101;|Narrado|

1.5K 48 2
                                    

Matt POV.

Matt POV

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

--Amor.--sentí que gemían en mi oído y gruñi, pero no le hice caso.--Matt.--volvió a insistir.

--¿Que?.--dije adormilado.

--Quiero sexo.--oí que decía y abrí los ojos.

¿Sexo? Ese es mi segundo nombre.

Me voltee y ahí estaba Kimberly, mirándome divertida.

--¿Que quieres amor?--me frote los ojos.

--Ya te lo he dicho, sexo.--volvió a decir.

--¿Me despiertas sólo para tener sexo?--pregunte riendo

--Si, tienes los canales de porno desbloqueados y me quedé a verlos. Ahora estoy caliente y quiero sexo.--dijo cerca de mi cara y comencé a reír.

--¿Bebiste alcohol?.--pregunte aún riéndome.

--No, solo he visto porno.--comenzo a morder el lóbulo de mi oído.--Por favor amor, quiero sexo.

Comenzó a bajar su mano para tocar mi pene sobre mi boxer.

--Kim.--dije con la respiración agitada.--Espera.--Tome su mano y la aleje.

Me senté en la cama y tome el reloj. Eran las 3:35 de la madrugada.

--Amor, es muy tarde. Y no puedes levantarme a esta hora solo por qué quieres sexo.

--Por favor.--Rogo. parecía una maldita necesitada.

--Lo que haremos ahora, es ir a la ducha, para un baño de agua muy fría, para que tú calentura se esfume.

--No, Matt.--se quejó.

--Por dios Kimberly, pareces una niña cuando quiere dulces.

--Solo quiero el dulce el que tienes entre la entrepierna.--rio y me beso.

Reí entre el beso y la tome de la cintura. Estaba muy juguetona.

Me levanté de la cama, y la arrastre conmigo fuera de la habitación.

Kimberly estaba sin sostén, solo llevaba una tanga, y creo que yo también quiero ponerme juguetón.

Entre al baño, y la dejé ahí parada. Ella se apoyó en el marco de la puerta y comenzó a morderse el labio.

--Pareces una drogada.--le dije y comencé a abrir el agua fría.

--Estoy drogada de la necesidad de sexo.--gimió y sentí que se me puso dura.--Y parece que tú también.--rio y miro mi pene, que necesitaba ser liberada.

Ig Mayores; Adrián Di Monte y Josephine Skriver. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora