Ig Mayores; Adrián Di Monte y Josephine Skriver.

051; |Narrado|

Matt POV.

Viernes por la noche y me encontraba solo en la casa, acababa de llegar del trabajo.

Queria hablarle a Kimberly para pasar la noche, pero quizá ya hizo planes con sus amigas.

El timbre me saco de mis pensamientos, me diriji a abrir para saber quien era.

--¡Sorpresa nene!--era Kimberly, se miraba sexy.

--Pasa nena.--paso y cerré la puerta.

Dejo su cartera en mi sillón y se acerco lentamente a mí, me tomo del cuello y yo de su cintura.

--Follame, nene.--susurro en mi oído.

--Así sera, nena.

Nos empezamos a besar, el beso se fue tornando apasionado. Caminamos sin despegar nuestros labios, al llegar a las escaleras tome a Kim de los muslos y la cargué, ella rodio sus piernas en mis caderas.

Subí las escaleras como pude y al entrar a mi habitación nos separamos para tomar aire.

--Me gustas mucho, Kim.

--Tu también, me gustas.

Volví a capturar sus labios, caminamos hacia la cama y la acosté delicadamente, mientras nos seguíamos besando me quito mi camisa como pudo para después aventarla a alguna parte de la habitación.

Mis besos bajaron a su cuello, kim cerro sus ojos, sabia que estaba disfrutando él momento.

--Ahhh.-gimió cuando la mordí.

Seguí dejando mordiscos y besos humedos por todo su cuello, quiza mañana amanezca con muchas marcas.

Deje de besarla y me levante, la ayude a sentarla y saque su vestido dejándola en una sensual ropa interior.

--Eres muy preciosa.--sonrió.

La volví a besar y la fui recostando, pero antes me deshice de mis zapatos y mi pantalón.

Kimberly se levantó un poco y beso mi pecho desnudo, sus besos fueron bajando hasta mi ombligo lo cual provoco un gemido de mi parte. Sus besos subieron a mis labios y me atrajo para acostarnos nuevamente. Mientras nos besábamos fui acariciando todo su cuerpo.

La sentí estremecer cuando coloque mis manos en su espalda en busca del broche de su sostén. Cuando lo desabroche, lo saque y lo avente, dejando sus pechos  hermosos pechos libres.

Tome uno y me lo metí a la boca para chuparlo, mientras él otro lo masajeaba.

Kimberly gemia sabía que la excitaba que la tocara de esa manera. Deje su pecho y me dedique a hacer lo mismo con él otro. Cuando sus pechos estaban listos, subí a sus labios, nuestros besos eran sumamente salvajes.

Como nos gustaban.

Mis manos bajaron a su sexo, metiendo un dedo entre sus bragas.

--Estas muy húmeda, nena.--dije en un jadeo.

--Es lo que provocas, nene.

Con mi dedo empecé a acariciar su clitoris, lo que provocaba que no parara de gemir, después metí otro dedo.

Ahora eran dos dedos y sus gemidos eran muy fuertes.

--Nene, necesitó tu pene dentro mio.--dije jadeando.

--Lo se, nena.

Saque mis dedos de su interior, provocando un fuerte grito. Me levante, saque mi boxer, dejando  mi pene libre él cual estaba muy erecto.

Vi como mordía su labio inferior.

Abrió sus piernas y me posicione dentro de ellas, frote mi pene en su sexo.

Un gemido, sabia que estaba muy excitada.

--Me vuelves loca.

--Tu a mi, igual.

Coloque mi pene en su entrada y poco a poco fui entrando en ella, entrelazamos nuestras manos y sin dejar de mirarnos, la comencé a penetrar lentamente.

Sabia que Kimberly quería que la penetrara fuertemente.

--Mas rápido.--jadeo.

Solté nuestras manos y la tome de las caderas y comencé a penetarla fuertemente.

Empezamos a gemir de una manera muy loca, que lo único que se escuchaba en na habitación se escuchaban nuestros gemidos y  nuestras respiraciones agitadas.

La embestí de una manera tan fuerte que pego un grito, que provoco que sonriera de satisfacción.

--Maaaaaat.--grito mi nombre.

--Si nena, grita de placer.

Mas tarde sentí como sus paredes vaginales se empezaron a contraer en mi miembro.

En cualquier momento nos correríamos.

--Nena espera.--la volví a penetrar más fuerte.--2 más y me vengo.

Y como lo dije 2 penetraciones y los dos nos corrimos al mismo tiempo, me vacié dentro de ella.

En la misma posición descansamos un poco para calmar nuestras respiraciones, mientras nos acariciábamos.

Después de unos minutos me salí de ella, provocando un gemido de ambos.

Nos metimos a las sabanas, y kimberly se acomodo en mi pecho.

--Fue estupendo, nene.

--Sabes, me gustas mucho.

--Tu también, me gustas.

La tomé de su barbilla y la bese, era un beso lleno de sentimientos. Era verdad me gustaba y me volvía loco.

Cuando nos separamos sonreímos como nunca, llevábamos 5 meses teniendo sexo, quiza más adelante la haría mi novía.

--Me encanta él sexo contigo y tu más nene.

--Me vuelves loco.

--Descancemos un rato, y mas tarde le seguimos.--dejo un beso en los labios.

--Si, nena.--acaricie sus nalgas.

Y nos acomodamos para descansar, la noche era muy larga.