero logro atrapar su brazo-. Eres peor que una niña de cinco años.
-y tu peor que anciano desesperado.
-¡que no vine aquí por gusto!
Grite frustrada, quiero mucho a esta enana pero llega un momento en que se vuelve terriblemente insoportable.
-¡ah no! ¡Pobre Camila, le pusieron un arma en la cabeza para que venga a ver putas bailando! ¡Pero que cruel es la vida con ella!
-¡ya basta!-la acorralo contra el auto, comienza a golpearme-. Vine aquí a sacar a Dinah, porque la estúpida estaba súper borracha, cuando llegue la encontré a punto de tener relaciones con una mujer que ni siquiera conocía. Aun así la arrastre hasta el escenario con aquella mujer persiguiéndola y besándola, cuando por fin logramos perderla estábamos a punto de salir pero se nos atravesó otra mujer nada más que quería llevarme a mí. ¡La rechace porque no eras tú!, cuando ustedes llegaron yo estaba a punto de cargar a Dinah y sacarla de ese lugar. ¡¿Me crees ahora?!
-¡bravo! ¡Qué buena eres inventado excusas! ¡Vete a la mierda, Camila!
Frustrada tome sus muslos y la impulse hacia arriba enrollando estos en mi cintura.
-más respeto a tu Mommy, pequeña. No te conviene hablarle de esa forma-roce mi nariz en su cuello, aspirando su delicioso olor-. Discúlpate.
Bajo mis manos a su feminidad, comienzo a moverla de arriba abajo, la escucho suspirar y sonrió.
-¡suéltame! ¡Estás loca!
Beso suavemente mi cuello y muevo mi mano con más rapidez.
-¡que te disculpes!-muerdo su cuello, deja caer su cabello hacia atrás, dándome más acceso para besar.
-per-perdón Mommy.
-buena chica-sonriente la depósito de nuevo en el suelo.
-pero que…
-sube al auto, esta noche duermes conmigo.

"Mommy and Kitten" - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora