Ah, el amor...
¿Dije amor? disculpe, quise decir amistad, era a la que ambos tenían forjados hasta ahora, aún así, quien diría que el mecha roja fuera el primero en pensar más allá de eso, y es porque Juanín tiene una de las mentes más puras dentro de la cosmovisión.
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Solo con un bóxer y una polera, Bodoque, sin saber porqué, se levantó pesadamente, reincorporándose de acuerdo a su espalda, iba al baño a buscar un vaso de agua, al regresar dejó el vaso en el piso.
Hacía frío, el frío ayuda a refrescar los pensamientos, lamentablemente la mente de Bodoque pensaba y veía al mismo tiempo tales cosas, que solo provocaron que hiciera más calor en sus mejillas.
Quien se hubiese imaginado que no estaba solo.
En su cama había un inquilino que había estado durmiendo hace un par de horas luego de una noche de coito salvaje, como fué la de ellos.
Un quejido agradable y unos cabellos blancos eran todo lo que podía oir y ver, el querido Juanín se dió la vuelta y restregó sus ojos, sin quitar la sonrisa cálida que tenía. Bodoque solo lo observó unos segundos para luego recordar y hacer una mueca como todo un galán, e incorporarse a su lado en la cama, apegando el pequeño a el.
---¿Listo para la quinta ronda?---Susurró en su oído con tal de hacerlo despertar, Juanín rió cariñoso ante la pregunta.
---Hehe...claro.
El más alto le dió la vuelta para besarlo con efusividad, El pequeño solo se dejaba llevar por sus instintos, siguió buscando el aliento de su contrario, y bajó hasta su cuello para que este recuperara lo perdido. La piel blanca y sensible del albino, se erizaba a cada tacto que solo podía dejarlo suspirar, y cuando no podía botar más aire dejaba salir la voz que se transformaba en pequeños gemidos que eran el motivo a seguir de Juan Carlos.
---Ah...---Lanzó un leve gritito cuando sintió los dientes del contrario en sus pezones, mordisqueando, succionando, mirándolo con lujuria, Bodoque solo hacía que Juanín se sonrojara aún más. El bajito tapó su boca con el dorso de su mano, dirigiendo su "mirada" hacia otro lado, seguía teniendo una pizca de pudor, a pesar de haberlo perdido todo anoche.
El chico del mechón rojo se dió cuenta de lo que le sucedía a su compañero, dejó de hacer el anterior trabajo para cruzar sus ojos penetrantes de azabache y clavarlos en la mirada esmeralda que comenzaba a aparecer escasamente por medio de los mechones de nieve. Sin darle muchas vueltas, pero sí admirando su belleza, lo volvió a besar, esta vez a un compás lento y bastante suave, que le indicaba una frase enternecedora como: "No tengas miedo, yo estoy aquí", fué lo que le dió a entender. Demasiado romántico, ni el mismo se creía haber pensado algo como eso.
Sus labios se separaron brúscamente, una vez más se miraron a los ojos, claramente pedían más.
---¿Estás listo?---Juan Carlos se adelantó a cualquier palabra, ante la pregunta, el pequeño Juanín asintió lleno de determinación, dispuesto a entregarse una vez más a los placeres que su compañero le otorgaba.
Con sumo cuidado bajó el bóxer del pequeño, intentando que este no se avergonzara tanto, cuando dejó la ropa a un lado se centró en el placer del contrario más que en el suyo. Dirigió ambas manos a los muslos, y comenzo a lamer el falo de abajo hacia arriba, finalizando en la punta, para luego introducirlo por completo en su boca. Hay que aclarar que el miembro de Juanín no era demasiado grande, quien tampoco esperaba dicha acción, soltó bastantes gemidos que iba cubriendo a menudo con su mano. Juan Carlos se dió cuenta y la tomó acercándola su boca, depositando suaves besos.
Cuando calculó que nuestro pequeño ya estaba lo suficientemente excitado, dióse cuenta de su ya notable erección que comenzaba a traspasar la fina pero apretada tela del bóxer. Se quitó de una vez por todas la dichosa incomodidad, y con un poco de pre-cum, lubricó la entrada del menor.
A pesar de haber tenido tiempo de sobra para acostumbrarse a su tamaño, el interior de Juanín seguía siendo tan estrecho como la primera vez, y esto no era algo que le molestara en lo absoluto, al contrario, estaba tan excitado que podría haberse venido en la primera embestida, pero deseaba contenerse para no ser el único en disfrutar.
---¡B-bodoque!..---El nombrado abrió los ojos, dándose cuenta de que se había consumido en su mente, y estaba siendo demasiado brusco con su pequeño.
---Lo siento...---Dijo para disminuir el ritmo y sonreirle a su compañero en símbolo de confianza, acto seguido entrelazaron sus manos para seguir con el vaivén. Solo fué cosa de unos minutos para que Bodoque sintiera un leve cosquilleo, que le indicaba que algo se aproximaba.
Antes que nada, observó por unos segundos los ojos esmeralda de su ahora cónyuge, y terminó por besarlo cuando llegó a su clímax, lo último que oyó fue su nombre saliendo de los labios de su amante.
---¡Juan Carl. .. . . .
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El chico de mechón rojo despertó con el sonido de una canción familiar, tenía las mejillas rojas a más no poder, observó el lugar en donde se encontraba, miró a su lado y se topó con los cabellos albinos de su compañero de trabajo, estaba sentado en sus piernas, cuando notó algo que no correspondía al momento que estaba viviendo, su entrepierna le molestaba...
Rápidamente quitó a Juanín de encima, lo que fué peor porque se asustó con el movimiento brusco y despertó, por lo que veía con una fuerte jaqueca.
Juan Carlos apagó la alarma del celular, y se concentró en taparse como pudo.
---¿No ha venido nadie?---Preguntó el chiquillo albino.
---No, al parecer.---Intentando parecer lo más calmado posible.
Y como si hubieran llamado al rey de Roma, la puerta se abrió dejando ver a un hombre anciano bastante molesto, que no perdió tiempo y echó al par de calientes prácticamente a patadas.
*
Caminaban en la mañana por las heladas calles de santiago, sin el abrigo adecuado, sin asearse, sin desayuno y con la espalda llena de marcas de botellas de Cif.
---Esto no puede ponerse peor...---Comentó el de mechón rojo.
Ley de Murphy.
Un auto pasó como bala por enfrente de ellos y por charco, que salpicó elevando un "Tsunami" que empapó a ambos por completo.
---Heh...---Una sonrisa tonta salió de su boca.---No, claro que no..hehe.---Y su sonrisa se transformó en una risa, y la risa en carcajadas y las carcajadas en ambos riéndo solos en plena calle. Tanta fué la alegría que a Juan Carlos se le olvidó su "problema" por completo.
Y siguieron en su camino al estudio, con la conversa de temas variados como ese día en que Policarpo se tropezó y cayó cuando estaban al aire, o cuando le hicieron una broma a Tulio y llegó al estudio con la cara irritada y llena de heridas. Quizá esa fué cruel para ambos.
Al llegar al estudio, todo volvió a la normalidad, se despidieron en la entrada, Bodoque fué al baño mientras Juanín arreglaba los papeles del día, después iría a asearse y esas cosas, suerte que el no salía en cámara. El conejo estaba en el baño lavándose la cara hasta que escuchó de lejos el: "¡Estamos al aire!", le sonrió tiernamente al espejo y partió de vuelta al estudio.
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Pre-cum:
Traducido al español como pre semen, este líquido/Fluído transparente se desprende de el aparato reproductor femenino y masculino, como su nombre lo indica, es previo al semen, es decir, aparece cuando el cuerpo está lo suficientemente estimulado y listo para el coito.Did i fuck your dreams?~★
Rodrigo y Alvarito, yo no quería.
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Just One Minute | Bodoque y Juanín | 31 Minutos [Editando]
FanfictionJuanin Juan Harry es un chico muy ocupado, acaba de conseguir un empleo en el canal 31 minutos, uno de los noticieros más importantes de la televisión, en donde conocerá a Juan Carlos, un misterioso reportero ludópata de 30 años, adicto a las carrer...