LA BÚSQUEDA DE SAN LORENZO

CAPITULO 18 UNA PROMESA DE AMOR

Arnold estaba despertándose en la cabaña que compartía con sus padres, anoche después de estar un buen rato al lado de Helga, decidieron por fin irse a dormir muy a su pesar, y seguramente también de ella pensaba.
Se dio cuenta que ya debía ser un poco tarde ya que el sol ya estaba a todo su esplendor, tal vez todos se despertaran tarde pensó, mientras se despertaba bien, entro su madre seguido por su padre, ella llevaba un plato.
-Bien que bueno que despertaste cielo, te he traído el desayuno –Dijo Stella
Le dio un plato con un pescado frito y un poco de sopa de verduras, su padre le señalo un vaso indicándole que era para él.
-Arnold, hijo mientras desayunas, necesitamos hablar contigo –Su padre se notaba un poco preocupado
-¿Qué pasa? –Comenzaba a asustarse
-No es nada malo, bueno no como lo de la sombra, es solo que los ojos verdes se sienten un poco nerviosos y nos han pedido de ser posible que antes de irnos volvamos a ayudar a que su pueblo se fortalezca y también por si la brote del virus vuelve a surgir, estar aquí o por lo menos dejarles suficiente medicamento para sobrevivir.
-Eso quiere decir que… ¿quiere decir que no volveremos a hillwood, papa?
-Así es arnold, tal vez volvamos en unos 6 meses, trataremos de apurarnos, arnold quiero que nos entiendas, tu madre y yo lo hemos charlado un poco, no queremos que tú te vayas nuevamente solo a hillwood, por lo que si tú lo deseas entonces, podríamos quedarnos a vivir aquí por 6 meses, si no quieres he platicado con tu madre y volverán tú y ella a hillwood.
Lo dijo realmente con la voz triste, se veía que no quería separarse ni de su madre ni de él, que podría hacer entonces, decidió que debía hablar con Helga, se ausentaría no solo de hillwood sino también de ella, necesitaba verla y poder explicarle, saber que pensaba ella.
-Necesito ir a caminar –Dijo levantándose
Sus padres solo se quedaron dentro de la cabaña, él se fue con la sola idea de buscar a Helga, hasta que de repente parecía que el destino quería que se encontraron cada cinco minutos porque mientras caminaba por un sendero la vio.
Estaba hermosa le habían dado un pequeño vestido color azul, con rayas blancas y su cabello estaba suelto aunque tenía su listón rosa de siempre.
-Hola Helga –Saludo amablemente
-Hola cabeza de balón ¿Qué hay? –Dijo ella con una sonrisa
-Bueno Helga hay algo de lo que quiero hablar contigo –Le dijo seriamente –Pero antes quiero saber algunas cosas por favor
-¿Quieres jugar a las preguntas Arnoldo?
-Si, mi primera pregunta es, ¿eres Cecil?
-¿Quién rayos es Cecil romeo?
-Entonces si eres
-No
-Vamos Helga si no tu quien más, al menos que haya sido Lila si tal……
-¡QUE ESTAS LOCO ARNOLDO, ELLA NO HARIA NADA DE ESO, SOY YO LA UNICA NIÑA QUE TE ACOSA DE DIA Y DE NOCHE, ENTENDIDO YO SOY CECIL –se tapó la boca –Diablos
-Pues muchas gracias por esa cita, me encanto mi pequeña Cecil
Ella solo se sonrojo.
-bien arnold ahora yo, ¿Qué es lo que quieres decirme?
Bien eso no me lo esperaba pensó arnold
-Es que….
-Dilo ya cabezón me hare vieja aquí
-Mis padres, necesitan……quedarse en san Lorenzo más tiempo –Ya lo dije –Y quieren que me quede.
-¡Oh!
-Bien por eso te buscaba quiero saber qué piensas y dime ¿Qué hago?, no quiero dejarte pero también quiero a mis padres, solo será un corto tiempo….
-No te preocupes arnold, quiero que te quedes aquí con tus padres, hace tanto tiempo que los buscabas y ahora que los tienes, no puedo, no puedo ser egoísta y pedirte que me elijas a mí, no puedo arnold, son tus padres y quiero que estés feliz –Lo dijo sin mirarlo
-Solo quiero que me prometas algo –Dijo y la obligo a voltearse, cuando la vio se le partió el corazón, Helga estaba con lágrimas en los ojos, se veía destrozada, su mirada se veía que no quería que él se quedara pero ella ama y lo ama de verdad que no puede prohibirle de la compañía de sus padres, esto solo lo puso más indeciso.
Helga se percató y lo tomo de las manos –Arnold, te voy a extrañar mucho, pero tu lugar está aquí con tus padres, ellos te aman no son como los míos, si fuera así tal vez te diría que no te quedaras pero no es así, y aunque lo fueran no sé cómo yo soy tan loca para seguir queriéndolos con mayor razón tu mi buen samaritano Arnoldo –Dijo sonriéndole sinceramente
-Bien pero quiero hacer una promesa –Se quitó la gorra –Quiero que te quedes con ella.
-Claro que no Arnoldo se lo que significa para ti, enserio arnold no puedo aceptarlo……..
-Helga, quiero que te la quedes y te prometo que iré por ella, procurare no tardarme mucho porque la quiero pronto de regreso esa es mi promesa para ti mi amada Geraldine y también te prometo escribirte todos los días, aunque tú no me escribas yo lo hare siempre y te tendré al pendiente de todo y cuando vuelva, seremos novios oficialmente, no importa lo que digan o ¿sí?
-Claro que no importa las habladurías de los demás, Arnold te prometo cuidarla siempre y.. –Helga se quitó su moño –Quiero que lo traigas de regreso, quiero verlo pronto para seguírtelo luciendo, ¿recuerdas?
-Claro que si siempre me gusto tu moño rosa, porque es rosa como tu ropa –Dijo sonriéndole
-Te prometo que escribiré una respuesta a todas tus cartas para que sepas todo lo que pasa allá en hillwood.
-Gracias, y Helga si no es mucho pedir puedes pasar de vez en cuando a casa de mis abuelos, no quiero que estén tristes ni solos.
-Claro que sí, también me hare cardo de Abner, te lo prometo
-Gracias Helga te prometo que regresar pronto –Se acercó a ella, la tomo suavemente de su rostro con sus manos y la beso –Es una promesa de amor mi preciosa Geraldine
-Claro que si mi Angel de cabellos dorados –Dijo Helga abrazándolo
Mientras se abrazaban y con esto pactaban una promesa para ellos de amor, para que la separación fuera menos dolorosa para ambos, aunque eso era inevitable.