VI. Amatista

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Al caer la noche, el grupo de amigos buscaron un lugar en dónde descansar. Buscaron un pequeño albergue dónde podían descansar los viajeros que fueran competidores en la batalla de bestias. Estos albergues eran gratuitos y recaudaban fondos de diferentes empresas que patrocinaban al deporte de Batalla de Bestias así como a algunos de los mejores Batalladores, a cambio de publicidad en el juego. Mientras caminaban por una callejón poco iluminado, escucharon los quejidos de un pequeño niño.
-¿Escucharon eso? -preguntó Kathy- Parece que alguien está en peligro. ¡Vamos!
Axel y Asmiryon asintieron con la cabeza.
Corrieron hacia donde parecía que provenía el sonido.
Se trataba de una batalla callejera en donde dos jóvenes estaban atacando a un niño. Los chicos estaban sucios de la cara y tenían la ropa desgarrada.
Había tres bestias en el estrecho callejón: un gato negro y un perro gris y estaban atacando a un ratón asustado.
-¡Ya basta! -les gritó el pequeño niño, mientras brotaban algunas lágrimas de sus ojos.
-¡Callate! -le ordenó un joven de cabello negro y alborotado y ojos grandes como de gato, donde se reflejaba la Luna llena-. ¡Nadie vendrá a ayudarte!
El otro chico soltó una risa que bien podía confundirse con un bufido. Era recogerte, de cara redonda y sus grandes cachetes le colgaban al igual que a su perro.
-¡Oigan! ¡Dejenlo en paz! -ordenó Kathy.
-No te metas en esto, niña -le respondió el chico delgado -a menos que también quieras convertirte en mi presa -agregó mientras posaba sus ojos como de rendija sobre ella.
En ese momento surgió un ave roja, como un águila pero más grande, cuyo aleteo emanaba brasas ardientes.
-Largo de aquí -les ordenó Axel sin gritar ni alzar la voz pero con gran firmeza, mientras se le acercaba a Kathy, pues los otros chicos no lo habían visto porque se había quedado atrás.
-¿¡Qué es eso?! -se asustó el chico regordete-.
-Vámonos de aquí -sugirió el otro.
Sus bestias desaparecieron y entraron a sus medallones, al mismo tiempo que los chicos escaparon.
Entonces la bestia de Axel también regresó a su medallón.
-¡Vaya! Eso fue genial -admitió Asmiryon.
Kathy se acercó al niño, quien todavía estaba sollozando.
-¿Te encuentras bien?
El niño asintió con la cabeza.
-Gracias -respondió.
-No fue nada, soy Katherine, pero me puedes decir Kathy, él es Axel y él Asmiryon -señaló a sus amigos.
-Hola, soy Theodor, pero todos me dicen Theo -sonrió.
-¿Quiénes eran esos chicos? -preguntó Axel.
-Son pandilleros. Se encargan de atacar suciamente a Combatientes más débiles y sin seguir las reglas para obtener más experiencia y ascender más rápido y fácil de fuerza a sus Bestias.
Axel soltó un bufido en señal de desaprobación.
-Cobardes.
-¿Ascender la fuerza de sus bestias? -repitió Kathy, sin comprender mucho. Realmente desconocía mucho sobre la batalla de bestias.
-Sí -explicó Axel-. Las bestias van ganando experiencia con cada batalla, dependiendo si ganas o pierdes y qué tan fuerte era tu rival, adquieres más o menos experiencia.
Hay 4 niveles, nosotros somos nivel 2. Las reglas dictan que todos los encuentros deben ser entre bestias del mismo nivel, pero hay algunos que desafían a oponentes de niveles más bajos, obteniendo así una gran ventaja.
-¡Eso no es justo! -Exclamó Asmiryon con enfado.
-Así es -coincidió Theo-. En fin, gracias por haberme ayudado. Será mejor que vuelva a casa.
-Cuídate -le pidió Kathy.
Theo asintió con la cabeza y se echó a correr mientras se despedía y les agradecía nuevamente.
Retomaron el camino hacia el albergue más cercano, pero pronto Asmiryon recordó la grandiosa ave roja que tenía Axel.
-Entonces, ¿qué bestia es esa ave roja que tienes?
-¡Es cierto! -recordó Kathy-. Se ve que es muy fuerte, los chicos huyeron de sólo verla. -comentó Kathy mientras soltaba algunas risas que Asmiryon acompañó.
Axel sonrió.
-Está bien, les diré. Su nombre es Fénix.
-!Vaya! -exclamaron al unísono.
-Ahora sólo faltas tu de enseñarnos a tu bestia -comentó Kathy.
-Si quieren ver a mi bestia, tendrán que retarme a una batalla -explicó Asmiryon-. Sólo la invoco para una batalla.
-Muy bien, en ese caso... -respondió Kathy, quien estaba a punto de desafiar a Asmiryion.
-¡Miren! Hemos llegado -señaló Axel.
A pocos metros de distancia se lograba ver el albergue.
-Y yo que pensaba retar a Asmiryon -pensó Kathy, inconforme.
-Acepto tu batalla -indicó Asmiryon, como si le hubiera leído el pensamiento-. Mañana la llevaremos a cabo, ¿que opinas, Kathy?
Los ojos de Kathy se iluminaron.
-¡Por supuesto!
Ambos sonrieron, estaban ansiosos por probar sus fuerzas.
Cuando entraron al lugar, se tuvieron que registrar y mostrar sus medallones para validar que eran combatientes. El lugar era bastante grande, y había una ocupación aproximada del sesenta por ciento, por lo que su estadía resultaría ser cómoda.
En el albergue había algunos combatientes que estaban de paso, de los cuales la mayoría de ellos eran de nivel 1. También tenía una cafetería dentro, donde había snacks y bebidas.
-Vamos a la cafetería -Propuso Kathy.
Sus amigos aceptaron y la acompañaron. En la cafetería Kathy pidió un chocolate caliente y un emparedado de pollo; Axel pidió un café y un hot cake y Asmiryon pidió unas papas fritas.
Se sentaron en una mesa a disfrutar de su comida. En ese momento se le acercó una jovencita a Asmiryon. Era de tez morena y hermosos ojos verde esmeralda. Traía el cabello sujetado en dos colitas que se movían con gracia cuando caminaba. También usaba unos lentes rosas bastante psicodélicos.
-Oye, si yo fuera tu, no me comería eso- le dijo seriamente.
-Amm ¿en serio?
-¡Claro! Hace unas horas comí unas iguales aquí y me he enfermado del estómago.
-Asmiryon se asustó.
La chica se llevó las manos hacia su estómago, e hizo una mueca de dolor.
-¿Estás bien? -preguntó Kathy, alarmada.
-No es nada.
Respondió, pero esta vez se llevó las manos a la boca mientras sus cachetes se inflaban. Kathy soltó un gritito de asco pero la chica comenzó a reír a carcajadas.
-Eso ha salido bien, ¿No? -continuó riéndose. Su risa tenía la cualidad de molestar a algunos, como a Kathy, y de divertir a otros, como a Axel, quien también soltó varias carcajadas.
-¡Eso no fue gracioso! -se indignó Kathy.
Pero esto no le importó ni a la chica ni a Axel, quienes continuaban riendose.
Asmiryon, por otra parte, pensó que era una broma boba y sin gracia. Sonrió un poco debido más a que le parecía cómico que algo tan trivial hiciera reír a Axel y a la chica que la misma broma en sí.
Una vez que se calmó, se presentó.
-Lo lamento, no puedo evitar hacer bromas -y soltó algunas risitas-. Soy Amatista.
-El es Asmiryion, ella es Kathy y yo soy Axel.
-Mucho gusto -les saludo Amatista-. ¿Y hacia dónde se dirigen?
-Vamos a Armstrung, a los regionales -reveló Asmiryon.
-¿En serio? yo también voy para allá. ¿puedo ir con ustedes?
-¿Qué? -se sorprendió Kathy-. No lo creo.
-Oh vamos, Kathy -le convenció Axel.
-¿Tu qué opinas, Asmiryon? -le preguntó Axel.
Asmiryon prefirió alzarse de hombros y dejar que ellos eligieran.
-Se decidirá en una batalla -señaló Amatista.
-¿Es una broma? -preguntó Kathy.
-Puedo bromear sobre todo, excepto para una batalla.
-¡Excelente idea! -les animó Axel-. Mañana se decidirá.
-Pero mañana ya tenía planeado enfrentar a Asmiryon.
-Seguro que a él no le importará posponer su encuentro, ¿cierto?
-Supongo -coincidió Asmiryon sin mucho entusiasmo.
-De acuerdo, acepto tu batalla -concluyó Kathy.

beast battles (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora