CAPITULO 20 APRENDIENDO A VIVIR SIN TI

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Ha pasado ya dos semanas, dos semanas desde que ese idiota se largó, te odio estúpido cabeza de balón pensaba Helga mientras caminaba de regreso a casa después de estar con phill y gertie, se ocasiono problemas con su padre ya que él no quería que siguiera yendo a esa casa, pero se sentía más seguro ya que el cabezón no está en casa.


Durante estas dos semanas le había escrito una carta diariamente, esperando que le llegaran pronto pero no sabía cuánto se tardaban las cartas en llegar a san Lorenzo, era increíble que se tardaran tanto y que él no le haya escrito ni una carta aun, y si lo ha hecho que aún no le lleguen ¿no era posible o sí?

-Tal vez ya se arrepiento y solo fue el calor del momento –Dijo muy a su pesar, suspiro y entro a su casa.
Bien durante estas dos semanas, Helga había podido pasar tiempo con sus amigos sin la sombra de Alan, quien Bob le pidió amablemente que no la hostigara con tanto vigila miento, Alan aun así seguía siendo fastidioso, aunque Helga tenía un pretexto siempre que él le decía que la acompañaría a casa y que iría con ella a un lado o simplemente que quería una cita. Helga siempre le decía que no podía y que recordara lo que dijo Bob, por lo que Alan simplemente asintió aunque ella no sabía hasta cuando lograría mantenerlo a raya.
Ella había estado muy distraída, no dormía muy bien, siempre desde que regreso de su aventura de san Lorenzo, había tenido pesadillas fatales con la dichosa sombra y que regresaba y obviamente que arnold estaba en peligro, pero al parecer solo era su preocupación ya que los abuelos de arnold, mantenían ahora si contacto con su hijo miles y de él sabían que arnold estaba bien, por lo que Helga se molestaba si las cartas de su padre llegaban porque rayos las de el no.
Empezaba a creer que todo lo que dijo en san Lorenzo fue pura palabrería, pero en fin siguió escribiéndole aún muy a su pesar pidiéndole explicaciones pero hasta ahora no había una carta de respuesta.
Llego a su habitación y de repente se llevó una grata sorpresa, ya que como era su costumbre siempre se acercaba a la ventana a contemplar el cielo y pensando en el cabeza de balón.
Pero lo que vio la puso emocionada y a la vez triste, vio una carta atada a la rama del árbol, abrió rápidamente la carta y la abrió, esta decía:
Querida Helga:
Lamento mucho no haber escrito durante tanto tiempo, pero me había enterado de que te fuiste de viaje por un concurso que ganaste, felicidades sabía que lo lograrías y por eso no sabía cuándo podría volver a escribir para que vieras mis cartas, sé que ya tiene dos semanas desde que volviste pero como te mencione desde un principio si no comes bien y no eres buena como siempre lo has sido, dejare de escribirte y esta vez será definitivo (por favor eres muy importante para mí no lo olvides) sé que sientes mucho que una persona importante este lejos de ti, pero créeme si estas así y esa persona se entera la pondrás triste y también perderá la luz de esperanza.
No debes dejar que nada ni nadie te derrote, piensa en ese ser especial y que no le gustaría verte así, además debo decir que te ves más linda cuando eres tú misma, nunca cambies hermosa.
PD. Lamento mucho seguir ocultando mi identidad pero creo que es mejor por el momento, todo a su tiempo, espero verte pronto y cuando eso pase espero que seas la misma de siempre
Eres como una estrella,
Tan brillante y eternamente bella
Eres la luz celestial,
Tan majestuosa y eterna
Que siempre quiero que brilles
Ya que alumbras mi camino
Con tu luz esplendorosa
La mejor luz y esperanza
De mi existencia mi estrella……
A T E N T A M E N T E
P. A. S
Helga leyó y volvió a leer la carta, le emocionaba saber que alguien se preocupara por ella pero a la vez estaba decepcionada, creyó que era arnold quien le enviaba esas cartas, pero ahora no cabía la menor duda de que no era el, si no alguien más, ya que él no estaba en hillwood.
Aun así trato de cumplir su promesa a su enamorado secreto, ya que si alguien se preocupaba por ella, debía de no ser tan egoísta y quitarle esa angustia, además él tenía razón a arnold no le gustaría verla así.
-Helga niña, tendrás que aprender a vivir sin el cabezón por un rato, así que veamos, iré por algo de comer primero –Se percató del hambre que tenía.
Bajo a ver si sus padres compraron algo o cocinaron algo, no había nada, a excepción de dinero que le fue fácil encontrar en la sala de trofeos en el cajón especial de su padre, ella sabía que el guardaba todo ahí que fuera importante para él, como el dinero.
Pero, encontró algo más, era una carta y no solo una si no unas 6 por lo menos, todas venían de san Lorenzo, las tomo y….
-¿Qué rayos haces niña, porque esculcas mis cosas? –Exclamo Bob al entrar a la sala.
-MEJOR TU DIME BOB ¿QUE HACEN MIS CARTAS AQUÍ?
Bob vio las cartas en las manos de su hija y enfurecido le grito: ¡DAME ESAS CARTAS HELGA YA TE DIJE QUE NO QUIERO QUE TENGAS NINGUN CONTACTO CON ESE TIPO, NO ME AGRADA NI COMO TU AMIGO!!!!
-¡PAPA POR DIOS ESCUCHATE HABLAS COMO SI FUERA UN CRIMEN QUE TENGA AMIGOS NIÑOS, ¿ENSERIO BOB QUE TE OCURRE?, SOLO ES MI AMIGO, Y ESTA LEJOS POR ESO ME ESCRIBE!!!
-Como sea dame eso.
-No son mías y nadie tiene derecho ni siquiera tu Bob y para tu información si busque en tu cajón fue porque Miriam no hizo de comer como de costumbre y vine a buscar dinero para que compre algo para comer.
-No es necesario Miriam ya lo compro, así que deja eso ahí
-Bien –Dejo el dinero pero no las cartas se las guardo rápidamente en la bolsa de su vestido que traía.
-¿Dejaste todo?
-Si Bob, me voy, adiós.
-¿A dónde vas jovencita ya es muy tarde para que salgas no crees?
-Voy con Phoebe me quedare con ella, hasta que recapacites de tu comportamiento estúpido padre, como me ocultas unas cartas soy tu hija, no un objeto para que me vendas –Tomo su suéter y salió
Bob Pataki solo se quedó inmóvil en su lugar, aun así no cambiara de opinión –Miriam, mañana tienes que ir por Helga, ¿entendido?
-Si…eh….si Bob –Dijo Miriam antes de volverse a tirar en el sofá.
Llego a la casa de su amiga, toco la puerta.
-¡Ah! Hola Helga, ¿Qué pasa? –Decía Phoebs un poco nerviosa
-Que hay Phoebs ¿puedo pasar?
-Bueno si, pero si no molesta estoy con Gerald
-Pues ya que maldito cabeza de cepillo su amigo no está y el me roba a mi única amiga
-No digas eso Helga
-Si como sea, ¿Qué hacían Phoebe?
-Íbamos a ver una película, ya habíamos visto una pero quiere que veamos otra, antes de que lleguen por él.
-Bien vamos.
Entraron a la sala, Helga se sentía mal porque se veía que estaban muy cómodos a solas, estuvieron comiendo palomitas y se veían dulces también en la mesa, había un poco de desorden por lo que dedujo que estuvieron jugando.
-¿Helga?
-Hola cabeza de cepillo
-Eh…hola
-Si a mí también me da gusto verte –Dijo ella sentándose a un lado y tomando unos chocolates de bolitas que había en la mesa, eran sus favoritos ya que tenían relleno de chocolate derretido y un pedazo de nuez.
-Bien Gerald, Helga vino a verme ¿no importa verdad? –Phoebs vio a Gerald
-Claro que no Phoebs
-Bien, Helga a todo esto ¿puedo saber a qué se debe la visita?
-Bueno yo…….de hecho quería pedirte un favor Phoebs…. ¿Puedo quedarme……..aquí jejeje contigo? –Dijo Helga nerviosa y penosa a la vez
-Claro que si Helga sabes que puedes quedarte siempre que quieras
-Gracias Phoebe
-Pero puedo saber ¿Qué paso?
-Claro pero creo que debería de ser en privado
-Helga, Gerald es de confianza, no se burlara de ti nunca ¿verdad Gerald?
-Creo que Helga sabe que puedo guardar ciertos secretitos que me pidan, ¿verdad Helga?
-Claro…..pero……
-Vamos Geraldine, sabes que aun cuando no este arnold, seguimos siendo amigos ¿o no?
-Claro que si Gerald, bien lo que pasa es que discutí con mi padre –Explico lo que encontró y lo que paso.
-Cielos, ese Pataki sí que es un egoísta –Decía Gerald –Lo siento hell pero es la verdad
-¿Crees que no lo es? Vivo con él desde siempre y se cómo es.
-Bien tienes suerte hell porque arnold también me escribe siempre, por lo que le comentare y le diré que envié sus otras cartas conmigo para poder dártelas también a ti…….
-Espera ¿sus otras cartas?, ¿También a mí? ¿Qué quieres decir con eso?
-Nada Helga es solo que arnold……arnold también me envía cartas…….para……para me envía unas cartas que son para sus abuelos, ya que ellos no están recibiendo ni una y me las envió a mí, claro solo le escribe una por semana.
-Mmmm, no me convences
-No estoy tratando de convencerte es la verdad Pataki
-Como sea, bien me parece buena idea de que el mante….digo el cabeza de balón envié las cartas a tu casa Geraldo. –Helga trato de componer su apodo pero era obvio que había querido decir otra cosa.
-Bien, entonces le escribiré una carta mañana, después de clases...
-¡¿QUEE?! Claro que no Geraldo la escribiré yo, solo dame tu dirección ahora mismo la escribiré y la dejare mañana antes de clases.
-Pero arnold la sabe que no ves que me envía cartas
-Si digo por eso que solo le escribiré la carta-a, nos vemos, ¿Phoebe puedo entrar a tu cuarto para ya sabes?
-Claro que si Helga estás en tu casa y lo sabes.
-Bien
Helga se dispuso a escribir una vez arriba en el cuarto de su amiga.
Querido arnold:
Espero que estés bien, aún no he leído ninguna de tus cartas, aunque ya las recibí, empezaba a enojarme creí que no me escribías porque ya no querías saber de mí, tenía miedo de que solo fuera el calor de momento, pero extraordinariamente mi estómago me llevo hasta tus cartas, Jajaja sé que suena raro pero si no me hubiera dado cuenta de lo hambrienta que estaba bueno no hubiera revisado el cajón especial de Bob y ahí encontré todas tus cartas ¿puedes creerlo?
Bob Pataki había escondido todas tus cartas en ese estúpido cajón, pero por suerte cuando busque el dinero para comprar comida halle tus cartas.
Arnold, Bob seguirá escondiéndolas no quiere que tenga ningún contacto contigo, si hasta se enoja por ir a tu casa, está loco.
En fin solo quiero decirte que no importa porque tu amigo el cabeza de cepillo tuvo una idea, sabes a veces sí que le sirve el cerebro, quedamos que él me dará tus cartas, por lo que tendrás que enviarle las cartas a él.
¿Qué te parece? Es una buena solución ¿no lo crees?
Bueno cabeza de balón, ya como te puse en mis otras cartas, quiero que sepas que hillwood no es lo mismo sin ti y que espero que cumplas tu promesa o si no te matare y conocerás a betsy y los cinco vengadores.
Bueno Arnoldo cuídate y no coquetees con las lindas chicas de san Lorenzo porque morirás jajajaja, es broma, solo espero no lo hagas.
Salúdame a miles y Stella, cuídate mucho Arnoldo.
Te quiero y te extraño mucho mi cabeza de balón.
Atentamente
Helga Geraldine Pataki

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