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Me encontraba dentro de mi auto, esperando a que Kimberly bajará. Realmente necesitaba tener mi pene dentro de su vagina.
Estos días sin tenerla se me hicieron una eternidad, me encantaba tenerla gimiendo bajo mi cuerpo, me encantaba que me la mamara como tanto me gusta. Se convirtió en mi droga, era una Diosa del sexo.
Bastaron unos segundos para tener a Kimberly sentada en mi regazo, mientras que nos besabamos desesperadamente. Mis manos viajaban por todo él hermoso y sensual cuerpo de Kim.
Nuestros sexos se rozaban, me tenía vuelto loco. Él sexo con ella era mucho muy increíble.
--Te extrañe nene.--dijo kim, al momento de separarnos.
--Yo más nena.--bese su cuello, lo que provoco un gemido de su parte.
(...)
--Lindo departamento.--dijo Kim, mientras entrábamos a éste. Soy un hombre ordenado y limpio al igual que mi departamento.--¿Hace cuanto vives aquí?
Me detuve frente a ella, no me contuve y la tome de la cintura, pegandola suavemente en la pared que conecta a la cocina.
--Hace un año.--Jadeo cuando deje un beso húmedo en su cuello, provocando que sonriera de satisfacción.
--¿Aquí traes a tus conquistas?
--No, Kim.--la bese nuevamente ahora un poco más arriba.--Eres la primera a la que traigo a mi departamento.
Sus manos recorrieron desde mi abdomen hasta mi pecho, desabotonando mi camisa en el camino.
--Eso es bueno.--esta vez Kimberly beso mi cuello y mordí mi labio inferior para no gemir.--Quiero que me hagas tuya, que me folles en compensación a estos días que no estuviste, nene.
Sin darle tiempo para reacccionar la alce de la cintura para que enredara sus piernas en mis caderas. Su vestido color rojo se subió por sus piernas dejando a la vista su ropa interior de encaje color blanco, mis manos viajaron hasta su trasero para masajearlo.
--Creo que puedo hacer eso por ti, nena.
Con pasos torpes entramos a la cocina sin dejar de besarnos. La senté en la encimera, quedando entre sus piernas donde retire completamente y de un tirón su vestido.
Kimberly tenía un cuerpo fenomenal para su edad, era la sensualidad hecha persona, lo cual provocaba que me excitara y me volviera completamente loco.
Su ropa interior era a juego pero también estorbaban así que en poco tiempo estábamos completamente desnudos y excitados deseandonos mutuamente.
--Te necesitó.--susurro contra mis labios.
Lleve sus pezones a mi boca mordisqueandolos, sabía que era muy sensible lo note desde la primera vez, por él tono de sus gemidos, la forma en que arqueaba la espalda y alzaba la pelvis buscando contacto que gustoso le di.
Mi mano hizo él recorrido hacia su cálido sexo, que rogaba por atención, encontrándolo húmedo, listo para ser saciado.
--Estas muy excitada.--no pude evitar murmurar con voz ronca. Mi pene palpitante ansioso por hundirse en ella pero quería que me rogara mucho más; así que me concentre en darle tanto placer que la enloqueciera más.
Pellizque sus pezones y empece a descender por su estómago lamiendo su piel y dejando besos húmedos, le di una atención especial a su ombligo. La sentí acomodarse entre sus codos, sabía que le encantaba los orales que le hacia cada vez que nos veíamos.
--Quiero verte mientras te bebes todo de mi.--dijo con la voz ronca y sus pupilas dilatadas.
Tomo una de mis manos y la llevo a su boca, chupando mi dedo índice, excitandome aun más.
--Me aseguraré de que yo sea él único que te de el mejor sexo de tu vida.
Probe su sabor salado de si vagina sin retirar la mirada de Kim que cerro los ojos y mordió su labio inferior, para luego empezar a jugar con sus senos y mover sus caderas para acercarse mas a mi boca.
El dedo que anteriormente estaba dentro de su boca ahora se encontraba dentro de su sexo cada vez mas húmedo y caliente, llevándola al borde.
--Quiero que te corras, nena.
No me detuve hasta sentir él temblor de sus muslos y sus gemidos se volvieron mas fuertes y suplicantes. Tomo entre sus manos mi cabello y decía cosas sin sentido mientras se corría sobre mis dedos.
--Mierda Matt.--dijo Kim en un jadeo.--Necesito tu pene dentro de mi vagina ya.
Y esas fueron las palabras mágicas.
Me pare frente a su entrada y me deslice fácilmente debido a lo lubricada que estaba.
--Jodida mierda.--jadeo y empezó a trazar circulos sobre su clitoris cuando empece a moverme dentro de ella.
Su calidez interior y él hecho de que se sintiera tan apretada me estaba llevando a la cima del placer de la cual no quiero bajar.
Mi nombre saliendo de sus labios pidiendo mas, sus manos en mi espalda aferrándome a ella, pidiendo a gritos que me corriera sobre sus senos me llevaron al borde.
Unas embestidas más y cumplí su demanda, esparciendo mis fluidos sobre sus hermosos y redondos pechos.
Jadeantes y sin fuerzas, esperamos a que nuestras respiraciones se tranquilizaran, para irnos a mi habitación.
--Contigo él sexo es fenomenal nene.--beso el lóbulo de mi oido y se acomodo sobre mi pecho tras haber tomado una ducha y tener otra ronda de sexo en él baño, y llegar a la cama.
--Me encanta follarte nena.
--Quiero que seas el único que lo haga.--dijo mientras acariciaba mi pecho.
--Así sera, nena. ¿Te iras?.-dije mientras acariciaba su espalda desnuda.
--No, me quedaré. Le dije a mi hermano que iría a dormir con Sophia.
--Que buena idea nena.--bese cortamente sus labios.
--Si, quiero tener más rondas de sexo toda la noche contigo nene.--dijo mientras se subía encima mio y besaba mi cuello de una manera tan sensual.
Kimberly se estaba convirtiendo en mi predicción, y no quiero alejarme de su vida para nada. Me encanta follarla y sobre todo desnuda bajo mi cuerpo.