Capitulo 11

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Llegue a casa alarmada, nada bueno pasaba por mi cabeza, solo eran malos recuerdos, me volvía loca con el celular intentando llamarlo y no contestaba, mi cabeza estaba bloqueada, no sabia que hacer, estaba estática, pasaron unos minutos hasta que pude reaccionar y volver a llamar, esta vez tuve suerte. Contestaron.

P: Cristian, ¿estas bien? ¿pasa algo?.
C: ...
P: Por favor no me hagas esto, contestame.
C: ...
P: Cris... Mi voz comenzó a quebrarse, dejando escapar un sollozo inevitablemente.
C: Ok, no quiero que llores, solo es una broma, perdona.
P: ¡Cómo que una maldita broma, estas de joda!.
C: Perdona. Me dijo en medio de risas.

Colgué inmediatamente envuelta en irá. -¿Qué demonios le pasa a ese idiota? Con esas bromas no se jode con nadie, aveces lo detesto.

El rechinido de la puerta hizo que saliera de mis pensamientos.
-Creo que aquí las cosas no andan bien. Dijo mi abuelo mientras levantaba una ceja.
-No pasa nada.
-Tu cara dice lo contrario. Me dijo regalandome una cálida sonrisa. Dime, estaré aquí para escucharte y si no quieres que se lo cuente a nadie, tu secreto lo llevare a la tumba.
-No abuelo, es por Cristian, me hizo una broma muy pesada y me enojo mucho, es un verdadero idiota.
-Sabes como es tu hermano, aveces de vemos aceptar las personas como son y ellas son las que decidirán di nos mejorarán o no, todo es como ellos lo vean, conozco a tu hermano como la palma de mi mano, se que de vez en cuando es un fastidio, pero verás que el cariño hacia el es mas grande que una irá momentánea.
-Está bien, gracias abuelo.
-Estoy aquí para ti mi niña. Sonreí inmediatamente, era muy bueno pasar tiempo con mi abuelo y al fin y al cabo, las cosas seguían bien, pues de todas formas todo fue una broma, no creo que mi día tuviera que caerse completamente por una idiotez de Cristian.

Hagamos de lo que queda de este día un éxito. Dijo mi abuelo.
-Sí, ¿porque no?. Sonreí.
-Vamos,  arréglate, vamos a salir.

Me di un baño y me puse unos jeans, un poleron y unos tenis. Si... Amo la comodidad ante todo.

Salimos, todo fue normal, una buena noche, cenamos, paseamos y nos fuimos a casa a descansar. 


Al próximo día mi abuelo me despertó muy sonriente. -Hoy es día de playa, levántate que nos vamos. Yo  lo miraba sin apenas abrir bien los ojos. -No empaque un bikini. le dije casi con la cabeza en el suelo. -Compraremos uno. Tienes 20 minutos para estar lista y 15 para desayunar, tengo que ir al supermercado para comprar unas carnes para la parrillada y hay aprovechas para comprar el traje de baño. 

Estábamos en el centro comercial y me dirigí rápidamente a una tienda de trajes de baño, tenia que hacerlo de prisa, el abuelo no tardaría mucho. Fui buscando y midiéndome distintos bikinis de distintas formas y colores. Buscaba uno con la mirada que me gustara, hasta que lo encontré, era blanco, de panti alta y sostén strapless, me encanto demasiado, fui a el vestidor y joder, me quedaba demasiado bien, al salir de ahí vi un letrero que decía, ''La ropa blanca no se prueba''. 
Me siento como toda una malhechora (pensé) y deje escapar una pequeña risa. Pague y llame al abuelo para saber donde estaba,-ya voy saliendo, espérame frente al auto.

No pasaron ni 5 minutos y ya mi abuelo estaba encendiendo el auto. Emprendimos nuestro viaje. La vista en el viaje era bellisima, los arboles, las nubes, todo era demasiado hermoso, incluso la música vieja que escuchamos, era un ambiente espectacular. 

Llegamos a la playa, el sol brillaba de nuevo, habían unas cuantas personas allá, entre ellas Anabelle, note que se le acercaba un chico alto, de piel clara y cuerpo definido, ayude a mi abuelo con las compras y nos encaminamos a donde ellos se encontraban, Anabelle caminaba hacia nosotros y nosotros hacia ella, llevaba un sombrero y un traje de baño completamente negro con un escote. 

-Perdón por la tardanza. se disculpo el abuelo dejando las cosas en el suelo para poder abrazarla. 

-Pero de que hablas, son las 9:30 de la mañana y es un viaje de una hora, me imagino que la pobre Paola no descanso nada.
-No, yo estoy bien. Le dije con una sonrisa.

-Vayan a cambiarse, dejen sus cosas en la casa y vengan con nosotros. Entramos todo y mi abuelo me indico una habitación para cambiarme de ropa. Bikini, lentes de sol, pelo suelto y a disfrutar de la vida, dije saliendo de la casa con una enorme sonrisa. 

En el lugar me presentaron a todas las personas que estaban en el lugar, había llegado el chico que se le había acercado antes a Anabelle, llevaba una cámara en sus manos. -Paola, el es mi hijo, Eduard.
-Hola Eduard. Le dije extendiéndole la mano. El miro mi mano unos segundos.
-Hola Paola. Tomo mi mano y me halo contra el para abrazarme. -Cualquier familiar de Mariano es amigo mio. Me soltó al acabar de decir eso. 

-Esta bien. Mmm... ¿Quieres ir a la playa? 
-Claro, así tendré a una modelo, claro, si gustas.

-Claro, vamos. 

Salimos charlando, era un chico bastante agradable, a diferencia de muchos que conocía. -Entonces... Entremos a la playa.  Yo solo lo mire a los ojos y sonreí, caminamos lo poco que faltaba para llegar a la playa, al llegar a la orilla sentí como el agua acariciaba mis pies, se sentía una suave brisa y el sol pegaba en mi cara, respire profundo, voltee la cara y al abrir los ojos me encontré con la mano de Eduard extendida, sonreí y la tome inmediatamente, caminamos tomados de la mano entrándonos en la playa, al estar con el agua en la cintura me soltó y me chapoteo un poco de agua e hice lo mismo. Comenzamos a jugar hasta quedar completamente mojados.
-Hey chicos, una foto. Dijo Anabelle entrando a la playa con una cámara.
Eduard me abrazo de espaldas y sonreimos para la foto.

Ya era de noche y estábamos sentados en una fogata, Eduard tocaba la guitarra mientras todos conversábamos y reíamos en la fogata. -¿No tienes frió?. Me dijo al acabar de tocar. 
-Un poco.  Se paro sin esperar mas y en menos de un minuto me entrego una chaqueta. -Toma, abrígate.

-Gracias. 

Me fui a acostar dejando a todos sentados en la fogata, me sentía cansada, pero feliz. Tome un baño y me puse un short, un polo que yo misma había cortado y me quede con la chaqueta puesta. 

Ha sido un día espectacular, ¿que podría salir mal?. 

Mas que una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora