CAPITULO 1

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El semáforo aún no había hecho el cambio, había mirado su reloj bastantes veces mientras esperaba en el cómodo asiento trasero de la enorme y hermosa limusina— se nos hará tarde—comentó a su siempre fiable chofer

—Lo se señor Wayne pero desgraciadamente no podemos hacer mucho con el semáforo aun en rojo—expresó el conductor—¿Por qué no mejor disfruta el espectáculo?

— ¿de qué hablas Alfred? —el señor Wayne dirigió su vista la pantalla de televisión que tenía el vehículo

—Me refiero a lo que hay afuera — el conductor le hizo una seña para que observara

El hombre de negocios pudo observar como al frente de los autos había un chico que parecía estar haciendo acrobacias y volteretas con bastante maestría, hizo un par de movimientos para concluir con apenas algo de tiempo para quitarse de en medio, a duras penas pudo llegar hasta el elegante vehículo del señor Wayne

—¿Una moneda? —dijo alegremente mientras golpeaba la ventana, la brillante sonrisa del joven contrastaba un poco con el frio gesto de Bruce el cual bajó la ventanilla

—No tengo muchas...—dijo secamente

—Me lo puedo imaginar... no se preocupe será la siguiente ocasión señor —estaba dispuesto a seguir al siguiente auto cuando notó una ligera seña

—Quizá esto te sirva un poco más—Bruce hizo un movimiento y sacó un par de billetes — tienes mucho talento...

—Gracias señor...

—Es una pena que desperdicies tu vida aquí— después de decir esto el Wayne cerró la ventanilla del vehículo, los sonidos del claxon dieron la señal de que avanzara dando grandes brincos el chico se subió a la acera.

— ¡Gracias! —dijo mientras movía la mano, hizo una pausa y observó los billetes que le había entregado el elegante hombre de la limusina, los contó y notó que tenía en sus manos el equivalente a varios días de trabajo-¡Genial! — lo guardó a prisa, la calle era muy peligrosa e iba casi siempre llena de envidias.

—¡ladrón! — era el grito que se escuchaba a sus espaldas le perseguía de cerca uno de los empleados de la tienda de abarrotes de la que había tomado cosas, con bastante ha habilidad trepó por una malla de metal para poder esquivar a sus perseguidores.

Escuchó como un cuerpo se estrellaba contra el metal—¡Ja! Buena suerte para la próxima—dijo el chico burlándose de su perseguidor, el cual comenzó a sacudir la alambrada solo para percatarse que estaba suelta de un lado, lo suficiente como para que el hombre pudiera pasar—¡ay! ¡no es posible! — Jason emprendió nuevamente la carrera, debía de evitar que lo alcancen.

La vida en ciudad central no iba del todo mal para un servidor público, más para uno con los conocimientos como los de Barry el cual había sido por varios años un médico forense muy respetado—¿estás seguro de esto Barry? — le interrogó el jefe del departamento mientras observaba como su chico número uno recogía sus cosas de su escritorio y las ponía en una caja de archivo

—Bastante, necesito cambiar de aires— Barry lanzó un largo y melancólico suspiro — no puedo seguir fingiendo que todo está bien si ni siquiera puedo entrar a casa sin imaginar el cadáver de Iris en el suelo de la sala —Barry se tensó al recordar el día en que habían encontrado muerta a su esposa

—Te entiendo Barry ¿pero no crees que esto es muy drástico?

—Un poco, pero es necesario y no solo por mí —Barry tomó lo último de su escritorio la foto familia donde estaba con su esposa y el que consideraba su hijo—Wally necesita un nuevo comienzo, si para mi es duro para el es peor...

Chicos de GothamWhere stories live. Discover now